Prefacio:
La realidad cósmica no es exactamente la realidad del hombre. La mente del hombre trabaja con cuadros o imágenes. Las palabras son símbolos que generan “imágenes” que continúan siendo símbolos que nuestra mente interpreta como realidad.
La mente humana tiene la facultad o característica intrínseca de atraer o generar ideas afines a una idea sostenida; Vemos algo incompleto, y nuestra mente intenta casi automáticamente, deducir la parte faltante, por ejemplo el caso de la parte oscura de la luna o un dibujo incompleto. El símbolo genera imágenes, que en muchos casos, el hombre interpreta como realidad.
Para mi existe diferencia entre alma y espíritu, pero para los propósitos del presente, los usare como sinónimos.
“ALMA, UN ESTADO DE CONSCIENCIA”
(Tercera Cámara)
COMPÁS, ESCUADRA Y LA LETRA G.
El *compás* representa el aspecto inmaterial, subjetivo y espiritual del cosmos. La *escuadra* representa el aspecto material, objetivo y concreto del universo. La letra *G* viene siendo el genio pensador.
LA LETRA “G”.
Que se encuentra entre el compás y la escuadra, y al centro de la estrella flamígera de cinco puntas, y que Algunos dicen ser la inicial de God, Geómetra, Gnosis, Generación y Genio entre otros más.
Se le relaciona con la letra hebrea “Gimel” que dentro del árbol cabalístico, se encuentra en el sendero “la inteligencia unificadora” que pasando sobre el “Gran Abismo” entre el universo inmanifiesto y el manifiesto, une la sephirah Kether la corona con Tiphareth la sephirah de los Cristos Solares. Sendero que según Israel Regardie, sirve de entrada al “colegio interno” (4), y Lorenzo Frau Abrines dice: “dentro de la Masonería llamada Oculta, o que trata de las ciencias llamadas así, la estrella flamígera designa entre los filósofos, la quinta esencia celeste, por lo que el que es emblema, para ellos, del fuego central de la naturaleza simbolizada por la letra “G” que quiere decir Generación de los cuerpos” (5). La letra “G” simboliza el ser interior, el alma y consciencia del hombre.
La liturgia del M:. M:. y más exactamente en el catecismo dice: ¿Si un M:. M:. se perdiere dónde le hallaríamos?, y el P:. V:. Responde: Entre la el compás y la escuadra. Se están refiriendo a la letra “G”, como el ser interno, el alma, el pensador y consciencia, la esencia inmortal del hombre.
RITUAL FUNEBRE.
La consciencia o letra “G”, es una fracción de la “consciencia universal” que mencionan tanto la liturgia del aprendiz como la del Caballero Rosacruz, y su aparente individualidad, es una resultante de la unión del compás y la escuadra, que ante la muerte biológica del cuerpo físico, desaparece al ser absorbida por la consciencia universal, como de igual modo, el cuerpo físico es absorbida al integrarse a la madre tierra.
Nuestras liturgias, aseguran lo anterior en el ritual fúnebre cuando dice:
El V:. M:. Pregunta al P:. V:. por el H:. difunto, y el P:. V:. Responde: V:. M:. Ya no es posible encontrarle, y afirma que viaja en las tinieblas, y que los lugares que recorre ahora, nos son desconocidos; además agrega diciendo: el cuerpo del hombre vuelve a la materia lo que le debía, el alma que lo dirigía torna al seno de su creador, porque ella, la muerte, es solo la iniciación de la vida eterna. *el hombre es consciencia*, y somos seres vivientes mientras somos *autoconscientes* de nuestra propia existencia y aparente identidad.
LA ACACIA.
El hombre es trino. El primer grado de nuestra Masonería se estudia al hombre físico, el segundo grado al hombre mental, y el tercer grado al hombre espiritual.
La exaltación a M:. M:. Nos habla del iniciado que ha llegado a conocer la “Acacia”, o sea nuestra parte inmortal, nuestra “alma”, a la cual identifica como el pensamiento elevándose hacia su “idealidad” y tomando posesión de “su propia divinidad”.
El ideal más sublime y perfecto del M:. M:. Es el “Dios de su comprensión”, y su propia divinidad, es su propia “alma”, su “ser interior inmortal”, la cual ha emanado del “Dios causa primera”.
EXALTACIÓN A MAESTRO MASÓN.
El ceremonial Nos habla del anhelo secreto y casi instintivo del hombre, de alcanzar la libertad y del “estado de consciencia del alma” siendo conscientes en el plano del espiritual sin haber pasado por la muerte física.
Cuando el M:.V:.M:. En compañía del P:.V:. y S:.V:. Levantan el cuerpo físico del candidato que se encuentra en el ataúd, es un acto totalmente alegórico, representando no precisamente la elevación del cuerpo, sino del “alma”más allá del plano y cuerpo físico. Más exactamente, “proyectando” su consciencia al ámbito del espíritu.
LA CONSCIENCIA DEL HOMBRE.
La consciencia para el hombre, es como un prisma de muchas facetas, y a cada faceta le llama de diferentes formas, como consciencia moral, social, político o religiosa entre otras, pero en esencia es “percepción, experimentación y comprensión”.
Para mí, todo desde los elementos subatómicos hasta los cuerpos celestes más complejos e inmensos, tienen algún tipo, forma y grado de consciencia. Por ejemplo: La célula, tejido, órgano y sistema del cuerpo humano, y el hombre mismo como una totalidad, tienen un tipo, forma y grado de consciencia especializada para realizar el propósito de su existencia… Que en realidad es sobrevivir.
Todo existe dentro de “algo” mayor, de tal modo que el hombre “puede” ser una célula en el ámbito universal y espiritual de un “algo” mayor. El conocimiento genera consciencia, y éste fluye en doble sentido desde las partes al todo y viceversa.
EL ALMA.
Todo cuanto somos, cuerpo físico, mente y alma, son emanadas de Dios, al menos como principio, pero en especial, nuestra esencia divina o alma.
Sentimos subjetiva e intuitivamente la existencia de nuestra propia alma, la “Acacia”, ahora falta concentrarnos, meditar, experimentar, comprender y ser. Como lo sugiere la liturgia del Gr. XVIII.
NUESTRA REALIDAD.
La realidad que vivimos, es aquello que experimentamos en nosotros mismos, y en ese proceso nos revelamos ante nuestros propios “ojos”. Cuando proyectamos nuestra consciencia, atraemos hacia nosotros mismos el objeto de nuestra atención, y nos convertimos subjetivamente experimentándolo en nosotros mismos.
La “concentración” potencializa tal acción, y en la “meditación” buscamos la libertad de nuestra consciencia y la respuesta del alma… Como lo sugiere la liturgia del Gr. XVIII Caballero Rosacruz.
Las personas que crearon nuestros rituales y demás ceremoniales de nuestra orden, se proyectaron a sí mismo en ellos, por lo cual, el hombre es el centro y la clave para descifrar los misterios del “Arte Real” o el “Real Arte” de la Masonería; No exactamente de la forma, sino de su esencia, de lo contrario, degradamos el espíritu del ceremonial a algo mecánico, a una fantasía sin sentido.
¿Quieres conocer la acacia?… Proyecta y eleva tu consciencia por la columna del medio, desde el plano físico pasando por el mental y emocional hasta el espiritual y experimenta, siente y comprende en cada uno de ellos, porque el anterior te llevara al superior.
Los dos grandes libros donde podemos estudiar y descifrar los misterios del alma y de Dios, son “EL HOMBRE Y EL UNIVERSO”… o ¿No es así, Maestro Baruch Spinoza?
Concluyo sin terminar.
El pensamiento es como un cohete espacial, la emoción y sentimiento es el combustible que lo elevara. Así son las palabras, ellas son la nave espacial, la emoción y sentimiento el combustible que impulsara tu consciencia a planos superiores… Igual son los ceremoniales.
El presente no pretende enseñar ni revelar nada, sino simplemente haceros pensar; Porque mis palabras son mi verdad, no la vuestra. Vosotros debéis buscar la suya por esfuerzo propio, no por palabras ajenas. Todo podemos leer o escuchar, pero es nuestra consciencia crítica quien debe discernir y validara las cosas; Nadie está equivocado, sino que cada quien posee su propia verdad. Aunque la verdad del hombre es relativa y no absoluta, de tal modo que lo que hoy tengo por verdad o realidad, quizás mañana sea en algún grado o forma diferente.
Nada tiene una existencia intrínseca, todo depende de las partes y del todo a la vez.
El hombre, la naturaleza y Dios como omnímodo, tienen una relación codependiente y simbiótica existencial entre las partes y el todo para adquirir identidad y realidad.
Los fenómenos no existen en sí mismos y por sí mismos, sino que existen en el contexto de su relación con el observador (3), por ello, sujeto y objeto se vuelven uno en el fenómeno de la observación, y la “realidad” se vuelve experiencia, conocimiento y consciencia.
La exaltación a M:. M:. La acacia y el Hiram Abif resucitado, no tienen existencia intrínseca, sino solo en el contexto y relación entre la ceremonia y la consciencia del iniciado.
Conocer es experimentar, sentir y comprender; podréis decir conozco la “acacia”, solo cuando la experimentes “en” y “por” ti mismos, jamás a través de las palabras, y menos aún cuando sean ajenas; El hombre siempre desea ser algo más de lo que hoy es, él es la síntesis del universo en busca de consciencia cada vez más superior. El conocimiento amplía la consciencia.
Por lo pronto, confieso que soy un aprendiz en busca del Maestro Interior y su saber.
La revelación del secreto no está en las palabras, sino en el ámbito del espíritu.
Fraternalmente.
Lázaharo Hael,’,
Nota:
Las palabras son símbolos de símbolos, no son verdades por sí mismas, solo señalan hacia ellas. “El secreto es inviolable por su propia naturaleza” (*)
El presente, son reflexiones y meditaciones personales. No representan necesariamente el criterio de la orden.
No escribo para todos, sin embargo, todos son invitados a leer.
Culiacán, Sinaloa. México. 08 de febrero del 2022.
Bibliografía:
(*).-Liturgia Aprendiz de Masón.
Liturgia Maestro Mason.
(1).- “A la Rosa por la Cruz, a la Cruz por la Rosa”.
(2).- “Mi esperanza está en dios”
(3).- Conócete a ti mismo tal como eres.- Dalai Lama.
(4).- Un Jardín de Granadas.- Israel Regardie.
(5).- Diccionario Enciclopédico de la Masonería.- Lorenzo Frau Abrines.