Proemio.
Viendo un documental sobre el cerebro humano, un neurólogo decía que cuando el hombre decide actuar conscientemente, es porque la parte neuronal del cerebro, anteriormente ya ha hechos indeterminados números de relaciones y cálculos de posibles acciones, y ha escogido la más viable favorablemente.
Por otro lado, un psicólogo expresaba desde su óptica, lo mismo que el neurólogo, diciendo que antes que la parte consciente de la mente, tome la decisión de actuar, el inconsciente ya ha hecho incontables relaciones con experiencias y conocimientos anteriores a la percepción, y ha determinado conclusiones y acciones a tomar.
La mente del hombre, posee la facultad sui generis de atraer pensamientos afines a una idea o concepto sostenido en nuestra mente.
*“SEPULCRO DE PALABRAS”*
En algunas logias, como el Martinismo o la Masonería entre otras, se acostumbra tener “El libro de la ley” como: la Biblia, El Corán, Bhagavad o la constitución política del país, entre otros, abierto en un lugar especifico, como: Jn. 1:1-14, o Sal. 133 entre otros, palabras que se leen al inicio de los trabajos; “El Libro de la ley”, descansa en un pequeño altar como el Ara (2) o la Shekinah (3) al centro del templo; Este libro de la ley, no tiene ninguna connotación política o religiosa, y viene siendo un símbolo del principio de orden, armonía, sabiduría y fraternidad.
Las palabras permanecen muertas en su sepulcro, hasta que el lector abre el libro donde yacen, y les insufla aliento de vida con su lectura, resucitándolas y elevándolas más allá de la palabra escrita, por un estado de consciencia donde libro, lector y autor se vuelven uno, en un dialogo de palabras insonoras y no escritas, generando nuevas ideas y conceptos que emergen de tal conjunción.
Las palabras no son verdades por sí mismas, son símbolos que generan imágenes o cuadros que continúan siendo símbolos, que deben ser interpretados en base a nuestra mente, sentimiento, razón y conocimiento, según sea el grado evolutivo del pensador. Las palabras son de suma importancia en el despertar y evolución de la consciencia humana, pues estructuran nuestras ideas relacionándolas con otras, dándoles sentido a nuestras percepciones concepcionales.
Los musulmanes sostienen que su libro sagrado, el Corán, ya existía en los mundos espirituales de la mente de Allah o Alá, mucho antes de ser revelado a Mahoma. Algo similar se dice de la Torá y la Biblia que fueron inspirados por Dios; Se dice también, que el contenido de ambos libros son palabras de Dios, sin embargo, la revelación divina, las palabras de Dios tuvieron que ser degradadas al entendimiento o interpretación humana, por lo cual, estos libros, en cierto modo terminaron siendo palabra del hombre.
Las palabras que yacen muertas en todo libro, cobran vida en la mente del hombre, y evolucionan en él.
Nadie escribe partiendo desde cero, y muchos de nuestros conocimientos lo abrevamos de conocimientos ajenos, sin embargo, para hacerlos propios, primero deben pasar por el escrutinio y juicio de nuestra razón, lógica y discernimiento.
Nadie escribe para otros, sino para sí mismo. Escribir es un ejercicio de comprensión, que se extiende más allá del sentido o propósito primario, donde palabras o conceptos escritos, se extienden más allá de ellos mismos, o de la intensión primera.
Cuando una persona desarrolla un tema, las Ideas y conceptos se organizan, y nuevas ideas parecen fluir desde universos desconocidos y perdidos en el infinito, donde se suman las mentes de escritores de ayer, hoy y mañana.
Leer un libro, y escribir en nuestros propios términos y conceptos, es un esfuerzo por comprender, de encontrarle sentido a las palabras trascendiéndolas hasta el pensamiento no expresado por el autor.
Somos el conocimiento de múltiples mentes que contribuyeron a lo que somos hoy. Somos conocimiento de lo que creemos ser, o potencialmente llegar a ser. Leer o escribir, es un llamado silencioso a infinitos escritores del pasado, presente y futuro, cuyas ideas han quedado flotando en el espacio misterioso de la consciencia universal en espera de una mente que sintonice con ellas.
Somos nuestras propias ideas sobre nosotros mismos, Nuestras ideas nos definen e identifican, y la inmortalidad de los escritores, radica en sus ideas y sus replicas en las mentes de todo lector.
“Desde nuestros antepasados, la necesidad de comunicación es básica para poder realizar actividades de sobre vivencia. El poder comunicarse y saber cómo transmitir los sentimientos, el saber escuchar y procesar la información requerida o transmitida, forma parte del lenguaje y de la comunicación oral o escrita”.
Quien escribe, sufre una especie de catarsis, en un dialogo entre el hombre y el ser, donde las tensiones emocionales, intelectuales y espirituales se disuelven. Escribir en nuestros propios conceptos o ideas, es provocar el dialogo con nuestro ser interior.
Se dice que el primer hombre apareció en áfrica, y que la civilización humana inicio Mesopotamia, teniendo como distintivo la escritura cuneiforme.
En el acto de escribir, uno relaciona, estructura y concreta nuestras propias ideas y conceptos, en secuencias lógicas, al mismo tiempo que el hombre se realiza a sí mismo.
Leer o escribir casi es lo mismo, puesto que al leer, escribimos en nuestra propia mente nuestro entender. Las palabras son una extensión de nuestra propia mente, memoria e imaginación. Todo escrito es en diferente forma y medida, reflejos del autor, es imposible escribir y no verse reflejado en ello.
Escribir no es privilegio de mentes brillantes, cultas o de elevada formación académica, sino un derecho universal de todo hombre; Escribe sin importar si lo haces con palabras elegantes o destacadas, o con palabras ordinarias y sencillas, si lo haces solo para ti mismo o para todos, no importa, *SOLO ESCRIBE Y TE DESCUBRIRÁS A TI MISMO.*
Es cuanto mi pensar y sentir por hoy.
“La letra mata, mas el Espíritu vivifica” 2 Cor.3:6.
Fraternalmente.
José David Belmontes Beltrán. M,’, M,’,
Nota:
Las palabras son símbolos de símbolos, no son verdades por sí mismas, solo señalan hacia ellas.
El presente, son, reflexiones y meditaciones personales, no necesariamente representan la opinión de la orden.
No escribo para todos, sin embargo, todos son invitados a leer.
Culiacán, Sinaloa. México. Lunes 25 de julio del 2022.
Prontuario.
(1).- Sui generis es una expresión del latín que significa, literalmente, ‘de su género’ o ‘de su especie’. En este sentido, como sui generis designamos a una cosa que es singular o excepcional.
(2).- Ara.- altar, piedra sobre la que se ofrecen sacrificios a la divinidad.
(3).-Shejiná o Shekinah.- Es: una palabra caldea que significa ‘lugar de descanso’. No se encuentra en las Escrituras pero los judíos tardíos la utilizaban para denominar la presencia de Dios en el Tabernáculo, y después en el Templo de Salomón.