LOS HIJOS DE LA LUZ


 

A L :. G :. D :. G :. A :. D :. U :.

Muy Resp:. Gran Logia de Colombia

con sede en Santafé de Bogotá

y Resp :. Log :. Veritas Vincit  No.13

Or :. de Santafé de B ogotá

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LOS HIJOS DE LA LUZ

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ENSAYO

Sobre

HISTORIA, TRADICIONES MITOS, LEYENDAS Y FABULAS DE LA MASONERIA UNIVERSAL

– Del nacimiento del Mundo al siglo XX –

DESTINADO A LOS OBREROS DE LA COLUMNA DEL NORTE

Raymond François AUBOURG DEJEAN

M :. M :. R :. E :. A :. A :.

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LOS HIJOS DE LA LUZ

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ENSAYO

«... Llorad, hijos de la luz; llorad, niños de Neftalí; llorad, hermanos mios.

En esta funesta noche de tormentos, el rayo ha caído.

El Maestro fue inmolado en la hoguera del celo. Su genio consumido en las llamas de la envidia …»

Erasmo

Traducido del manuscrito francés por

Gloria Susana Mariño de Aubourg

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LOS HIJOS DE LA LUZ

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Esta obra es editada por la Muy Resp:. Gran Logia de Colombia

y Resp:. Logia Veritas Vincit No. 13 del Or:. de Santafé de Bogotá como homenaje al 75 avo aniversario de la Gran Logia de Colombia

Año 5.998 E:. M:.

Introducción

Desde hace muchos años, siglos podríamos decir, numerosos historiadores, Masones, no Masones  y  antimasones  han  escrito  una  cantidad  impresionante  de  libros;  unos  serios,  otros fantasiosos, sobre la Francmasonería universal y sobre sus orígenes. A pesar de todo el papel y

de todos los esfuerzos que fueron empleados para escribir tales obras, debemos con sinceridad y humildad,  preguntarnos:  ¿  llegaremos  alguna  vez  a  descubrir  los  verdaderos  orígenes  de  la Francmasonería  ?  El  único  aspecto  de  la  Francmasonería  que  se  supone  no  ser  un  misterio, resulta  ser  el  mayor  misterio  de  todos;  se  refiere  a  donde  se  originó  la  Francmasonería  ¿ Cuándo,  cómo  y  por  que  surgió  ?.  Se  supone  que  su  origen y propósito surgió como un gremio

de  las  cofradías  de  canteros  y  picapiedras  medievales  de  Inglaterra,  pero  nadie  puede  responder

a  algunos  interrogantes:  ¿Cómo  llegó  este  humilde  gremio  a  involucrar  como  dirigentes  a miembros de los niveles superiores de la aristocracia europea ?.

¿  Cuál  fue  el  propósito  de  la  Francmasonería,  que  la  mantuviera  viva  en  la  clandestinidad durante siglos ?

Las aspiraciones profundas del ser humano son las de descubrir sus orígenes. El deseo del hombre  es  el  de  descubrir  su identidad gracias al estudio de los fundamentos de su cultura. El deber del Masón es el de descubrir su ciudadanía masónica a través de la enseñanza que le da la historia  de  la  Orden.  Empezando  esta  investigación,  no  tenía  otra  intención  que  la  de  satisf acer

mi  propia  curiosidad  sobre  determinados  aspectos  de  la  personalidad  de  la  Francmasonería.  La curiosidad es un gran defecto … y confieso haber sido presa de mi curiosidad.

Es importante afirmar que este ensayo no trata ni de contradecir ni de reescribir la historia ortodoxa  de  la  Francmasonería;  solamente  es  la  compilación  de  planchas  escritas  durante  mi tiempo   de   Aprendiz   y   Compañero   Masón.   Resume   mi   interpretación   personal   del   estudio bibliográfico de los grandes momentos de la gran historia de la  Francmasonería, desde sus más antiguos  orígenes  hasta  el  Siglo  XX.  Ha  sido  escrito  con  el  único  propósito  de  dar  a  los  QQ :. HH:. de la columna del norte un buen material para forjarse una idea personal sobre lo que es la institución  en  la  que  acaban  de  ser  recibidos  y  de  comprender  sus  creencias  a  través  de  su cultura, historia, tradición, leyendas, fábulas y mitos.

«…Todo hombre por naturaleza desea saber…»  Aristóteles

Dedicatoria

Esta contribución a la literatura masónica del Or :. de Santafé de Bogotá está dedicada a:

V :. H :. Americo Carnicelli

Escritor  apasionado  y  apasionante  de  la  historia  de  su  patria,  Colombia    la  cual  está  tan íntimamente  ligada  a  la  historia  de  la  Masonería  colombiana  y  miembro  fundador  de  la  Resp  :. Log :. Veritas Vincit No.13; su logia Madre, mi logia Madre, nuestra querida logia Madre.

Esta obra está especialmente escrita para los obreros de la columna del Norte y dedicada a

los  aprendices  que,  tiritando  en  el  frío  de  la  ignorancia,  buscan  la  luz  en  esa  oscura  columna donde  ella  es  la  menos  recibida  y  más  deseada.  Son  ellos  más  que  cualquier  otro,  que  aspire  a recibir  el  conocimiento  y  merecen  ser  llamados  «..hijos  de  la  luz..»,   puesto  que  son  ellos  sus mas ardientes buscadores.

Q:. H:.  Aprendiz, todo lo que necesita tu cabeza está en los libros, lee

Agradecimientos

Expreso  mis  agradecimientos  a  los  QQ  :.  HH  :.  de  la  Resp:.  Logia  Veritas  Vincit  No.  13 del  Or:.  de  Santafé  de  Bogotá  por  su  apoyo,  especialmente  al  V:.  H:.  Eduardo  Chaparro  Avila, sabio  Venerable  1995-1996 de mi logia Madre por sus pertinentes conceptos. Es bajo su grande

y venerable inspiración  que,  en  mi  tiempo  de  obrero  de  la  columna  del  Sur,  empecé  este  libro,

que concebí como la obra de un Compañero albañil del siglo XVIII; como una obra Maestra que tiene por objeto mostrar a los MM :. MM :. de mi logia lo que comprendí de sus enseñanzas y

mi  capacidad  de  interpretación,  justificando  así  mi  legítimo  deseo  de  acceder  a  la  alta  dignidad

de miembro de la Cámara del Medio.

Mis  agradecimientos  van  también  a  mis  QQ  :.HH  :.  Peter  Preminger,  de  la  Resp  :.  Log  :. Libertad   No. 22 del Or :. de Santafé  de Bogotá, Jean Pierre Grandin, de la Resp :. Log :. Veritas Vincit No.13 y Jaime García Urdaneta, profano quien, después de la lectura de esta obra, aspira

a integrar la Orden, por la corrección que hicieron   del manuscrito de este libro, que necesitaba mucho de los valiosos consejos y comentarios de estos «fin lettré».

Mil   tiernos   agradecimientos   a   mi   esposa   Susana   que   me   ha   brindado   su   cariñosa comprensión  y  tierno  apoyo  en  todo  momento  y  que  fue  la  fiel  traductora  del  manuscrito original francés de esta obra.

«…El saber es lo que permite actuar bien; solo se actúa mal por ignorancia, porque se desconoce

la virtud…»  Sócrates

Prefacio

A  pesar  de  que  la  Orden  Masónica  no  tiene  nacimiento  conocido,  los  historiadores  se  complacen  en remontar  su  historia  a  la  más  alta  antigüedad.  Ciertos  autores  no  dudaron  en  hacerla  remontar  a  la   «Edad

de  Oro»:  primera  época  del  mundo  donde  Adán  fue  iniciado  por  Dios  mismo  en  el  paraíso.  Es  cierto  que

la  historia  de  la  Francmasonería  siendo  la  misma  que  la  historia  del  mundo,  no  puede  tener  sus  bases  sino

en la misma tradición.

Existen  muchas  hipótesis  sobre  el  nacimiento  de  la  Orden  Masónica.  Mucho  se  ha  escrito  sobre este tema;  entre  todas  estas  hipótesis,  propongo  aquella  infinitamente  más  cierta  de  la  creación  continua  y  de

la  evolución  de  la  institución  bajo  el  impulso  de  sucesos  históricos  y  sociales.  A  lo  largo  de  los  muchos

siglos   de   su   rica   experiencia,   la   Francmasonería   ha   recibido   la   influencia   de   diversas   corrientes   de pensamiento   y   la   presión   cultural   de   su   ámbito   social.   Algunas   veces   ella   organizó   el   evento;   viviendo, pués, en un contexto de evolución cultural, ella necesariamente ha evolucionado.

La  historia  del  origen  de  la  Masonería  se  caracteriza  por  dos  principales  corrientes  de  pensamiento basados  en  dos  hipótesis  que  a  menudo  han  radicalizado  a  sectores  de  la  Francmasonería.  La  una,  la  rama bíblica,   filosófica   y   simbólica   que   atribuye   el   origen   de  la  Masonería  a  la  construcción  del  templo  de Salomón  en  Jerusalén.    No  existe,  sin  embargo,  prueba  que  demuestre  que  la  historia  de  la  Masonería  se remonta  a  tiempos  tan  primitivos.    La  otra,  la  rama  caballeresca  y  mística,  que  concede  ese  privilegio  a la Orden  Templaría;  esta  última  hipótesis  adquirió  tal  preponderancia  durante  el  siglo  XVIII  que  todas  las demás hipótesis se vieron postergadas y reducidas al silencio en los principales estados de Europa.

Este  ensayo,  testimonio  de  mi  admiración  hacia  esta  Muy  :.  Ven  :..  institución  es  una  síntesis  de  mi interpretación   de   numerosas   obras   tanto   francesas   como   españolas,   norteamericanas   y   latinoamericanas; está dividido en tres partes:

– La corriente filosófica, bíblica y simbólica de la antigüedad.

– La corriente caballeresca y mística del siglo XII al siglo XVIII.

– La corriente democrática y libertaria del Siglo XVIII al siglo XX.

El  esquema  conductor  de  la  obra  es  la  tradición.  Ella  no  es  ni  un  sistema  ni  una  doctrina;  sólo  el hilo   de   Ariana   que   permite   a   las   verdades   vehicularse   hasta   nosotros.   La   tradición   nos   transmite   el mensaje   de   un   pasado   lejano,   aquel   de   nuestro   origen.                                                                                                   Cierto,   hemos   olvidado   ese   tiempo   primordial; pero  sin  duda,  nuestra  memoria  inconsciente  nos  incita  a  buscar  con  nostalgia  las  Leyes  del  mundo  que ella ha transmitido y que queremos interpretar según el lenguaje de nuestra época.

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PRIMERA PARTE

La corriente bíblica, simbólica y filosófica.

Del nacimiento del mundo al Siglo VIII D. de C.

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CAPITULO PRIMERO

Cosmogonía

El día antes del primer día……………………………………………………………………..15

Cosmosofía

El huevo primordial………………………………………………………………………………17

Polvo de estrellas………………………………………………………………………………….20

Epoca antediluviana

La Deidad………………………………………………………………………………………….25

Tradición……………………………………………………………………………………………26

Las 7 ciencias liberales…………………………………………………………………………26

Enoch…………………………………………………………………………………………………27

Hermes Trimegistro……………………………………………………………………………..27

La torre «Babel» de Borsippa……………………………………………………………….31

La gran pirámide de Egipto……………………………………………………………………31

CAPITULO SEGUNDO

Epoca Pre -Cristiana

La mitología……………………………………………………………………………………33

Influencia esotérica egipcia……………………………………………………………34

Los misterios de Isis………………………………………………………………………35

El secreto……………………………………………………………………………………….35

Las escuelas Eleusianas………………………………………………………………..36

La escuela Platónica……………………………………………………………………….38

La escuela Pitagórica………………………………………………………. …………….39

El Mitraismo…………………………………………………………………………………..41

La escuela ecléctica de Alejandría………………………………………………….42

El Cristianismo primitivo………………………………………………………………..42

El Gnosticismo……………………………………………………………………………….43

Los hijos de la luz…………………………………………………………………………..43

CAPITULO TERCERO

Los fundamentos judíos

Las leyendas…………………………………………………………………………………..45

El Maestro Hiram…………………………………………………………………………….47

Balkis, Reina de Saba………………………………………………………………………49

La muerte del Maestro…………………………………………………………………….49

El castigo de los asesinos………………………………………………………………..51

El Delta sagrado………………………………………………………………………………51

Destrucción y reconstrucción del Templo………………………………………52

La propagación del conocimiento en Europa………………………………….53

La decadencia Romana……………………………………………………………………54

El Arte Gótico………………………………………………………………………………….55

CAPITULO CUARTO

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SEGUN DA PA RTE

La corriente mística y caballesca

Del siglo XII al siglo XVIII

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La época Templaría…………………………………………………………………….58

Los Caballeros Templarios……………………………………………………………..59

Los Ashashins……………………………………………………………………………….61

Los Hermanos de Oriente……………………………………………………………….62

Los Caballeros constructores…………………………………………………………63

El fin de las cruzadas……………………………………………………………………….64

El retorno a Francia………………………………………………………………………….65

La maquinación………………………………………………………………………………67

La muerte del Gran Maestro…………………………………………………………….69

El fin de la Orden……………………………………………………………………………..70

La integración …………………………………………………………………………………73

El poder de la Iglesia………………………………………………………………………..74

La controversia cientifica………………………………………………………………..75

CAPITULO QUINTO

El siglo XIV inglés…………………………………………………………………………..77

Los Lolardos…………………………………………………………………………………..77

La Magna sociedad……………. ………………………………………………………….79

Los primeros gremios……………………………………………………………………..80

* TERCERA PA RTE

La Masonería especulativa democrática y libertaria Del siglo XVIII al siglo XX

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Los Masones aceptados……………………………………………………………83

La corriente filosófica y mística……………………………. ……………………85

La primera constitución……………………………………………………………..85

La masonería esocesa………………………………………………………………..88

La Gran Logia Provincial de Inglaterra

para el Reino de Francia…………………………………………………………… 89

CAPITULO SEPTIMO La Masoneria moderna

El siglo de la razon…………………………………………………………………….93

La Masoneria de la Corte…………………………………………………………..94

El Gran Oriente de Francia…………………………………………………………95

La Masoneria revolucionaria…………………………………………………….96

La desgracia del Gran Maestre………………………………………………….97

Los Rosacruces…………………………………………………………………………98

La sintesis progresiva……………………………………………………………..100

La Masoneria mistica………………………………………………………………101

La Masoneria magica………………………………………………………………103

La Masoneria Imperial……………………………………………………………..106

La Masoneria femenina…………………………………………………………….106

La masoneria Republicana……………………………………………………….107

La Masoneria a la conquista del mundo………………………………….109

La Masoneria contemporanea…………………………………………………110

Relacion de la Masoneria con la Iglesia…………………………………..111

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PRIMERA PARTE –

LA CORRIENTE FILOSOFICA, BIBLICA Y SIMBOLICA

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Del nacimiento del mundo al Siglo VIII D. de C.

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CAPITULO PRIMERO Cosmogonía

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– El día antes del primer día –

Hace  entre  diez  y  veinte  mil  millones  de  años  que  sucedió  la  gran  explosión,  el  «Big Bang»,  el  acontecimiento  que  inició  nuestro  universo.  ¿  Por  qué  sucedió  esto  ?  es  el  mayor misterio  que  conocemos.  En  la  época  muy  remota  del  inicio  del  universo,  no  había  galaxias, estrellas  ni  planetas,  no  había   vida ni civilizaciones; toda la materia y la energía presentes en el universo  estaba  concentrada  con  una  densidad  muy  elevada  en  una  masa  uniforme  y  radiante, una  única  bola  de  fuego  que  llevaba  todo  el  espacio  y  que  podemos  imaginar  como  un  «huevo cósmico»; el que recuerda los mitos de la creación de muchas culturas: (*53)

«…Hubo  primero  el  gran  huevo.  Dentro  del  huevo  había  el  caos,  y  flotando  en  el  caos estaba «Pan Gu», el gran «No» desarrollado, el embrión Divino; y Pan Gu salió, rompiendo el huevo con un martillo y un cincel en la mano con los cuales dio forma al mundo…»

Teosofía China Siglo III D.d.JC

No  es  que  toda  la  materia  y  la  energía  del  universo  estuvieran  apretadas  en  un  pequeño rincón  del  universo  actual,  sino  que  el  universo  entero:  materia  y  energía,  ocupaba  un  volumen muy  pequeño.  En  esa  época  muy  remota,  el  universo  estaba  lleno  de  radiación  y  de  mater ia sutil,  al  principio  hidrógeno  y  helio  formado  a  partir  de  partículas  elementales  en  la  densa  bola

de  fuego  primigenia  y  estaba  brillantemente  iluminado  (*53).  El  universo  inició,  con  aquella titánica explosión cósmica, una expansión que no ha cesado y sus dimensiones son tan grandes que  superan  la  comprensión  del  hombre.  Recurrir  a  unidades  familiares  de  distancia  que  se escogen por su utilidad en la tierra, como los kilómetros, no serviría por nada.

A  medida  que  el  tiempo  pasaba,  el  tejido  del  espacio  continuó expandiéndose, la radiación

se  enfrió  y  el  espacio  se  volvió  por  primera  vez  oscuro,  tal  como  lo  conocemos  ahora.  Luego, empezaron a crecer pequeñas bolsas de gas, pequeñas inuniformidades.

Se  formaron  zarcillos  de  vastas  y  sutiles  nubes  de  gas,  colonias de cosas grandes que se movían  pesadamente,  girando  lentamente,  haciéndose  cada  vez  más  brillantes,  conteniendo  cien mil  millones  de  puntos  brillantes.  Se  habían  formado  las  estructuras  mayores  del  universo:  las galaxias,  las  estamos  viendo  hoy.  La  tierra,  creada  gracias  a  una  de  estas  proyecciones,  se condensó a partir de gas y polvo interestelares hace 4.600 millones de años. (*49)

Unos  mil  millones  de  años  después  del  Big  Bang,  la  distribución  de  materia  en  el  universo

se  había  hecho  algo  grumosa,  quizás  porque  el  mismo  Big  Bang,  no  había  sido  perfectamente

uniforme. La materia estaba empaquetada más densamente en estos grumos que en otros partes. Puede  imaginarse  que  hubo  dos  o  más  Big  Bang  casi  simultáneos:  la  llamada  «reacción  en cadena»  bien  conocida  por  los  físicos  nucleares.  La  gravedad  de  estos  grumos  atraían  hacia ellos  cantidades  substanciales  del  cercano  gas,  nubes  de  hidrógeno  y  de  helio  que  estaban destinadas a convertirse en cúmulos de galaxias. (*53)

Es  muy  claro  que  el  universo  haya  estado expandiéndose desde el Big Bang, pero no está

en  absoluto  claro  que  continúe  expandiéndose  indefinidamente.  La  expansión  puede  hacerse cada vez más lenta hasta detenerse e invertirse, haciendo que el universo creado un día por Dios, regresará un día final a Dios. Si vivimos en un universo flexible de este tipo, el Big Bang no es

la  creación  del  Cosmos,  sino  simplemente  el  final  del  ciclo  anterior,  la  destrucción  de  la  última encarnación del Cosmos. Pero al contrario, es científicamente conocido que  si hay menos de una cierta  cantidad  crítica  de  materia  en  el  universo,  la  gravitación  de  las  galaxias  será  insuficiente para  detener  su  expansión  y  provocar  la  recesión;  en  este  caso,  el  universo  continuará  su  fuga por siempre en el infinito (*53).

El  tamaño del universo es inaccesible a nuestro conocimiento actual y, creciendo cada día más,  sería  todavía  más  difícil  medirlo,  si  tuviéramos  los  instrumentos  adecuados  para  tan gigantescas   medidas.   Conocemos   mucho   mejor   la   talla   de   nuestro   sistema   solar.   Las simulaciones  numéricas  realizadas  en  1970  estiman  que  la  nube  «Oort»  (cuya estructura esférica

de  asteroides  envuelven  el  sistema  solar),  es  de  20.000  a  50.000  unidades  astronómicas.  Sí  cada

unidad  astronómica  tuviese  150  millones  de  kms,  el  perímetro  interior de nuestro sistema solar

se  situaría  entre  3.000.000  a  7.500.000  millones  de  kms  (*55).  Carl  Sagan  decía  en  su  muy celebre  serie  televisiva  «Cosmos»:    «…  El  Cosmos  (*)  es  todo  lo  que  es,  lo  que  fue  y  lo  que  será

alguna vez …».

(*): Cosmos: palabra griega que significa el orden del universo, opuesto a Caos.

* Cosmosofía

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El huevo primordial

Si  el  marco  general  de  la  comprensión  de  un  universo  en  expansión  y  de  un  Big  Bang  es fácil,  tenemos  que enfrentarnos con preguntas aún más difíciles. ¿ Cómo eran las condiciones en

la  época  del  dicho  Big  Bang  ?  ¿  Qué  sucedió  antes  ?  ¿Había  un  diminuto  universo  carente  de toda materia y luego la materia se creó repentinamente de la nada ?  Muchas culturas responden que  Dios  creó  el  universo  de  la  nada;  es  el  caso  de  nuestra  cultura  judeocristiana.  La  pregunta que  debemos  formular  enseguida  resulta  evidente:  ¿  De  dónde  viene  Dios ?.  Si  decidimos  que esta  respuesta  no  tiene  contestación,  ¿  Por  qué  no  decidimos   que  el  origen  del  Universo

tampoco tiene respuesta ? Si decidimos que Dios siempre ha existido, ¿ Por qué no concluimos, diciendo que el universo ha existido siempre ?(*53).

Cada  cultura  tiene  un  mito  sobre  el  mundo  antes  de  la  creación  y  sobre  su  creación, a menudo  mediante  la  unión  sexual  de  los  Dioses  o  la  incubación  de  un   «huevo  cósmico». En general,  se  supone  que  el  universo  sigue  el  precedente  humano  o  animal;  de  aquí  vienen  como ejemplos algunos extractos de tales mitos :

«…Al  principio  de  todo,  las  cosas  estaban  descansando  en  una  noche  perpetua;  la  noche  lo  oprimía todo como una maleza impenetrable…»

El Mito del «Gran Padre» del pueblo aborigen Aranda de Australia central

«…Todo   estaba   en   suspenso,   todo   en   calma,   todo   silencioso;   todo   inmóvil   y   tranquilo;   y   los espacios del cielo estaban vacíos..»                                                                                                       El Popol Vuh de los Maya Quiché

«...Na  Arean-   estaba  sentado  solo  en  el  espacio  como  una  nube  que  flota  en  la  nada.  No  dormía porque  no  había  el  sueño;  no  tenía  hambre  porque  todavía  no  había  hambre.  Estuvo  así  durante  mucho tiempo, hasta que se le ocurrió una idea. Se dijo a sí mismo: «-Voy a hacer una cosa…-»

Mito de Maia, islas Gilbert de Micronesia

«..  Al  orígen  de  los  tiempos,  había  Noun,  el  caos  origina l  inerte;  de  este  caos  salíò  por  potencia propia   el   sol   Ra-Atoum.   Atoum   masturbándose,   escupió   Chou-Tefnout.   Chou-Tefnout   produjó   Geb   (la tierra)  y  Nout  (el  cielo),  quienes  a  su  turno,  dieron  nacimiento  a  los  grandes  «Neters»  de  la  naturaleza: Osiris, Isis, Seth y Nephtys»             Leyendas egipcias, XII Dinastia

«…Antes  de  que  el  cielo  y  la  tierra  hubiesen  tomado  forma,  todo  era  vago  y  amorfo.  Lo  que  era claro  y  ligero  se  desplazó  hacia  arriba  para  convertirse  en  el  cielo,  mientras  que  lo  pesado  y  turbio  se solidificó   para   convertirse   en   tierra.   Fue   muy   fácil   que   el   material   puro   y   fino   se   reuniera,   pero   muy difícil  que  el  material  pesado  y  turbio  se  solidificara;       por  eso  el  cielo  quedó  completado  primero  y  la tierra   tomó   su   forma   después.   Cuando   el   cielo   y   la   tierra   se   unieron   en   vacuidad   y   todo   era   una simplicidad  tranquila,  las  cosas  llegaron  al  ser  sin  ser  creadas;  esta  fue  la  Gran  Unidad.           Todas  las cosas salieron de esta unidad, pero todas se hicieron diferentes…»                            Huainan Zi, China, Siglo I A. de. C

Esta  última  citación  china  se  une  a  nuestro  concepto  Judeocristiano  puesto  que  tiene mucha similitud con el relato bíblico:

«...  En  el  principio,  creó  Dios  el  cielo  y  la  tierra;  dijo  pues  Dios:  «…  sea  hecha  la  luz…»  y  dividió

la  luz  de  la  tinieblas;  a  la  luz  la  llamó  día  y  a  las  tinieblas  noche;  resultó  el  primer  día  …  El  segundo  día, hizo  Dios  el  firmamento  y  separó  las  aguas;  y  al  firmamento  llamóle  Dios  cielo  …  El  tercer  día,  Dios produjo   la   hierba   verde   y   árboles   que   dan   fruto,   reúnanse   las   aguas   que   están   debajo   del   cielo   y aparezca  lo  árido  y  lo  seco  …  El  cuarto  día,  Dios  hizo  lumbreras  o  cuerpos  luminosos  en  el  firmamento del  cielo,  que  distinga  el  día  de  la  noche  y  señalen  los  tiempos  o  las  estaciones,  hizo  los  días  y  los  años  e las  estrellas  …  El  quinto  día  produjo  en  las  aguas  reptiles  y  animales  que  vivan  en  el  agua  y  aves  que vuelen  sobre  la  tierra  debajo  del  firmamento  del  cielo…  El  sexto  día,  creó  los  animales  vivientes  en  cada género  y  por  fin  dijo:  hagamos  al  hombre  a  imagen  y  semejanza  nuestra  …  El  séptimo  día,  reposó  y bendijo   el   día   séptimo,   por   cuanto   Dios   había   cesado   todas   sus   obras   que   creó   hasta   dejarlas   bien acabadas.                                               Libro del Génesis, capítulo I, vers del I al 28, capitulo II, vers 1-3

Durante miles de años los hombres estuvieron oprimidos por la idea de que el universo era una  marioneta  cuyos  hilos  manejan  un  Dios  o  Dioses  no  vistos  e  inescrutables.  Luego,  hace

2.500  años,  se  produjo  un  glorioso  despertar  que  creo  el  cosmos  del  caos.  Los  primitivos

griegos  creían  que  el  primer  ser  fue  el  caos;  que  creó  una  Diosa llamada noche y luego se unió con ella; su descendencia produjo más tarde todos los Dioses y los hombres. El universo creado

a   partir   del   caos   concordaba   con   la   época   clásica   griega   que   creía   que   la   naturaleza imprescindible  era  manejada  por  Dioses  caprichosos.  La  diferencia  entre  estos  mitos  y  nuestro concepto científico del Big Bang, es que la ciencia se autoexamina y que podemos llevar a cabo experimentos y observaciones para comprobar nuestras ideas; pero, estas muy antiguas historias

de creación son merecedoras de nuestro profundo respeto (*53).

Los puntos de vista son muy diferentes cuando se trata de definir la creación del universo;

los científicos pretenden que el universo es un accidente, lo s religiosos que es la expresión de la soberanía ilimitada de Dios y los filósofos que es el acto fundamental de toda la creación. Para unos,  el  universo  no  era  inevitable;  para  los  otros,  el  universo  no  es  un  accidente,  existe  por  sí mismo.  Para  los  creyentes, el universo es una obra de creación; por lo tanto, esta completamente sujeto  a  la  voluntad  de  su  creador.  Dios  es  energía  con  propósito   (espíritu  creador) y voluntad absoluta; son estos propósitos y esta voluntad que son incomprensibles por el hombre (*49).

La  religión  hindú  es  la  única  de  las  grandes  fes  del  mundo  que  inculca  la  idea  de  que  el

mismo  Cosmos  está  sujeto  a  un  número  de  muertes  y  de  nacimientos  inmensos,  de  hecho infinitos.  Es  la  única  religión  en  la  que  las  escalas  temporales  corresponden,  a  las  de  la cosmología científica moderna. Sus ciclos van de nuestro día y noche corrientes hasta un día y una noche de Brahma, que dura 8.640 millones de años; más tiempo que la edad de la Tierra o

del Sol y una mitad aproximadamente del tiempo transcurrido desde el Big  Bang.

Las  fechas  de  las  inscripciones  Mayas  también  abundan  profundamente  en  el  pasado  y  a veces en el futuro lejano. Unas inscripciones se refieren a una época de hace más de un millón

de años y otra se refiere quizás a hecho de hace  400 millones de años, aunque los especialistas

de la cultura Maya discuten estas cifras. Los acontecimientos recordados puede ser míticos, pero

las   escalas   temporales   son   prodigiosas.   Un   milenio   antes   de   que   los   europeos   estuvieran dispuestos a despojarse  de la idea bíblica de que el mundo tenía unos cuantos miles de años de edad, los Mayas estaban pensando en millones y los hindúes en miles de millones (*53).

Hay  en  la  religión  Hindú  el  concepto  profundo  y  atrayente  de  que  el  universo  no  es  más que  el  sueño  de  un  Dios  que,  después  de  cien  años  de  Brahma,  se  disuelve  en  un  sueño  sin sueños. El universo se disuelve con él, hasta que después de otro siglo de Brahma, se remueve,

se  recompone  y  empieza  de  nuevo  a  soñar  el  gran  sueño  cósmico.  Mientras  tanto  y  en  otras partes,  hay  un  número  infinito  de  otros  universos,  cada  uno  con  su  propio  Dios  soñando  el sueño cósmico (*53).

Estas  grandes  ideas  están  atemperadas  por  otra,  quizá  más  grande  todavía,  que  dice:

«…Los  hombres  no  son  los  sueños  de  los  Dioses,  sino  que  los  Dioses  son  los  sueños  de  los hombres…»

– Polvo de estrellas –

En  los  últimos  milenios,  hemos  hecho  los  descubrimientos  más  asombrosos  e  inesperados sobre  el  universo  y  el  lugar  que  ocupamos  en  el.  En  el  último  tercio  del  siglo  XX,  y  ya  en  la frontera  del  nuevo  milenio,  el  hombre  ha  iniciado  el  dominio  del  átomo,  del  electrón,  de  la célula y de la molécula y como consecuencia, está en condiciones de transformar casi todo. Los esclavos   humanos   fueron   sustituidos   por   la   máquina   y   ahora   por   otros   servidores:   los microchips y los genes, que no podemos ver con nuestros ojos, pero que llevan en su interior la transformación  del  mundo.  Se  han  roto  las  cadenas  de  la  gravedad.  Se  ha  descifrado  el  código genético  y  sabemos  que  la  vida  es  una  cierta  disposición  de  la  materia.  Se  ha  iniciado  la exploración  y  explotación  del  espacio.  Desde  satélites  o  desde  la  tierra  y  gracias  a  los  rayos  X, los  rayos  infrarrojos,  ultravioletas  y  la  radiación  Gamma,  se  auscultan  estrellas  y  galaxias situadas  a  millones  de  años  luz  de  nuestro  planeta.  Hemos  examinado  el  universo  en  el  espacio

y descubierto que vivimos en una mota de polvo.

En   otros   campos,   se   han   vencido   enfermedades   hasta   hace   poco   mortales.   Se   han empezado a sustituir partes decisivas del organismo. Se sustituyen el cobre por la fibra óptica, el acero  y  el  aluminio  por  el  plástico,  el  petróleo  por  la  fusión  nuclear.  Se  han  inventado  el  radar,

el  láser,  la  penicilina  y  los  plásticos.  Se  quiere  sustituir  el  electrón  por  el  fotón  y  se  han desterrado, en cierta  medida y en determinadas sociedades, el hambre, el dolor y la enfermedad. Creemos  conocer  la  fecha  de  nacimiento  del  universo  y  hemos  aprendido  que  somos  a  la  vez testigos  y  participantes  efímeros  en  un  proceso  de  evolución  comenzado  hace  miles  de  millones

de años y que abarca a la naturaleza entera. Sabemos que el ser humano no ha existido siempre;

en  las  escalas  de  tiempo  de  la  astronomía,  su  aparición  es  muy  reciente.  Emerge  de  una  larga serie  de  antepasados  entre  los  cuales  reconocemos  las  células  primitivas, los metazoarios, los peces,  los  anfibios,  los  reptiles,  los  mamíferos  y  los  primates.  Hace  menos  de  10  millones  de años,  evolucionaron  los  primeros  seres  que  se  parecían  a  seres  humanos.  Sabemos  que  la evolución  funciona  mediante  la  mutación  y  la  selección y sabemos que los átomos de nuestros huesos  y  de  nuestra  sangre  se  forjaron  en  estrellas  a  años  luz  de  distancia  de  nosotros,  o  que incluso  las  partículas  más  antiguas  de  las  que  están  compuestos  estos  átomos  son  fósiles  de energías  y  fuerzas  apenas  comprensibles  que  existieron  en  el  primer  microsegundo  de  la creación.

Virginia  Woolf  decía:  «. .La naturaleza nos ha confeccionado híbridamente de arcilla y de

diamante,  de  arco  iris  y  de  granito..«. Ahora podríamos añadir que el hombre está compuesto de

la  inimaginable  cifra  de  10  elevado  a  29  partículas  elementales  y  podemos  decir:  «… Somos polvo,  polvo  de  estrellas,  polvo  de  estrellas  que  anda…» , lo cual no es sólo una frase poética. Para Monod  «…  Se  ha  roto  la  antigua  alianza  y  el  hombre  sabe,  por fin, que está sólo en la inmensidad  indiferente  del  cosmos,  del  que  ha  emergido  por  azar…».  Sabemos también que el hombre  vive  en  un  pequeño  planeta,  la  Tierra,  que  es  arrastrado  a  velocidades  fabulosas  por  su estrella:  el  Sol,  a  través  del  espacio  interestelar. Hace poco que sabemos, además, que se trata de

un astro muy corriente, de los que hay no menos de diez mil millones en su propia isla estelar:

la  vía  láctea,  que  contiene  unos  400  mil  millones  de  estrellas  de  todo  tipos  que  se  mueven  con una gracia compleja y ordenada.

Nuestros  antepasados  observaron  la  elegancia  de  la  vida  en  la  tierra,  lo  apropiadas  que eran  las  estructuras  de  los  organismos  a  sus  funciones;  consideraron  esto  como  prueba  de  la existencia   de   un   gran   diseñador,   un  «Gran  Arquitecto  del  Universo»,  que  proporcionaba meticulosamente  a  la  naturaleza,  significado  y  orden  y  no  podemos  evitar  pensar  en  el  delicado

y necesario equilibrio de la especie humana.

En todas las épocas, nos ha fascinado estas preguntas. ¿ Dónde estamos, quienes somos ?; actualmente  esta  muy  claro  que  vivimos  a  unos  30.000  años  luz  del  núcleo  galáctico,  en  los bordes de un brazo espiral donde la densidad de estrellas es relativamente reducida. Vivimos en

un  planeta  insignificante  de  una  estrella  ordinaria  en  las  afueras  de  una  galaxia  ordinaria  (*53). Somos unos seres solos en el cosmos, que Prigogine llamaba:  «… Gitanos en las fronteras del universo…»,   de  un  universo  fragmentado,  rico  en  diferencias  cualitativas  y  en  potenciales sorpresas,  de  una  naturaleza  compleja  y  múltiple,  en  la  que  los  procesos  irreversibles  y  la

aleatoriedad  juegan  un  papel  esencial  y  en  la  que  la  reversibilidad  y  el  determinismo  son solamente  casos  particulares.  Queda  todavía  mucho  por  comprender  sobre  el  origen  de  la  vida, incluyendo  el  origen  del  código  genético.  «…Sabemos  pues  …  que  sabemos…»; pero, nuestro mejor saber es que sabemos que sabemos poco del misterio de la vida.

Decía Aristóteles  «…Todo  hombre  por  naturaleza,  desea  saber…» y es cierto que tenemos

esta  increíble  ansia  por  aprender;  estamos  impulsados  a  conocernos  a  nosotros  mismos  por dentro  y  por  fuera;   pero,  si  esto  no  es  suficiente,  inventamos  explicaciones,  razones  y  relatos que nos dicen dónde estamos y cómo somos.

Creamos   leyendas,   historias,   fábulas   con   las   cuales   construimos   lo   que   llamamos

«tradición»; esta es nuestra manera de ser; inventamos mecanismos que nos pueden llevar más allá  de  nosotros  mismos.  Tenemos  instrumentos  que  nos  permiten  ver  lo  que  no  podemos  ver,

oír lo que no podemos oír, ir a lugares a los que no podemos ir, y vamos a estos sitios, y vemos esas cosas, y las oímos y nos hacemos siempre las mismas preguntas: ¿ Qué significa ?   ¿Cómo formamos parte de todo esto ? Deseamos descubrir nuestro pasado, conocer nuestro presente y establecer  nuestro  futuro.  También  deseamos  descubrirnos  a  nosotros  mismos,  descubriendo  la

«Vía  Real»  que  nos  permite  entender  el  lazo  que  tenemos  con  el  universo  y  con  su  Creador,

como parte microcósmica de El y El, como parte macrocósmica de nosotros.

A  pesar   de  las  invenciones  e  innovaciones  de  nuestro  mundo  moderno;  a  pesar  de  los prodigios técnicos y la evolución material de nuestro siglo de la luz, el hombre no es más feliz; siente  malestar;  continúa  inquieto  y  angustiado,  puesto  que  perdió  la  conciencia  de su origen del primer  día  desaparecido  y  olvidado;  le  falta  algo,  el  reencontrarse  con  el  lazo  original,  con  el pasado lejano, con la fuente primordial.

La  tradición  nos  transmite  el  mensaje  de  un  pasado  lejano,  aquel  de  nuestro  orígen;  pero,

hemos  olvidado  esta  unidad  creadora,  ese  tiempo  primordial;   pero  sin  duda,  nuestra  memoria

insconsciente nos incita a buscar con nostalgia las Leyes del mundo que ella nos ha transmitido

y que queremos interpretar según el lenguaje de nuestra época.

En el ancia de  conocer lo desconocido, el hombre tiene necesidad de imaginar y gusto de

lo  irracional  que  soporta  su  capacidad  de  soñar.  Por  eso,  extrapola  éste  tiempo  olvidado;  se  le ilustra  con  quimeras,  con  cuentos;  forjando  unos  mitos  brumosos  e  improbables  con  el  fin de satisfacer su deseo de lo maravilloso; intentando justificar su desconocimiento por lo fantástico;

de explicarlo y de comprenderlo por la alegoría de la leyenda. El hombre quisiera que su pasado

fuera «bello»; por eso, agrega un poco de decoro, de fantasía y de magnificencia a lo ordinario, para  que  los  demás  lo  envidien,  para  que  deseen  ser  como  quisiera  ser  él  mismo,  para  que  lo admiren  sus  hijos,  para  los  cuales  quiere  ser  su  héroe,  y  sus  amigos  para  los  cuales  debe  ser

«gente  buena»;  para  que  lo  admiren  más,  para  que  lo  amen  más,  y  para  que  sus  enemigos  lo odien más.

El hombre quiere ser admirado; es por eso que decora la realidad con adornos magníficos;

es  por  el  odio  de  lo  ordinario  y  de  lo  mediocre  que  el  hombre  transforma  la  verdad  en  mitos,

leyendas  y  fábulas;  las  cuales,  sin  contradecir  la  verdad,  la  presenta  en  una  forma  más  valiosa; para  embellecer  a  los  que  participaron  en  su  desarrollo  y  a  sí  mismo.  Con  el  tiempo  y  con  el paso  de  las  generaciones  bañadas  en  este  mito  que  se  volvió  viviente  en  el  espíritu  de  su comunidad,  el  hombre  lo  aceptó  como  verdad  y  al  final  se  lo  cree;  se  identifica  con  él, transmitiéndole como testimonio de lo que él mismo ha aceptado como su historia.

Son  estos  mitos,  leyendas  y  fábulas  que  reporto  a  continuación; son el tema de esta obra. Son tan numerosos que justificaban un libro exclusivamente dedicado a ellos.

Ya si, podemos empezar a soñar !…

*

Epoca antediluviana

*                *

La Deidad –

En  nuestra  sed  de  conocimiento,  intentamos  comprenderlo  todo y explicarlo todo… hasta

lo  inexplicable.  Intentamos  en  vano  de  comprender  todo  y  comprender  a  Dios,  percibir  y comprender  su                        omniconsciencia,  ominipotencia,  omnipresencia,  omnisciencia  a  través  de  los actos  de  la  vida.  Intentamos,  gracias  a  nuestros  radiotelescopios,  de  entreverlo  aunque  sea  un solo   instante   en   el   universo…   vana   búsqueda.   La   total   abstracción   de   Dios   lo   vuelve definitivamente invisible a nuestros ojos curiosos y a nuestra mente inquieta. Gracias a nuestros sentidos  que,  a  pesar  de  que  en  nombre  de  la  razón,  han  perdido  sus  instintos  primordiales, intentamos  comprender  la  abstracción  divina.  Gracias  a  la  teosofía  y  al  deismo  que  hemos heredado  de  nuestros  ancestros  educados  en  las  religiones  primitivas,  podemos  definir  su principio;  pero  queremos  otra  cosa,  queremos  más;  no  nos  satisfacemos  solo  con  los  efectos; queremos  la  causa,  queremos  la  realidad,  queremos  la  revelación,  la  concreción  de  nuestra esperanza y de nuestra fe en lo desconocido, en lo irrevelable que queremos ver revelado.

La  comprensión  de  lo  que  es  Dios,  es  de  la  mejor  imposibilidad;  para  la  ciencia,  Dios  es una causa; para la filosofía, una idea; para la religión, una persona. Dios es para el científico una fuerza  primordial;  para  el  filósofo,  una  hipótesis  de  unid ad  y  para  el  religioso,  una  experiencia espiritual viviente  (*49).   La creencia en un  «Principio  Creador»  es  uno  de  los  fundamentos  de

la Masonería universal, ya que originado en numerosos años de operativismo de la construcción, los  Masones  saben  que  nada  puede ser creado sin Creador; el Universo y la vida no escapan a ese  principio;  pero,  ¿  Cuál  es  el  origen  de  la  fuerza  que  puede  generar  tanta  potencia,  tanta creación, tanta armonía ?¿ Es efecto o causa ? ¿ Dónde está situada ? ¿ En Dios ?. Pues, si la fuerza  está  en  el  universo  ¿  Dónde  está  Dios  ?  (*4). Viviendo en una civilización educada en la religión   judeocristiana   explicando   que   Dios   es   nuestro   Padre   Creador,   lo   imaginamos beatamente  como  nuestro  genitor,  tal  como  nuestro  padre  carnal;  es  por  eso  que  nuestra

tradición popular lo representa como un patriarca bondadoso y barbudo.

Siendo el Creador, él reina tal como un Rey sobre su creación y tal como un Monarca, él está sentado sobre su trono. Estando en el  «cielo», su trono no puede estar situado sino sobre las nubes;  es  bajo  está  forma  que  nuestros  ancestros  nos  transmitieron,  hace  mil  generaciones,  la imagen del Creador.

– Tradición –

Sentado  sobre  su  trono  de  nubes  en  Thulé,  (extremo  septentrional  de  nuestro  mundo donde,  de  acuerdo  a  muy  antíguas  leyendas,  la  vida  habría  aparecido  por  primera  vez), Elfou

(uno de los más antiguos nombres de Dios), admiraba su creación, un muñeco de arcilla roja al cual él acababa de dar el  «soplo de vida» y que llamó: Adán  (el «Primero» en antiguo arameo). Queriendo  que  ese  pequeño  ser  se  volviera  el  padre  de  la  humanidad  y  reinara  sobre  el  mundo que él había acabado de crear, Dios decidió instruirlo en el conocimiento de los misterios de la vida.

– Las 7 ciencias libres –

El  conocimiento  del  «Todo  en  Todo»  es  el  más  grande  y  más  antiguo  misterio  de  la Masonería;  en  él  se  resume  el  conocimiento  de  las  7  ciencias  libres  que  eran  el  Trivium:  la Gramática,  la  Dialéctica  y  la  Retórica,  y  el  Cuadrivium:  la  Aritmética,  la  Geometría,  la  Música

y  la  Astronomía,  todas  se  reúnen  en  una  sola  «Gran  ciencia  sagrada»:  la  Geometría,  que encuentra su más alta expresión en Egipto, país que debe su filosofía a la India después de que ella  se  expresó  en  Persia  y  en  Caldea  y  de  haber  fundado  las  bases  de  las  civilizaciones  del medio oriente  (*4). Los secretos de las 7 ciencias libres fueron comunicados a Jabal, hijo mayor

de Lamec, patriarca descendiente de Caìn y de su mujer Zilla. La alquimia y el arte de forjar los metales   fueron   transmitidos   a   su   hermano   Tubalcain.   Los   dos   hermanos   grabaron   sus conocimientos sobre dos columnas; la una de piedra y la otra de ladrillo, con el fin de que ellos

no  se  perdieran  durante  el  diluvio  ordenado  por  Dios  que  comenzó  en  el  año  del  mundo  1.657

(2.378 antes de Jesucristo), llovió durante 40 días y 40 noches y   el agua se mantuvo 160 días

por encima de la tierra (*1).

– Enoch –

En   los   textos   antiguos,   se   encuentra   frecuentemente   referencia   a   Enoch   (Henoch  o Henock)  primer  hijo  de  Yered  y  padre  de  Matusalén;  séptimo  patriarca  bíblico  que,  según   la tradición,  vivió  en  el  año  3.740  antes  de  Jesucristo.  Durante  un  sueño,  conoció  el  verdadero nombre  de  Dios,  que  le  fue  prohibido  pronunciar  y  que  no  podía  revelar  (*47). Durante otro sueño,  tuvo  la  revelación  del  diluvio  que  había  de  sumergir  la  tierra  y  destruir  la  humanidad, porque  Dios  se  arrepintió  de  haber  creado  al  hombre,  puesto  que  reinaba  sobre  la  tierra  un relajamiento y perversión tal que él resolvió hacer perecer a todos los seres vivos de la creación por  medio  de  una  inundación  universal,  a excepción de Noé, de su esposa, de sus 3 hijos y de sus  esposas,  y  de  una  pareja  de  cada  especie  de  animales  que  se  refugiaron  en  una  arca  de madera  (*1).  Enoch  decidió  preservar  de  la  catástrofe  el  verdadero  nombre  de  Dios  y  grabó  las letras  que  le  representaban  sobre  un  delta  de  oro,  que  ensartó  en  una  piedra  cubica  de  ágata. Edificó  una  profunda  bóveda  en  el  interior  de  una  montaña  que  estaba  destinada  a  guardar  el

precioso Delta de oro, en el que se había grabado el sagradísimo nombre  (*46).

– Hermes Trimegistro –

Cuando  la  cólera  divina  se  calma  y  la  lluvia  cesa,  uno  llamado  Hermes  (o  Hermorian) encuentra  las  dos  columnas  de  Jabal  y  de  Tubalcain.  Inspirado  por  Dios,  él  comprende  la  gran importancia  de  las  revelaciones  escritas  sobre  esas  dos  columnas  y decide transmitirlas a unos hombres capaces de ser depositarios de esos secretos y de hacerlos revivir. Después del tiempo necesario para conocer las cualidades y las capacidades de estos postulantes, él los ordena como sacerdotes  del  culto  del «Dios  vivo», les instruye sobre todas las ciencias y las artes y les revela los  misterios  de  los  símbolos.  De  este  tronco  de  sabios  saldrían  los  elegidos  que  debían  ocupar

el trono, los altos cargos y las dignidades del Estado egipcio.

Hermes fue el gran iniciador de la ciencia secreta de los espíritus así como de la filosofía relativa  a  Dios  y  al  Universo.  Una  de  sus  citaciones,  extraída  del  texto  del  «discurso sagrado», dice:  «Lo  que  esta  arriba  es  como  lo  que  esta  abajo»,  ahí  define  una  correspondencia  sutil  y análoga,  entre  los  mundos  superior  e  inferior,  entre  el  mundo  de  las  causas  y  el  mundo  de  los efectos, entre el microcosmo y el macrocosmo.

Desde  las  primeras  civilizaciones  de  la  humanidad,  fue  notorio  que  existía  una  jerarquía oculta  de  Reyes  sacerdotes  iniciados,  constituidos  en  una  fraternidad  teocrática  de  sabios  y  de Maestros,   llamada   «Gran  Logia  Blanca»  dirigida  por  Melchisedech  (Melquizedec),  Rey  de Salem y Maestro del  «Dios  altísimo». Durante siglos, esa fraternidad fue el íntimo, secreto y fiel depositario  de  los  misterios  y  dispensadora  de  la  doctrina  sagrada  (*22). La primitiva oscuridad

de  los  textos  bíblicos  cita  ciertos  de  entre  ellos:  Melchor,  Gaspar  y  Baltazar  quienes,  según  la tradición Cristiana, vinieron a venerar a Jesús el día de su nacimiento.

La  más  antigua  tradición  pretendía  que  Dios  mismo  había  elegido  a  Hermes,  mortal  de gran  sabiduría,  al  cual  él  le  había  dado  por  nombre  «el  Trimegistro»  (tres  veces  grande,  tres veces  sabio,  tres  veces  Maestro),  para  ser  iniciado  en  el  conocimiento  de  los  misterios  de  la India y de Egipto, de Persia y de Etiopía; sabiduría secreta consistente en una serie de doctrinas

y de ceremonias sagradas. También Dios lo inició en el conocimiento de las ciencias y las artes con  el  propósito  de  instruir  a  la  humanidad para que exprese sus sentimientos con la escritura.

Es  por  eso  que  las  leyendas  dicen  que  fue  Hermes  (Mercurio para los Latinos y Toth por los

Egiptos) quien crea los jeroglíficos, el vehículo de transmisión de la teología del antiguo Egipto. Hermes instruyó también a los Griegos el arte de su interpretación (*11).

Según Hesiodo de Esparta, Júpiter  (Zeus), Maestro de los Dioses, tuvo siete esposas, amó también  a  varias  ninfas  y  mortales  con  las  cuales  tuvo  innumerables  hijos,  como  Mercurio

(nombre  latino  de  Hermes)  nacido  de  sus  amores  con  Maya,  una  de  las  hijas  del  Dios  Atlas. Amó  también  a  Aurora  y  de  ella  tuvo  un  hijo:  Lucifer;  es  decir  que  Hermes  y  Lucifer  eran medio  hermanos.  Según  la  leyenda  de  Osiris  y  de  Isis,  transmitida  por  Plutarco:  Sirio  (otro nombre  Egipcio  de  Hermes ) preceptor de Isis, hija mayor de Saturno, el más viejo de los Dioses

(Dios  griego  Cronos;  padre  del  tiempo  o  Dios  Humano),  fue el inventor del lenguaje y el primer legislador que enseña a los hombres el culto de los Dioses  y los medios para elevar los templos donde ellos debían ser adorados (*26).

Toth  (nombre  egipcio  de  Hermes),  el  gran  Maestro  del  saber,  mensajero  de  los  Dioses  y guardián de las encrucijadas y de los primeros conocimientos es citado en el Zohar (libro de los muertos   egipcios)  como  el  pesador  de  las  almas:  «…Tu  alma  ha  sido  pesada  y  ha  sido encontrada falta de peso…».

Thot,  está  identificado  en  la  religión  egipcia,  como  el  Dios  de  la  Sabiduría  y  de  la escritura,  como  el  guardián  de  los  archivos  sagrados y de la magia  (gran ciencia sagrada de la tradición  oriental,  inseparable  de  la  religión);   esta  identificado  en  la  cultura  griega  como Hermes,  (Hermes  Mercurio  Trimesgistro).  Hermes  también  es  asimilado  a  Lug,  el  Ser  superior

de los Ligures precelticos, el Maestro de todos los saberes, protector de las almas de los muertos que  habrían  traspuesto  la  barrera  de  lo  desconocido  como  de  aquellos  que  se  le  encomendaron

en vida buscando el conocimiento ancestral.

Obras  muy  preciadas  fueron  atribuidas  a  Hermes;  una  de  entre  ellas,  el  «Pimandre» relata magníficos  pasajes,  dando  ejemplos  de  su  sabiduría,  repro-dusco  uno  de  entre  ellos,  conocido bajo el nombre de: «Concilio de los Dioses»:

En  esta  época  lejana,  los  Dioses  reunidos,  se  inquietaron  por  saber  lo  que  Hermes había

hecho  con  los  altos  conocimientos  que  los  grandes  Maestros  de  las  fuerzas  de  la  naturaleza  le habían confiado.

Zeus,  Maestro  de  los  Dioses  lo  interpela:    «… Mortal, te hemos confiado el conocimiento

de las fuerzas de la naturaleza y el nombre  de los espíritus que los comandan con el fin de que

tu los escondas a la curiosidad de los hombres; haz tu hecho como te lo hemos ordenado?…»

Hermes respondió:  «… Zeus, Maestro de los Dioses, se hizo como tu lo ordenaste….»

Zeus le pregunta:  «… Donde haz tu escondido el conocimiento de los misterios de la vida y del universo..?»

Hermes  respondió:  «…  Yo  lo  he  escondido  allí  donde  los  hombres  no  podrán  jamás encontrarlo…»

El Dios del viento le pregunta:  «.. Lo habrás escondido en el más fuerte soplo de mi Reino de los vientos..?»

Hermes respondió:  «…  No,  puesto  que  un  día  cercano  los  hombres  irán  a  los  soplos  del viento y podrán encontrarlo …»

El  Dios  del  mar  le  pregunta:  «… Lo habrás escondido en lo más profundo de los abismos de mi Reino de las aguas?…»

Hermes  respondió:  «… No, puesto que un día cercano, los hombres irán a lo más profundo del mar y podrán encontrarlo …»

la  Diosa  de  la  tierra  le  pregunta:  «…  Lo  habrás  escondido  en  lo  más  profundo  de  la oscuridad de las fosas de mi Reino…?»

Hermes  respondió: «… No, puesto que un día cercano, los hombres irán a lo más profundo de la tierra y podrán encontrarlo …»

El  Dios  del  fuego  le  pregunta:   «…Será  entonces,  en  mi  Reino  del  fuego  donde  tu  lo  haz escondido?…»

Hermes  respondió:     «…  No,  puesto  que  un  día  cercano,  los  hombres  irán  al  Reino  del fuego y podrán encontrarlo…»

Zeus le pregunta:  «… Si no es ni en el viento, ni en el mar, ni en la tierra, ni en el fuego, donde haz tu escondido el conocimiento sagrado?…»

Hermes  respondió:  «…Yo  lo  he  escondido  allí  donde  los  hombres  no  podrán  jamás encontrarlo…»

Zeus le pregunta: «… Dinos, pues, donde esta ese sitio tan confiable…»

Hermes respondió:  «… En lo más profundo de él mismo..»

La   Francmasonería   se   ha   integrado   siempre   a   la   corriente   tradicional   iniciática designada  bajo  el  nombre  de  «Hermetismo»  y  su  historia  esta  muy  ligada  a  aquella,  desde  la filosofía  tradicional  hasta  las  grandes  síntesis  de  los  conocimientos  y  del  pensamiento  humano

de  la  época  neo-Alejandrina,  que  marca  la  identidad  entre  la  religión,  la  ciencia  y  la  filosofía,

reconociendo que el hombre es la medida microcósmica de todas las cosas, parte de un  «Gran Todo»  macrocósmico y que esta pertenencia a ese Gran Todo puede hacerlo entrever las erdades superiores.

–    La torre Babel –

La  torre  Etemenanki  es  mejor  conocida  bajo  el  nombre  de  «Torre  de  Babel«,   lo que en Asirio antiguo significaba: «confusión», tan numerosos  fueron los idiomas de los obreros que de todo  el  medio  oriente  afluían  para  construirla.  Esa  mezcla  lingüística  fue  el  obstáculo  para  la transmisión  de  las  órdenes  de  Phalec,  director  de  los  trabajos  de  construcción.  La  palabra  no podía ser empleada, fue necesario que los obreros se expresaran por símbolos y por signos (*2).

– La gran pirámide de Egipto –

Este  método  de  comunicación  por  símbolos  fue  enseguida  llevado  a  Egipto  por  Misraim, segundo  hijo  de  Cham,  fundador  de  la  primera  dinastía  faraónica   de  Egipto (Reino  mitologico del Rey escorpión)  y fue empleado para la construcción de las pirámides. Construida 2.500 años antes  de  Jesucristo  (IV  Dinastia  2.723-2.563  A  de  C), bajo el reinado del Rey Keops, la gran pirámide  de  Egipto  es  el  ejemplo  de  la  ni terpretación  de  conocimientos  geométricos  en  el  arte

de   construir  donde   se   expresan   altos   conocimientos   astronómicos  en   las   medidas arquitectónicas.

Los  grandes  hombres  de  la  historia  de  Egipto  fueron  todos  Maestros  de  obra:  Keops,

Thoutmosis  III  y  Ramses  fueron  prodigiosos  constructores  quienes  creaban  sus  obras  para  la gloria  del  principio  divino  que  estaba  definido  en  aquella  época  como  «el  Arquitecto  soberano

de los mundos».

Los  egipcios  han  conservado  por  largo  tiempo  el  recuerdo  de  Imhotep, genial  arquitecto

instruido  en  la  «Cámara  de  vida»  del  templo  de  Tanis,  allá  donde  se  transmitían  los  misterios del alto conocimiento y la sabiduría de los ancianos del Egipto sagrado. Imhotep fue el Maestro

de  obra  que  dirigía  la  construcción  del  antiguo  templo  de  Edfou  de  alto  Egipto  y  de  la  gran pirámide de Keops.

Por la Masoneria, la fecha de la construcción de la gran pirámide es la de 4.000 años A de

C; ella es el primer año del calendario Masónico, del cual nos encontramos en el año 5.998.

Desde la época   más antigua (14 siglos antes de la era Cristiana) los constructores egipcios

estaban   constituidos   en   una   sociedad   de   carácter   iniciático   en   Deir   el   Medineh;   esta organización  fue  una  de  las  expresiones  mas  primitivas  de  la  Francmasonería;  fue  el  apogeo  de

la  primera  época  cooperativa  egipcia.  Al  final  de  la  18a.  Dinastía,  una  primera  cofradía  de constructores  fue  rigurosamente  comprobada.  Sus  leyes,  su  simbolismo  y  su  moral  alcanzaron

un alto grado de espiritualidad. Perfectamente integrada al Imperio faraónico, ella fue una de los más  bellos  elementos  de  su  sociedad.  La  documentación  conservada  en  el  museo  arqueológico del Cairo testifica que, en el año 29 del reino de Ramses II (19a. dinastía), los obreros egipcios disponían  de  una  organización  capaz  de  formular  reivindicaciones  necesarias  para  el  desarrollo

técnico de la época.

*

CAPITULO SEGUNDO Epoca PreCristiana

*                                  *

– La mitología –

Desde  siempre  los  hombres  han  tenido  la  necesidad  de  agruparse  en  comunidades  para vivir  una  vida  conforme  con  las  ideas  de  sus  componentes.  Estas  comunidades  antiguas  se referían  a  una  doble  finalidad:  operativa,  cuando  practicaban  unas  actividades  materiales,  y especulativas, cuando practicaban unos estudios filosóficos.

Siguiendo  la  corriente  del  pe nsamiento  bíblico-simbólico,  la  filosofía  Masónica  encuentra sus orígenes entre las culturas de las antiguas comunidades orientales. La más conocida de esas comunidades fue aquella de los Esenios entre los Hebreos, grupo social extendido en Judea y en Palestina  a  partir  del  siglo  primero  antes  de  Jesucristo   (*11).  Los  Esenios  vivían  reunidos  en comunidades   juramentales   separadas,   pero   unidas   por   un   lazo   común;   sus   miembros   se consagraron a profesiones útiles para la sociedad; sus bienes eran comunes y se reconocían entre ellos  por  signos  y  por  palabras.  Alrededor  del  año  65  antes  de  Jesucristo,  los  Esenios  fueron sospechosos   de   herejía   y   perseguidos   por   los   sacerdotes   de   las   sinagogas   hebraicas;   se refugiaron  en  Qumran,  región  desértica  del  sur  de  Jericó,  donde desaparecieron hacia el año 70 después de Jesucristo.

Los  «Terapeutas«,  comunidad  esotérica  de  curanderos  se  denominaban,  según  Philon  de Alejandría:  «…ciudadanos  del  cielo  y  del  mundo,  unidos  al  creador  del  universo  por  la  virtud que  les  procuraba  la  amistad  con  Dios…».  Los  Terapeutas  se  interesaban  en  el  estudio  del contenido  esotérico  de  los  libros  antiguos  y  ponían  en  obra  un  pensamiento  creador  común  con

el fin de contemplar lo invisible a través de lo visible.

En  India,  Zoroastro,  Rey  de  Bac triana,  fundó  y  reformó  la  escuela  del  Magismo;  escribió

la  «Zeudanesta»  que  contiene  los  Nocktas,  poemas  antiguos  de  la  primitiva  religión  del  fuego  y

de  la  luz  del  Dios  Ormuz  (*27). La doctrina de esta escuela fue anterior a aquella de la escuela filosófica Vedantina, dedicada a la interpretación de las escrituras Brahamánicas: las Vedas.

– Influencia esotérica Egipcia –

La  Masonería  toma  del  antiguo  Egipto  esotérico  muchos  de  sus  misterios;  uno  de  ellos relata  que  el  Faraón,  Rey  del  «doble  país»,  representante sobre la tierra de Amon-Ra, Dios del sol,  era  el  depositario  de  una  fuerza  misteriosa:  el  «Ka», potente fuerza vital de esencia divina a

la  cual  los  grandes  sacerdotes  al  servicio  del  soberano  «los  servidores  del  lugar  de  la  verdad»

prestaban una  atención particular para mantenerla viva. Esta fuerza de las profundidades del ser

se revelaba cuando los adeptos elevaban los brazos, formando una escuadra sobre su cabeza. El

«Ka»,  muy  presente  en  el  esoterismo  de  Egipto,  estaba  representado  por  la  serpiente,  cuya cabeza,  sostenida  en  el  octipus  del  Faraón,  figuraba  sobre  el  sombrero  de  ceremonia  del soberano egipcio  (*27).  Entre  los  egipcios,  los  sacerdotes  formaban  una  clase  distinta  dedicada

al  estudio  de  las  ciencias  secretas,  de  las  artes  y  a  la  enseñanza de algún ramo especial de los

conocimientos humanos. Esta ocupación fue seguida por todos los sacerdotes de los pueblos de oriente:  los  Persas,  Caldeos,  Sirios,  Griegos,  etc…  Los  ritos  de  iniciación  egipcios  de  Deir  y

Medineh, de los cuales una parte está descrita en la sepultura de Amen-Nakht (tumba 218, dicho del  adepto),  tenía  por  objetivo  despertar  ese  «Ka»  que  permitiría  al  hombre  entrar  en  la  vida eterna  durante  su  paso  por  la  tierra  y  liberarse  de  las  trabas  de  la  ilusión  para  entrar  en  el conocimiento   de   la   «Doctrina   Interior»   (*34).   Para   la   comprensión   del   ritual,   el   adepto penetraba  en  el  corazón  del  sol  y  aquí,  después  de  su  muerte  simbólica,  renacería,  volviéndose

«hijo   de   la   luz»;  desde  ese  momento,  él  estaba  encargado  de  repartir  bienestar  entre  los hermanos de su raza y en el mundo.

Hermes citaba esta fuerza misteriosa bajo el nombre de  «fuerte fuerza de la fuerza» que se encontraba  en  cada  hombre,  pero  que  pocos  pensaban  en  hacerla  fructificar;  la  representaba gráficamente   bajo   la   forma   del  «caduceo»   donde   dos   serpientes   envolvían   un   bastón;   la tradición  azurvedique  la  llamaba  «Kundanili»,  fuerza  dormida  en  los  fundamentos  del  hombre. Seis siglos más tarde en China, el Tao la llamará «Chi» (*34).

Los  misterios  de  Egipto  fueron  llevados  a  este  país  por  los  Caldeos  (hindues).  En  esta época  egipcia  remota,  se  consideraban  como  divinos  al  sol  (Osiris), la luna (Isis), a las estrellas

y el poder de la naturaleza; estos astros fueron objetos de culto. El objeto de los «misterios» que

se  habían  propuesto  era  universal  en  todos  los  pueblos  del  Oriente,  haciendo  en  todos  el  papel

de primeras deidades: un hombre y una mujer.

Fueron  en  Egipto:  Osiris  e  Isis;  en  la  India:  Mahadera  e  Sita,  en  Fenicia:  Thammuz

(Adonis)  e  Astarte  (Venus), en Frigia:  Atys e Cebele, en Persia: Mithra e Asis; en Samotracia y Grecia:  Zeus,  ( Sobazeus  o  Dionicius)  e  Rhea;  divinidades  que  en  todas  las  ocasiones  eran emblemas del sol y de la luna  (*42). Los símbolos fueron el lenguaje universal de la teología del antiguo  Egipto,  fueron  también  el  método  más  obvio  de  instrucción  porque,  a  semejanza  de  la naturaleza,  dirigían  la  enseñanza  de  la  vida.  Los  misterios  egipcios  de  la  Esfinge  tuvieron  del mismo modo, origen en ese sistema de enseñanza que fue el simbolismo.

– Los misterios de Isis –

Madre  de  la  humanidad  según  los  egipcios,  la  «Isis de los mil nombres» era una divinidad única que poseía diferente forma; por lo general, ella es representada bajo la forma de una vaca, madre  del  buey  Api,  entre  cuyos  cuernos  se  elevaba  el  globo  lunar.  Un  velo,  símbolo  de  la incomprensibilidad  de  la  naturaleza  por  la  condición  humana,  la  ocultaba  continuamente  (*47).

La  esencia  de  los  «misterios» egipcios no era otra cosa que la exposición de la fábula de Osiris e Isis;  donde  Isis  recorrió  la  tierra,  reuniendo  los  pedazos  dispersos  de  su  difunto  hermano  y esposo  Osiris,  desmembrado  por  Seth  (Typhon  por  los  Griegos).  Cuando  los  reunió  a  todos, forma  otra  vez  su  cuerpo  y  dio  vida  a  su  esposo  despedazado  el  tiempo  suficiente  para engendrar  un  hijo  de  él:  Horus,  el  unificador  y  el  vengador.  Isis  fue  adorada  bajo  diferentes nombres  según  las  civilizaciones  (Neith,  Phta,  Butto,  Thor,  Proserpina,  Serapis,  Juno,  Ceres  y Ranusia) (*34).

Los sacerdotes de los templos del culto de Isis no admitían má s que un pequeño número de iniciados  en  las  ceremonias  de  conmemoraciones  de  sus  «misterios» que eran de dos clases: los pequeños misterios de la vida y los grandes misterios de Serapis y de Osiris. La doctrina sagrada estaba  reservada  a  los  últimos  grados  de la iniciación llamados  «Gran  manifestación  de  la  luz»; esta alta doctrina, muy secreta, era la de los magos de la antigüedad (*35).

– El secreto –

La   palabra   «secreto»  se  explica  como  consecuencia  del  misterio  y  el  origen  de  todos  los misterios  fue  el culto secreto de un solo Dios, en oposición al culto público del bajo pueblo que veneraba distintas divinidades   (*48).  Fue  costumbre  en  la  antigüedad  enseñar  secretamente  las ciencias y las reglas de

las  artes  y  oficios;  tanto  por  respeto  del  conocimient o  y  de  los  privilegios  que  tenían aquellos  que  la  poseían,  como  para  manifestar  una  profunda  admiración  hacia  la  naturaleza, madre  créadora  de  la  humanidad.  Para  caracterizar  esta  admiración,  citemos  «el secreto de los misterios» de Macrobio:

«…  la  naturaleza no quiere aparecer al desnudo tal cual es ante las miradas del vulgo y

no solo experimenta un placer en disfrazase para no ser conocida, sino que exige de los sabios que  le  tributen  un  culto  misterioso  y  emblemàtico,  en  término  que  ni  aún  los  mismos  iniciados lleguen a penetrar sus secretos, sino bajo el velo de las alegorías…» (*35).

La  arquitectura,  al  igual  que  las  ciencias  liberales,  era  enseñada  en  secreto  y  secretamente

también  se  conservaron  y  transmitieron  las  reglas  del  arte  de  construir  que  durante  muchos siglos  fueron  monopolizadas  por  los  sacerdotes  y  las  corporaciones  de  Egipto.  Entre  cuyos sacerdotes   se   contaban   los   arquitectos   que   proyectaron   y   realizaron   aquellos   soberbios monumentos que causan todavía la admiración del mundo.

– Las escuelas Eleusianas –

El  esoterismo  tradicional  y  sus  fines  iniciáticos  han  ejercido  una  influencia  considerable  a través de   los siglos bajo las diversos formas de pensamiento y de sus manifestaciones artísticas, literarias, filosóficas, sociales y religiosas. Después de Egipto, el culto de Isis adquirió un nuevo esplendor  en  tiempo  de  los  Ptolomeos,  en  cuya  época  se  propagó  a  Atenas.  En  Grecia,  se celebran  los  más  grandes  misterios  de  la  civilización  helénica  en  Eleusis  (hoy  Septime), ciudad del  Atica, situada entre Megara y el puerto del Pireo, al noroeste de Atenas, donde se levantaba

el   templo   más   grande   dedicado   al   culto   de   Cérès  (Ctéis,  Cybèle  o  Astarté),  Diosa  de  la agricultura,  generalmente  representada  con  una  corona  de  espigas  de  trigo,  teniendo en la mano

un  ramo  de  esas  mismas  espigas  (*35). En las escuelas eleusianas fundadas por Triptolo en el

siglo  XV  A  de  C,  dirigidas  por  los  potentes  «Iacchos»,  se  practicaba  la  prueba  de  la  tierra,  el viaje  misterioso  en  la  mitológica  «Demeter».  En  los  misterios  de  Eleusis,  se  parangonaba  al iniciado con la espiga de trigo, producto fecundo del esfuerzo vertical y de la actividad laboriosa que impulse el grano escondido en la tierra a germinar, abriéndose su camino en dirección de la luz   benéfica   del   sol   (*47).    La   profundidad   del   lugar   indica   que   aquí   se   efectuara   la transformación del ser, donde morirán el vicio, los errores y las preocupaciones vulgares, donde

se liberara el alma y, donde renacerá la virtud.

El  lugar  estrecho  y  oscuro  donde  esta  introducido el postulante representaba el vientre de

la madre y el corto tiempo durante el cual residía en ese lugar, figuraba el periodo de gestación del embrión en sus entrañas, donde toma forma un nuevo ser antes de nacer a una nueva vida, libre de toda impureza y de toda preocupación. Este concepto de que la sabiduría esta escondida

en  las  profundidades  de  la  tierra  se  inspira  en  los  múltiples  descensos  a  los  infiernos  que  relata

la antigüedad. Una de las más conocidas es aquella del Rey  «Rhamp-sinite», cuanto  el Monarca gana  las  regiones  tenebrosas  del  centro  de  la  tierra  para  jugar  ajedrez  con  Isis;  tanto  él  gana, tanto  él  pierde,  aprendiendo  la  ley  severa  de  los  cuadros  blancos  y  negros.  El  Rey  volvía enseguida  a  la  luz,  trayendo  un  magnífico  mantel  de  oro  ofrecido por la Diosa, que él utilizaría solamente   para   los   banquetes   rituales   (*34).   En   Eleusis   fueron   iniciados   los   más   ilustres pensadores,  sabios,  hombres  políticos,  arquitectos,  médicos,  poetas  y  escritores  del  mundo griego: Sofocles, Thales, Pindaro,  Plutarco, Philipo, Cicerón y Augusto para citar sino los más conocidos. Los adeptos de Eleusis, aquellos que han accedido a la iniciación, viven en la luz de

la  compañía  de  los  Dioses  y  los  profanos  se  quedan  en  la  oscuridad  de  la  ignorancia.  Los

«pequeños   misterios»   de   Eleusis   eran   celebrados   en   el   templo   de   Ceres   y   los   «grandes

misterios»  eran  celebrados  en  Agra,  al  sur-oeste de Atenas, durante la noche para hacerlos más imponentes   y   augustos.   La   enseñanza   que   daban   esas   escuelas   era   rigurosamente   oral   y absolutamente secreta  (*47).  La escuela Eleusiana profesaba la doctrina de un solo Ser «Creador

y  Conservador  del  Universo»;  doctrina  opuesta  al  politeísmo  que  profesaban  los  sacerdotes  al pueblo  griego;  es  esta  doctrina  que  condujo  a  Sócrates  a  beber  la  cicuta por haberla profesado abiertamente  a  los  atenienses   (*17).  Según  Diodoro  de  Sicilia,  los  griegos  tomaron  de  los egipcios  la  idea  para  la  institución  de  los  misterios  Eleusianos;  los  sabios  Lactanse y  Javonius afirman que tenía mucha semejanza con los  misterios de Isis, puesto que Ceres era en Grecia lo

que  Isis  era  en  Egipto.  Según  Crisóstomo,  iguales  ceremonias  tenían  lugar  en  los  misterios  de Samotracia                  (*35).    Clemente   de   Alejandría   dice   de   los   grandes   misterios:   «...Eran   el complemento  de  todo  saber,  vistas  y  aprendidas  en  ellas  todas  las  cosas…». Según Aristóteles,

el  templo  de  Eleusis  fue  reputado:  «…el  santuario  de  todo  la  tierra…»  y  según  Cicerón:  «…El

fue  el  bien  que  Atenas  entregaba  los  pueblos…»,   porque  era  misión  de  los  iniciados  realizar la empresa de inculcar la moral como base de la instrucción  del pueblo (*42). De facto, los misterios

de   Eleusis   lograron   realizar   mejoramiento   en   la   condición   moral   de   los   Atenienses   y perfeccionaron   sus   costumbres,   ligàndolo   a   su   especie   por   medio  de  deberes  sagrados  y recíprocos.

Cuando las escuelas fueron cerradas, los adeptos se expatriaron en las diversas naciones de Europa, en particular en Francia y en Italia donde fundieron la tradición de los misterios griegos con las varias formas de expresión del esoterismo occidental (*35).

– La escuela Platónica –

La  escuela  fundada  en  Grecia  por  Platón  (427-347  A  de  C),  alumno  de  Socrates,  enseñaba  la filosofía, la retórica y la geometría, tal como lo revela la inscripción grabada sobre el pórtico de

la entrada de la escuela de filosofía que él creó en las puertas de Atenas, cerca de Colonia, en el jardín del gimnasio del héroe Academus: «…No entre aquí el que ignore la Geometría…».  En la enseñanza  de  su  escuela  de  los  misterios,  donde  la  forma  de  enseñanza  era  el  diálogo,  Platón definía la vida materializada como: «…la visión de un hombre que, en el fondo de una caverna, veía  solamente  desfilar  las  sombras...»  (*11).  Definía  Platón  una  diferencia  dentro  la  vida

materializada  y  la  vida  espiritualizada;  admitía  la  inmortalidad  del  alma,  pretendía  su  existencia después  del  cuerpo  y  antes  que  él,  después  la  muerte  y  antes  el  nacimiento;  señalaba  premios  y castigos en la vida futura. Profesaba Platón la eternidad del espíritu, explicando la formación del universo  como  obra  de  una  inteligencia  infinita.  Platón  encontró  que  todos  los  Estados  estaban mal gobernados y que solamente a través de la filosofía se podrían discernir todas las formas de justicia política e individual.   Expuso sus ideas en célebres diálogos:  «Gorgias, Fedro, Fedon, el Banquete,  la  República,  Teetero,  el  Sofista,  el  Político,  Parmenides,  Timeo  y  las  Leyes». Por causa  de  estas  ideas,  Platón  fué  perseguido  por  el  Rey  Dionisio  Iero.  La  interpretación  de  los símbolos  fue  la  base  de  la  filosofía  enseñada  por  Platón;  ella  fue  comunicada  a  numerosos eruditos  en  sus  tiempos:  Isócrates,  Diodores,  Euripides,  Aristofanes,  Herodoto,  Epicteto,  Marco Aurelio y Aristóteles, quien fue el Príncipe de los retóricos. La enseñanza de su «lógica» nutrió

y  disciplinó  la  inteligencia  de  Alejandro  el  Grande,  del  cual  fue  el  preceptor.  Sócrates  dice  de Platón   en   Phaedo:   «… Eran  hombres  de  genio  los  fundadores  de  los  misterios  o  secretas asambleas de los iniciados, quienes en las primeras edades del mundo,  enseñaban bajo enigmas difíciles  de  comprender…».  Quisiera  terminar  este  párrafo  con  una  citación  de  este  grandisimo filósofo que fue Platón, que parecerá familiar a muchos Masones: «…El saber es lo que permite actuar bien; solo se actúa mal por ignorancia, porque se desconoce la virtud…».

– La escuela Pitagórica –

Pitágoras de Samos  (582-500 A deC)  es uno de los personajes más notables de la antigüedad. Nacido en Grecia en Samos, (la tradición local hace nacer a Pitágoras en una cueva situada en la cima del Monte Kerkis). Fue iniciado a los misterios fenicios y pasó 22 años en los templos egipcios para estudiar la geometría y la astronomía. Paso después a Caldea y Persia donde se perfeccionó en la aritmética y la música. Después de haber visitado a  Delos, Creta, Esparta, se fijo en Sidón, donde fundó su primera escuela matemática basada en el principio magico-cósmico de los números. Evolucionó en sus teorías númericas y desembocó en la metafísica. Según él, los números  son  el  principio  y  la  primera  llave de todo el universo; comprender el poder de los números, sus propiedades y virtudes, era la clave para el conocimiento de los misterios de la vida y del universo. Pitàgoras enseñaba también la naturaleza matemática de los primeros principios, así como el poder místico de la cifras y de

los símbolos geométricos que, gracias a sus sentidos constructores, revelan la intimidad natural de la concepción y

de  la  evolución  del  hombre  y  del  universo.  Entre  estos  símbolos,  el  más  apreciado  por  sus  discípulos  fue el pentáculo regular llamado  «Tetragrama de Pitagoras» que fue utilizado por los Pitagóricos del siglo 1ero como señal secreta de reconocimiento  (*35). Los Pitagóricos tambien veneraban un triángulo sagrado en el cual veía el principio creador del universo.

La historia pretende que Pitagóras fue el inventor de las tablas matemáticas y de numerosos problemas geométricos como aquel de la cuadratura del círculo y del teorema que lleva su nombre. Pitágoras desarrolló un método  de  deducción  matemática  para  demostrar  sus  planteamientos  geometricos.  El  moderno  método  de  la argumentación matemática, esencial para toda la ciencia, se debe en gran parte a Pitágoras.

En el año 530 A de C, se trasladó a Crotona, pueblo de Sicilia situado al oeste del golfo de Trento donde

funda su escuela filosófica «Magna Grecia» o escuela geométrica de Crotona en un lugar llamado la «pequeña Grecia». Enseña al mundo Greco-Romano las tradiciones orientales de la doctrina interior, basadas sobre ejemplos sencillos, tal como el de la inscripción del frontal del templo de Delfo: «…Nosce te ipsum…» (conócete a ti mismo), aclaracion que debe desembocar en: «y conocerás al universo» (*47). Al discurso del hombre por el hombre, para

el hombre en el universo, Pitágoras le dió el nombre  de filosofía. Pretendía Pitágoras, en sus lecciones a sus discípulos, que hay un término entre lo que es y lo que no es; es ahí donde está el pasaje hacia el ejercicio del pensamiento libre para el descubrimiento de las fronteras ilimitadas del conocimiento.

Enseñaba  Pitágoras  la  física,  la  poesía,  la  música  y  el  canto.  Admirador  de  la  armonía universal,  él  pide  a  sus  discípulos  hablar  con  un  lenguaje  tan  puro  como  el  canto  del  cosmos. Los  discípulos  de  Pitágoras  se  aplicaban  en  el  estudio  de  la  organización  social  y  política, indicando  que  el  gran  filósofo  intentaba  algo  mas  que  formar  una  escuela  (*15).Enseñaba Pitágoras  el  sistema  de  la  metempsicosis  o  doctrina  de  la  salvación,   (transmigración  de  las

almas  de  unos  cuerpos  a  otros)  por  la  cual  el  alma,  como  castigo  por  las  faltas  pasadas,  se vuelve  prisionera  de  un  cuerpo;  pero,  solamente  un  encarcelamiento  provisional.  Según  este sistema,  la  muerte  anuncia  el  renacimiento  en  otro  cuerpo  hasta  que  el  alma,  purificada  por  la virtud,  merezca  liberarse  finalmente  de  toda  materialización  (*34).  La  muerte  del  cuerpo  no implica  la  del  alma  que  Pitágoras  no  miraba  como  el  resultado  de  la  organización  física,  sino como el principio de la misma.

Pitágoras  predicó  la  inmortalidad  del  alma  humana  y  afirmaba  haber  sido Aetelides, hijo

del  Dios  Mercurio,  quien  le  entregó  el  don  de  recordar  sus  antiguas  encarnaciones.  Pitàgoras dividió  sus  lecciones  en  dos  partes:  las  exotéricas,  o  parte  externa  de  las  ciencias,  que  eran dictadas  en  lugares  públicos  y  accesibles  a  cuantos  querían  oírlas,  y  las  esotéricas,  o  parte interna  de  las  ciencias,  saber  reservado  a  sus  discípulos  a  quien  Pitagoras  exigía  cinco  años  de

un  silencio  absoluto,  fortificado  por  la  meditación  y  la  contemplación  de  los  ritmos  del  universo

(*34).

Se   atribuye   a   los   Pitagóricos   el   haber   considerado   al   universo   como   un   gran   todo

armónico:  «Cosmos»,  una  gran  unidad  de  la  cual  emana  el  mundo,  puesto  que  le  consideraba como  un  conjunto  de  otras  unidades  subalternas.  Pitágoras  tenía  la  reputación  de  poseer  una cultura  universal;  sus  discípulos  lo  miraban  como  una  especie  de  divinidad  y  lo  escuchaban como  infalible  oràculo,  decian:  «… el  Maestro  lo  ha  dicho…»; y no necesitaba mas pruebas. La tan  nombrada  sabiduría  de  Pitágoras  se  expande  rápidamente  y  él  se  vuelve  un  personaje importante  de  la  vida  publica.  En  el  curso  de  la  historia,  células  Pitagóricas  se  formaron  en  la mayoría  de  los  Estados  del  mundo  antiguo.  A  comienzos  del  siglo  tercero  A  de  C,  hacia  bajo César  y  los  primeros  Emperadores  romanos,  el  Pitagorismo alcanza todas las clases sociales y

adquiere una gran popularidad (*55).

Entre  los  Pitagóricos  se  encontraron  los  constructores  a  quienes  la  humanidad  debe  la célebre basílica de la puerta mayor de Roma, concebida como un templo -caverna al borde de la

vía Prenestina.

– El Mitraismo –

Nación  militar  sobre  todo  preocupada  por  su  prestigio  material  y  económico,  Roma  no brillo  por  sus  cualidades  espirituales  y  religiosas;  acogía,  sin  embargo,  diversas  tendencias iniciáticas que toleraba a condición de que sus adeptos se limitaran a trabajos esotéricos y no se entregaran  a  la  política.  La  civilización  romana  fue  atravesada  por  el  gran  movimiento  del  culto

de  Mitra  (antiguo  Dios  Frigio  de  la  luz,  representado  teniendo  en  una  de  sus  manos  un  globo terrestre  y en la otra, la vía láctea) que fue muy extendido en Europa en el primer siglo A de C, gracias a las conquistas de las legiones romanas.

El Mitraismo tuvo un inmenso éxito en la ciudad Imperial del segundo al tercer siglo D de

C. En el año 285 D de C, el Emperador Trajan hizo construir un Mithraeum en la ciudad capital;

las  altas  autoridades  del  Imperio  romano  protegían  la  cofradía,  reconociendo  el  Dios  Mitra como protector supremo de la potencia Imperial (*55).

El  Mitraismo  fue  una  de  las  más  ricas  asociaciones iniciáticas de la antigüedad, tanto por

su  organización  simbólica  como  por  la  calidad  de  sus  fraternidades  que  aseguraban  una  gran coherencia  a  la  institución.  Los  templos  de  Mitra  estaban  decorados  para  simbolizar  el  cosmos;

en  el  abovedado  esta ba  pintado  el  firmamento  estrellado.  Los  templos  Masónicos  actuales  son quasi idénticos a aquellos templos de la época Mitraica.

Desde la iniciación, en la cual el postulante sufría las pruebas de los 4 elementos, el ritual que nos transmite la historia es muy cercano al ritual Masónico que se utiliza todavía hoy. Dicha ceremonia se realizaba en una sala subterránea, siendo seguida de un ritual simbólico de muerte- resurrección.  Los  adeptos  de  Mitra  recibían  una  enseñanza  orientada  hacia  la  astrología,  las relaciones  del  hombre  con  el  universo  y  los  rudimentos  del  lenguaje  de  los  misterios.  En  los misterios  de  Mitra,  se  practicaba  un  bautismo,  en  forma  de  ducha,  con  la  sangre  de  un  toro sacrificado (*48).

Glorificando  y  santificando  el  trabajo  y  protegiendo  los  artesanos,  el  Mitraismo  inicia  a sus  misterios  a  muchos  arquitectos  que  contribuyeron  a  propagar  sus  ideas  en  las  primeras corporaciones   de   constructores;   tal   como   Vitruvio,  letrado  geómetra,  diseñador  y  filósofo romano,  venerado  por  los  albañiles  medievales, que afirmaba:  «..Aquellos  quienes  no  utilizaran sino  la  mano  en  el  trabajo  no  podrían  jamás  alcanzar  la  perfección…».  El  da  a  los  siglos posteriores  la  definición  de  lo  que  debía  ser  un  Maestro  Arquitecto: «…El espíritu sin el trabajo,

y el trabajo sin el espíritu, no rendirán jamas ningún obrero perfecto…»

– La escuela ecléctica de Alejandría –

En Egipto, la escuela ecléctica de Alejandría, fundada en el siglo tercero A de C por Euclides sobre las bases

del  neoplatonismo,  enseña  la  unidad  de  las  antiguas  doctrinas  de  las  diferentes  corrientes  de  las  tradiciones filosóficas, iniciáticas y religiosas del cercano y lejano oriente. Muchas doctrinas de la época antíca intentaban explicar el mundo: Empedocles veía en la materia cuatros elementos: tierra, agua, aire y fuego; Anaxágoras a su turno, encontraba que los elementos constitutivos del mundo eran ordenados por una inteligencia cósmica; para Heráclito de Efeso, todo cambia infinitamente: la muerte sucede a la vida, la vida a la muerte, la nocha al día, el día a lanoche (*48).

Hacia el siglo tercero D de C, la escuela ecléctica fue el origen de la corriente alquimista que se formó en los medios sincréticos de Alejandría por una síntesis de las especulaciones y de las prácticas esotéricas caldeas, judías y helénicas, verdadero «Arte sagrado» y de la tradición hermética o alquímica egipcia de la escuela de Hermes Trimegistro, en la cual la  «Gran Obra» es aquella de la realización individual como ejemplo de la concepción del

oro que es aquella de la concentración materializada de la luz. La doctrina ecléctica alejandrina tomó rápidamente

un gran desarrollo en Egipto, en Bizancio y en el mundo árabe en las sectas fatimistas e ismaelistas (*47).

– El Cristianismo primitivo –

Con  el  nacimiento  de  Jesucristo,  cierta  idea  del  mundo  desaparece,  otra  aparece.  Los  comienzos  del Cristianismo fueron bastante movidos en el campo de la fe, puesto que el nace de una sociedad donde los más altos valores espirituales pertenecen a las sociedades initiciáticas. Numerosas culturas se afrontan en Galia, en Alemania

y en las lejanas fronteras del Imperio romano y aunque el Cristianismo no era de espíritu iniciatica, a menudo cubre

de sus creencias las viejas tradiciones, sin destruir sus bases.

La Iglesia Católica se opusó progresivamente a todas las antiguas religiones y a partir del siglo IV, ella se mostrará  crítica  e  injuriosa  a  consideración  de  las  fraternidades  iniciáticas.  Mientras  tanto,  renunció  abolir  los

«Antiguos  Misterios»,  donde  ella  supo  sin  embargo  «recuperar»  las  ideologías;  reexplicarlas  y  neutilizarlas  y

«cristianizarlas» con el fin de convertir sus antiguos adeptos. Con la ayuda del poder político, la nueva iglesia

Católica romana tomará poco a poco el primer plano espiritual, alcanzando a ser la religión del Estado (*22).

– El Gnosticismo –

La  escuela  Gnóstica,  directamente  ligada  a  la  escuela  ecléctica  egipcia,  es  una  ideología compuesta  donde  se  mezclan  unos  elementos  esotéricos  egipcios,  griegos,  persas,  babilonios  y judíos.  La  corriente  gnóstica, fundada sobre la investigación esotérica, fue la base de la tradición Cristiana  que  quiso  fundir  las  tradiciones  antiguas  y  aquellas  de  la  escuela  cabalística,  tradición sagrada  de  los  hebreos,  derivada  de  las  antiguas  tradiciones  caldeas,  que  tratan del valor místico

de  las  cifras  y  de  las  letras  del  alfabeto,  con  el  Cristianismo  naciente  para  fortificarlo  y  hacerlo aceptar a los paganos (*47).

Poco  a  poco,  el  gnosticismo  se  afirma  como  el  esoterismo  cristiano,  reservado  a  aquellos que  desearan  penetrar  en  los  secretos  del  mundo  celeste  en  el  cual  reina  el  «Demiurge»:  el

«Gran Generador, Ordenador del Universo».

Unas  querellas  internas  en  la  Iglesia  Católica  naciente  terminan  por  oponer  los  dogmáticos

católicos  a  los  gnósticos  quienes  deseaban  afirmar una profunda originalidad en contraste con el concepto  de  los  Católicos,  del  cual  los  gnósticos  consideraban  que  las  enseñanzas  eran  una traición de las de Jesús; serán los primeros oponentes del Cristianismo de Estado (*22).

El  simbolismo  Masónico  encuentra  su  fundamento  en  ese  corriente  esotérica,  forma  de gnosticismo Cristiano, conocido bajo el nombre de «Johanismo».

– Los hijos de la luz –

Los  Francmasones  son  a  menudo  llamados  «hijos  de  la  luz», trabajando para la gloria del

«Gran  Arquitecto  del  Universo»,  el  G :.A:.D :.U :.  esta  apelación  es  conocida  desde  tiempos inmemorables  en  el  antiguo  Medio  Oriente  (*22).  Los  ritos  mágicos  practicados  en  Egipto  a Deir  el  Medineh,  tenían  por  objeto  permitir  a  los  iniciados  en  las  ciencias  secretas  entrar  en la vida eterna, penetrando en el corazón del «sol interior», volviéndose así «hijos de la luz».

La  luz  del  sol  interior,  es  invisible  a  los  ojos  de  los  profanos,  cerrados  por  el  velo  de  la ignorancia.  Para  el  espíritu  del  hombre  de  las  civilizaciones  tradicionales, lo invisible es un tema importante,  no  tiene  la  vaguedad  de  un  concepto  metafísico,  él  es  una  realidad,  una  dimensión

en  la  cual  se  mueve  cada  uno  de  los  seres  que  componen  la  humanidad.  Lo  invisible  está presente  y  es  sensible;  está  alrededor   del  hombre  como  un  medio  que  registra  cada  una  de  las acciones  terrestres;  pertenece  a  un  fenómeno  social  de  la  antigüedad,  puesto  que  el  hombre  de  esta época remota tenía necesidad de Deidad; él vivía en un mundo que tenía sed de misterios (*22).

En  la  Grecia  del  siglo  XV  A  de  C,  los  Maestros  iniciados  a  los   «Grandes  Misterios» de

Eleusis  recibían  el  título  sublime  de  «Hijos  de  la  luz»,  así  fueron  igualmente  llamados  los adeptos  de  Mitra  en  la  Roma  antigua  (*34).  Se  encontra  también  esta  apelación  en  la  época Cristiana primitiva en una carta de Clemente de Roma a los Corintios (*1):

«…Que  el  «Artesano  del  Universo»  conserve  sobre  la  tierra  el  número  contado  de  sus hijos; de las tinieblas a la luz, de la ignorancia al conocimiento…».

También en la Biblia; encontremos esta apelación en San Pablo:

«.. .Ustedes son todos hijos de la luz. ..» (*1).

*

CAPITULO TERCERO Los fundamentos Judíos

*               *

– Las leyendas –

Cuando  Abraham  fue  a  Egipto,  enseño  las  ciencias  libres  y  formó  un  discípulo: Euclides, quién se volvió Maestro en estas ciencias. El mismo transmitió sus altos conocimientos a David, Rey  de  Israel  quien,  en  el  año  1.014  antes  de  Jesucristo,  reunió  materiales  sobre  el  área  de

«Ornan  el  Jesubio»,  encima  de  la  colina  de  Morija cerca de Jerusalén, para la construcción del más grande y más magnífico de los templos. Según una antigua leyenda hebraica, esta colina era

la  «piedra  primordial»,  el  núcleo  a  partir  del  cual  Yahvé  había  construido  la  tierra  (*48). Dedicado  a  la  gloria  de  Yahvé,  ese  Templo  debería  abrigar  el  tabernáculo  de  madera  de  acacia laminada  de  oro  puro  que  contenía  «el Arca de la alianza», símbolo de la alianza entre Dios y

su  pueblo  y  las  tablas  de  piedra  de  Moisés,  donde  Yahvé  mismo  había  escrito  con  su  dedo  de fuego la Ley del pueblo hebreo.

Moisés  había  hecho  construir  el  Arca  por  los  mejores  artesanos  de  Israel  según  las prescripciones  del «Eternal».  Al  retorno  de  Egipto,  el  Rey  David  la  había  hecho  transportar  de

la  casa  de  Abinabad  en  Kirijath-Jéorim  hasta  su  santuario  de  Gihon,  cerca  de  Jerusalén  (*56).

La  custodia  del  Arca  sagrada  estaba  confiada  a  los  Levitas,  dirigidos  por  el  gran  sacerdote

Sadoq  (Tsadoq  o  Shadoc  o  Shadock);  quién  había  dado  ordenes  particulares  para  que  se  dan grandes cuidados a fin de que nadie pudiera tocar el Arca (*46).

El  hijo  de  David,  Salomon,  llamado  el  «León  de  Juda»  o  «El  elegido  de  Dios»  fue instruido  por  Nathan,  sabio  y  sapiente  filósofo  que  nutrió  y  disciplinó  la  inteligencia  del  joven Príncipe  del  cual  él  fue  el  preceptor,  iniciándolo en el significado de los textos sagrados y en la práctica de las ciencias secretas  (*56) . Salomón, tan conocido por su gran sabiduría y su amor a

la  poesía,  fue  el  autor  de  los  «Proverbios»,  del  «Eclesiastes»  y  del  «Cantar  de  los  cantares»

(*47),  himno  de  amor  inspirado  por  la  belleza  de  Balkis,  Reina  de  Saba,  al  gran  desespero  de

Nagsara, su esposa egipcia, hija del Faraón Siamon (XXI Dinastía) (*56).

En  la  época  en  que  su  poderío,  gloria  y  fama  estaban  en  su  mayor  apogeo,  Salomón  hizo erigir el magnífico templo a la gloria del Eternal, proyectado por su padre David, hecho con los más  bellos  y  ricos  materiales  del  medio-oriente: la piedra blanca, la madera de cedro, de ciprés y

de sándalo y el oro y las piedras preciosas.

Salomón  decide   que  ese  templo  ideal  no  sería  reservado  al  pueblo  hebreo  y  ordena:

«…Todo hombre, cualquiera sea su raza, su color, su nacionalidad y su religión podrá rezar al Eternal  y  encontrar  abrigo,  justicia  y  protección,  perdón  por  sus  culpas  y  satisfacción  a  sus súplicas…»  (*1-II  Crónicas  6-32-39); es por eso que Salomon quería que el edificio sagrado fuera erigido por los esfuerzos conjugados de hombres venidos de todo el oriente a quienes las tareas más  nobles  les  serían  reservadas.  Los  Hebreos,  no  teniendo  los conocimientos suficientes para realizar una obra tan imponente, serían empleados para los trabajos de tierra.

Con el fin de que esta obra fuera la realización de todo el pueblo, Salomón exigía que cada hebreo  participara  de  una  manera  u  otra  en  la  gran  obra  de  la  construcción  del   «Templo del Señor»  que  fue  edificado,  según  la  leyenda,  por  153.660  obreros  (80.000  hombres  para  extraer

las  piedras  de  la  montaña  y  70.000  para  transportarlas),  venidos  de  Judea  y  de  otras  provincias hebraicas y 3.660 obreros  constructores, superintendentes e inspectores fenicios prestados por el Rey Hiram II de Tiro (*47).

Existía  un  gran  aprecio  entre  los  dos  Reyes  y  tanto  lo  fue  que  el  Rey  Hiram  prestó  a

Salomón toda la ayuda que pudo, proveyéndolo de sus canteras, de grandes piedras trabajadas, y

de los bosques del Líbano, madera de cedros y abetos para la construcción del templo. En pago

de   estos   servicios,   Salomon   prometio   entregarle   mientras   duraba   la   construcción,   20.000 medidas  de  trigo,  20  de  vino,  aceite  de  olivas,  cebada y miel. A la conclusión de la obra, debía además cederle 20 ciudades del territorio fronterizo de Galilea  (*48).

Para  dirigir  tan  semejante  obra,  el  Rey  Hiram  envió  también  a  Salomón  un  arquitecto  de vastos  conocimientos,  hábil  entre  todos,  capaz  de  realizar  el  gigantesco  proyecto:  el  Maestro Hiram, del cual Salomon había tenido noticias de los grandes méritos y de la justa fama de ese gran constructor.

– El Maestro Hiram –

Hiram  Abif  (Hiram  Habif  o  Abi,»el  huérfano»), hijo de una viuda de la tribu hebraica de Nephthali (  Neftali  o Dan) y de padre Tireo llamado Ur, había sido iniciado en el secreto de la geometría,  «la  ciencia  de  las  ciencias» y en el arte de la construcción. Hiram era Maestro en el

«Arte  del  Trazado»,  ciencia  misteriosa  sin  la  cual  ningún  gran  edificio  podría  ser  concebido

(*9).Era capaz de resolver las más grandes dificultades técnicas y de manejar los materiales más rebeldes. Sabía tallar la piedra mejor que cualquier otro de los mejores artesanos. Pero, lo mejor

de  todo,  Hiram  era Maestro metalista, conocedor en la fundición del cobre y del bronce y de la realización de todas las obras de metal  (*47), experto en la ciencia secreta de las aleaciones que

le  habían  enseñado  los  Maestros  Fenicios  iniciados  en  las  escuelas  de  los  misterios de Egipto y

de  Grecia,  descendientes  de  aquellos  que  habían  sido  instruidos  por  Hermes,  el  descubridor  de

la columna de piedra de Tubalcain.

Hiram llegó a Jerusalén precedido por su prestigioso renombre y fue acogido con grandes honores. De gran estatura, Hiram portaba siempre alrededor del cuello una cadena de oro donde estaba  colgada  una  medalla  de  forma  triangular  sobre  la  cual  estaba  grabado:  de  un  lado,  el  ojo

de aquel que lo veía todo y sobre el revés, las cuatro letras del nombre impronunciable de Dios

y que se pueden solamente deletrear (*47).

Después  de  haber  invocado  la  asistencia  de  Adonai,  «el Señor todo poderoso, Maestro de los  Maestros  y  Gran  Arquitecto  del  Universo»,  a  quien  él  pide:  «la belleza de la inspiración, la fuerza  para  la  ejecución  y  la  armonía  de  la  concepción», Hiram abrió el gigantesco trabajo el

2do.  día  del  2do.  mes  del  4to.  año  del  reino  de  Salomón  (967  A  de  C)  (*27).  El genio del arquitecto  Hiram  lo  colocaba  por  encima  de  todos  los  hombres  y  su  inteligencia,  su  sabidurí a, sus altos conocimientos y su gran habilidad ejercía tal influencia que todos se inclinaban ante la voluntad y la autoridad de aquel a quien todos daban respetuosamente el titulo de «Maestro».

– La construcción del Templo –

La construcción del Templo  dura 6 años, 5 meses y 21 días  (*1). A la puerta del Oriente se levantaba un sublime pórtico con un triple alineamiento de más de doscientas columnas.

Hiram  talla  él  mismo  la  sala  subterránea  del  santuario,  las  fundaciones  del  «Sanctum Sanctorum»,  a  la  que  él  da  la  proporción  de  un  cubo  de  diez  codos  de  arista,  tallados  en  un gigantesco  bloque  de  granito  negro  y  rosado  que,  según  una  antiguas  leyenda,  habría  caído  del cielo;  tesoro  ofrecido  por  Yahvé  a  los  artesanos  con  el  fin  de  que  construyeran  sobre  él  el santuario  de  Dios   (*56).  Para  los  antiguos  hebreos,  el  «Santo  de  los  Santos»  era  la  cámara

nupcial en la cual se consumaba la unión de Yhavé con su complemento femenino: Shekinah  (o Matronita),  consorte  de  Yahvé   (*34).  En  el  fondo  de  esta  sala  subterránea, debía presidir el nicho conteniendo el relicario sagrado: el «Arca de la alianza».

Hiram  fundió  las  dos  columnas  destinadas  a  soportar  la  entrada  del  templo,  las  diez  cubas

y  los  diez  zócalos,  las  calderas,  copas  y  vasos  necesarios  para  los  sacrificios y la práctica del

culto  y  el  «Mar  de  airain»  (aleación de estaño y de cobre, material tradicionalmente empleado para la confección de los instrumentos del culto, apreciado por sus excepcionales cualidades de incorruptibilidad  y  de  resonancia)  (*47),  gigantesco  copón  de  reborde  esculpido  en  forma  de pétalos  de  loto,  sostenido  por  doce  toros  de  bronce,  que  debía  adornar  la  puerta  occidental  del edificio.  El  monumental  estanque,  que  hacía  parte  de  las  más  grandes  maravillas  hechas  por  la mano  del  hombre,  estaba  destinado  a  la  purificación  de  los  15.000  sacerdotes  de  las  24  clases jerárquicas que oficiaban y mantenían cada día el templo (*56).

Salomón reunió a los príncipes de Israel más dignos y expertos para escoger siete de entre ellos:   Jehoshaphat,   Zadoc,   su   hijo   Azariah,   Elihoresphs,   Aliah,   Bernaiah   y   Abiathar   y nombrarlos  «Gabaonitas»,  guardias  del  «Sanctum  Sanctorum»  (*46),  la  sala  subterránea  donde estaba  ubicada  el  «Arca  de  la  alianza»  y  las  joyas  y  objetos  sagrados  del  Templo.  Salomon ordono  eso  por   el  temor  de  que  algunos  malhechores  cargados  por  la  envidia,  trataran  de destruir tan preciosos objetos y para proteger el Arca de la alianza de todas las profanaciones.

A   pesar   de   una   cierta   rivalidad   con   Hiram,   debido   al   prestigio   excepcional   que   el arquitecto adquirió durante la construcción del Templo y su rechazó de dar al Soberano el poder sobre  las  corporaciones,  Salomón  amaba  a  los  Masones  quienes,  sabiendo  manejar  los  hombres

y dirigirlos, habían puesto en pie las premisas de una sociedad industrial jerarquizada (*56).

– Balkis, Reina de Saba –

El  templo  de  Jerusalén  era  la  obra  más  admirable  de  cuantas  se  han  visto  tanto  por  su magnitud  como  por  la  inmensa  riqueza  empleada  en  él.  Por  todo  lado  estaba  cubierto  del legendario   oro   rojo   que   abundaba  en  las  montañas  del  lejano  Reino  de  Saba,  región  más meridional  de  Abisinia  (o Etiopía), la más rica del oriente, que su Reina Balkis gobernaba como heredera  dinastica  de  Sab,  primer  hijo  de  Hermes.  La  Reina  había  vendido  su  oro  a  Salomón  a cambio  del  trigo  que  su  pueblo  necesitaba  para  alimentarse.  La  orgullosa  y  seductora  Reina, vino  con  su  numerosa  comitiva  a  rendir  homenaje  al  Rey  Salomón  y  a  ver  por  sí  misma  la verdad de la maravillosas relaciones que había oído ponderar del esplendor y de las riquezas del templo y saber a cuales fines habían servido las riquezas de Saba que la Reina había enviado a Salomón (*56).

El escritor francés Gerard de Nerval cuenta de manera romancesca la leyenda de «la Reina

de  la  mañana  y  de  Soliman,  Príncipe  de  los  genios», en la cual se cuenta como el Rey Salomón fue  seducido  por  esta  mujer  de  gran  belleza,  en  la  cual  engendró  un  hijo  (*18), pero quien no tenía  interés  sino  por  el  Maestro  Arquitecto  Hiram  a  quien  ella  quería  conquistar  y  llevar  a  su lejano Reino para unirse a él y construir otros templos.

Otros  autores  contaron  que  el  niño  que  la  bella  Balkis  llevaba  en  sus  entrañas  era  el  fruto de sus amores con el Maestro constructor (*56)

– La muerte del Maestro –

El  magnífico  templo  estaba  casi  terminado;  le  faltaba  solamente  el  techo  de  teja,  pero Hiram no se apareció por la obra. Los Maestros Masones se inquietaron y lo buscaron sin éxito. Habiendo  visto  huellas  de  sangre  en  el  umbral  de  las  puertas  de  occidente,  del  norte  y  del oriente, un grupo de vigilantes llegó a la convicción de que el Maestro Hiram había muerto.

Después   de   investigaciones,   9   compañeros   denoncieron   que   los   llamados   Jubelón   (o Abairam  o  Abi-Balah) Jubelás  y  Jubelós (*46) (o Halem, Sterkin y Hotherfut) (*1), tres malos compañeros  decepcionados   del  rechazo  de  Hiram  de  darles  la  Maestría  y  a  quien  habían intentado arrancarles por la fuerza la palabra de paso de los Maestros Masones, habían golpeado

a muerte al Gran Maestro con las herramientas de la obra (*47).

Después  de  siete  días  de  búsqueda,  es  Satolkin,  jefe  de  la  corporación  de  los  carpinteros que  encontró  el  cadáver  de  Hiram  en  descomposición  en  una  fosa  de  7  pies  de  longitud,  5  de longitud  y  3  de  profundidad,  disimulada  al  pie  de  un  acacia  y  cubierta  con  una  rama  de  ese arbol,  sobre  una  pendiente  del  valle  de  Cedrón.  El  Maestro  Hiram  fue  reconocido  por  su medalla pectoral de oro donde estaba grabado el ojo de Adonai (*46).

Tres mil años antes de la construcción del templo de Jerusalén, encontramos en Egipto, el mito  del  Maestro  asesinado  en  uno  de  las  pintura  mural  del  santuario  de  Deir  el  Medineh:  la leyenda  del  «Iniciado  perfecto»,  aquel  del  Maestro  Horemheb  (o Neferhotep), asesinado por un obrero que quería usurparle su función.  El nombre de este difunto Maestro esta formada de dos palabras egipcias que significan  «la perfección – del conocimiento- en la belleza» (*56).

El  Rey  Salomón  ordenó  a  Adoniram,   elegido  Jefe  Arquitecto  del  templo  para  suceder  al Maestro  Hiram,  que  preparara  los  funerales  del  Maestro  con  magnificencia  y  construyera un obelisco  de  mármol  blanco  y  negro  en  el  corto  plazo  de  9  días.  El  corazón  del  Maestro  Hiram embalsamado  por  Jeroboam  y  colocado  en  una  urna  del  oro  más  puro,  que  se  ubicó  sobre  el pedestal   del   obelisco   (*46).  Los  siete  Príncipes  de  Israel,  los  «Gabaonitas»,  guardias  del

«Sanctum  Sanctorum»,  trajeron  la  cadavera  del  Maestro  que  fue  sepultado  con  gran  pompa  en

un  lugar  secreto  del  templo,  bajo  el  «Santo  de  los  Santos»  que  Hiram  habia  hecho  con  sus propias  manos  con  tanto  arte  y  donde  se  reunía  el  capítulo de los Maestros, al amparo de los profanos, la secreta «Cámara del medio», disimulado en el centro de un subterráneo del templo.

El  Rey  Salomón  dispuso  que  entre  los  Maestros  más  adelantados  se  eligieran  5  para desempeñar  la  intendencia  del  edificio  para  la  terminación  del  templo.  Fueron  el  Hebreo Gareb, jefe de los obreros en oro y plata,  Zelec de Gebal, jefe de los obreros en piedras,  Satolkin, jefe

de  los  carpinteros,  el  Fenicio   Yehu-Aber  (o  Joabert  o  Johaben), jefe de los obreros fundidores del bronce y Adoniram (hijo de Abda), superintendente de los trabajos (*46).

A  la  muerte  del  Maestro  Hiram,  Salomón  concebió  para  los  obreros   unas  constituciones que les serían particulares, emanando de diez de las palabras escritas por Yahvé sobre las tablas

de  piedra  entregadas  a  Moisés  (*34). La leyenda pretende que Salomón confía la construcción del  pueblo  al  colegio  de  los  12  Maestros  puestos  por  Hiram  a  la  cabeza  de  los  cuerpos  que conformaban  la  cofradía,  colocándolos  a  la  cabeza  de  las  12  tribus  de  Israel, con misión de luchar  contra  la  extorsión  y  las  iniquidades  tributarias  en  las  tribulaciones,  origen  del  estado  de

pobreza en que se halla el pueblo de Israel (*46).

– El castigo de los asesinos –

Después  del  trágico  acontecimiento  de  la  muerte  del  Maestro  Hiram,  los  autores  del crimen trataron de escapar del castigo que les aguardaba y se ocultaron.

Tres  meses  después  de  la  muerte  de  Hiram,  un  extranjero  llamado   Pharos, originario de Joppe  (Jaffa), informó al Rey Salomón que había visto a un hombre ocultarse en una caverna al oeste  de  Jerusalén,  cerca  de  las  costas  de  Joppe;  se  ofreció  a  conducir  a  los  nueve  Maestros designados  por  Salomon  para  prenderlo.  Es  el  Maestro  Fenicio  Yehu-Aber,  quien  sorprende dormido  a Jubelón,  jefe  de  los  criminales.  No  pudiendo contener su impaciente celo, lo mató de

una puñalada y separó la cabeza del tronco del traidor; la cual fue después colocada en la torre oriental del templo de Jerusalén hasta que se encontrasen a sus dos cómplices (*46).

Habían  transcurrido  seise  meses  desde  que  tuvo  lugar  el  castigo  de  Jube-lón cuando Ben Dekar,  intendente  del  palacio  del  Rey  Salomon,  hizo  publicar  un  aviso  en  el  Reinado  vecino  de Gheth  (o  Gath)  en  el  que  se  hacia  la  descripción  de  los  asesinos  del  Maestro  Hiram.  Algunos días  más  tarde,  recibió  la  noticia  de  que  los  dos  homicidas  se  habían  refugiado  en  las  canteras cercanas  de  Gheth.  El  Rey  Salomón  resolvió  solicitar  del  Rey  Maachab  (Makah) de Gheth, la aprehensión de  Jubelás y Jubelós.  El Rey Maachab ordenó que se encontrase a los  criminales y

se les entregara a los emisarios del Rey Salomón. Quince Maestros, acompañados de una fuerte escolta  se  apoderaron  de  los  2  criminales,  los  cargaron  de  cadenas  y  los  llevaron  a  Jerusalén para  ser  juzgados  y  luego  martirizados  y  decapitados;  sus  cabezas  fueron  clavadas  sobre  las puertas de Jerusalén (*46).

– El Delta sagrado –

Desde  una  época  muy  remota,  cuando  vivía  el  patriarca  Enoch,  nadie  pudo  decir  el verdadero  nombre  de  Dios  hasta  que  el  fue  pronunciado  por el propio Yahvé cuando apareció a Moisés  en  la  zarza  encendida  (*1).  El  legislador  del  pueblo  Hebreo  mandó  hacer  una  gran medalla de oro, en la que grabó el nombre sagrado de Dios y la colocó en el Arca de la alianza.

En  la  época  de  Samuel,  los  Filisteos se apoderaron de la Arca y fundieron la gran medalla

de  oro  para  construir  un  ídolo,  de  tal  manera  que  el  nombre  de  Dios  quedó  perdido  para

siempre.

El  nombre  sagrado  subsistía  solamente  sobre  el  delta  de  oro  empotrado  en  la  piedra  de ágata  gravado  por  Enoch;  pero  nadie  conocía  la  localización  del  sitio  donde  el  patriarca  biblíco habia disimulado el precio secreto 2.770 años antes.

Salomón  quiso  tener  el  delta  de  oro  para  consagrar  el  templo  de  Jerusalén  a  la  gloria  del

«Gran  Arquitecto  del  Universo»   y  ordenó  a  tres  Maestros:  Zabulón,  Satolkin  y  Yehu-Aber  de

ponerse a buscar la bóveda secreta de Enoch para extraer la piedra y el delta gravado. Después

de grandes estudios y penosos viajes, los 3 Maestros lograron descubrir la entrada de la bóveda subterránea  en  la  cual  encontraron  el  cubo  de  ágata,  en  una  de  cuya  cara  estaba  incrustada  un triángulo de oro muy brillante que tenía esculpido en su centro las 4 letras de la palabra inefable

(*46) .

Después  de  terminado  el  templo  de  Jerusalén,  el  Rey  Salomon  estableció una escuela de arquitectura  en  Jerusalén,  en  la  que  los  obreros  del  templo  recibiesen  la  instrucción  requerida  y los medios de llegar a la perfección en el  «Arte  Real»; pero con la muerte de Hiram, el alma de

la  obra  había  desaparecido.  La  obra  del Gran Maestro debía quedarse sin acabar; es por ello que para  los  Masones  «  llueve  en  el  templo»,  que  espera  todavía  su  techo  (*11).  Los  obreros  se separaron,  se  repartieron  a  través  del  mundo,  propagando  las  doctrinas  de  las  corporaciones  de

contructores y los altos conocimientos de la construcción del templo.

– Destrucción y reconstrucción del templo –

El  décimo-octavo  año  de  su  Reino   (606  antes  de  Jesucristo),  Nabuco-donosor,  Rey  de Babilonia,  a  la  cabeza  de  sus  soldados  Asirios  (Persos)  sitió  18  meses  a  Jerusalén  y  tuvo victoria  sobre  los  hebreos.  Como  represalia  a  esta  resistencia,  ordenó  a  su  general  Nabuzardan que  destruyese  la  ciudad  y  el  Templo  hasta  sus  cimientos  y  que  los  habitantes  de  Jerusalén fueran conducidos cautivos a Babilonia y reducidos a la esclavitud.

Antes  la  invasión  babilónica,  los  fieles  Maestros  Masones  destruyeron  el  delta  de  oro  que contenía  el  nombre  inefable  del  «Gran  Arquitecto  del  Universo»  para  evitar  que  el  sagrado depósito fuera profanado por los Asirios.

Muchos  años  más  tarde,  el  Príncipe  judío  Sasbatzer  (Zorobabel por los Persos), defendió

la  causa  de  los  hebreos  ante  el  Rey  Cirus  (Ciro)  de  Persia  quien,  durante  un  sueño,  había recibido la orden de Dios de liberar a los hebreos.

Fueron  liberados  de  su  cautiverio  en Babilonia y pudieron retornar a Jerusalén después de

70 años de cautiverio y construir un nuevo templo con la protección y ayuda económica que el Rey Ciro les ofreció   (*46). El Rey ordenando que les fueran restituidos los ornamentos y joyas que pertenecían al templo.

Zorobabel  fue  nombrado  Gobernador  de  Judea  y,  ayudado  del  gran  sacerdote  Josué  y  del profeta  Agée,  reanima  la  energía  desfalleciente  de  las  logias  obreras  que  subsistían  en  Judea para  la  reconstrucción  del  templo.  Sus  vecinos,  los  Samaritanos,  a  pesar  de  ser  igualmente vasallos   del   Rey   de   Persia,   se   negaron   a   pagar   el   tributo   ordenado   por   Ciro   para   la reconstrucción del templo y se propuesieron impedirla por la fuerza, atacando constantemente a los  hebreos,  oponiéndose  a  que  se  efectuasen  los   trabajos.  Temerosos  de  los  ataques  de  sus enemigos, los hebreos manejaban las herramientas de construcción con una mano y con la otra, empuñaban  constantemente  la  espada  para  defenderse  en  cualquier  momento  en  que  intentaran sorprenderlos  sus  enemigos.  Zorobabel,  acompañado  de  5  emisarios  de  la  pentarquia  hebrea, reclamaron   al   Rey   Darius   (Dario),   sucesor   de   Ciro,   el   cumplimiento   de   la   promesa   de protección y ayuda ofrecida al pueblo de Israel por su antecesor. El Monarca expidió un decreto

en  el  cual  condenaba a la pena de muerte a todos los que perturbasen a los hebreos en la obra de

reconstrucción de la ciudad de Jerusalén y de su templo. Gracias a este decreto, los hebreos no fueron molestados mas en lo sucesivo y pudieron terminar la obra en el año 535 Ade C (*46).

El Templo de Jerusalén sufrió mucho durante el curso de la historia. El fue en efecto sitiado por  Nabuconodosor  y  por  Lysias,  invadido  por  Pompey,  robado  por  Crasus,  saqueado  por Sosius,  y  después  remodelado  con  gran  esplendor  por  Herodes en el año 20 antes de Jesucristo

(*47).  Por  fin,  fue  incendiado  en  el  año  70  D  de  C  por  los  éjercitos  del  general  Romano  Titus

(Tito Vespasiano);  tal  como  lo  predijo  Jesús  a  uno  de  sus  díscipulos:   «…Tu ves esos grandes

edificios,  no  qudará  piedra  sobre  piedra  que  no  sea  derribada…»  (Marco  XIII  1-2, Mateo XXIV-2, Lucas  XXI-6)  (*1).  Tito hizo trasladar a Roma los sagrados ornamentos del templo que pasaron a formar parte del tesoro de los palacios Imperia

–   La propagacion del conocimiento en Europa –

Despues  de  la  invasion  asiria,  las  logias  de  constructores  fueron  disueltas  y  los  obreros  se esparcieron  por  el  oriente  y  por  el  occidente.  Segun  la  leyenda,  uno  de  ellos:  Ninus  Gracus, aporta a Roma los secretos de la construccion del templo de Jerusalen.  En el siglo VII A. d C, los   Dionisianos,   sacertodes   arquitectos   del   Dios   Dionisis   (Baco),   que   disponen   de   una organizacion  parecida  a  aquella  de  la  Masoneria  actual,  establecen  las  bases  sobre  cuales  Numa Pompilio,  Rey  de Roma,  escribe  el  edicto  organizando  la  vida  social  de  la  ciudad  Imperial, creando   31   colegio,   entre   los   cuales   los   más   importantes   fueron   los   4   de   los   artesanos constructores   (collegias   tignarii,   artificum,   fabrorum   y   opificum)   que   se   beneficiaban   de privilegios,  de  franquicias  y  de  leyes  particulares, a la cabeza de los cuales el Rey Numa había

ubicado a los «Khadiseos», Maestros constructores, que él había hecho venir de Grecia.

La  imagen  del  Rey  Numa  será  querida  en  el  corazón  de  las  corporaciones  Masónicas, puesto  que  él  supo  unir  la  administración  de  la  ciudad  Imperial  al  ideal  iniciático.  Durante  la época  de  las  colonizaciones  romanas,  cada  cohorte  estaba  acompañada  por  un  taller  del  colegio

de  los  arquitectos  constructores  (artifices)  cuya  misión  era  la  de  dirigir  las  construcciones militares.  Es  así  como  Julio  Cesar  expande  sobre  la  Galia  artistas  y  sabios  que  entran  en contacto  con  las  poblaciones  indígenas,  pacificando  las  relaciones  entre  invasores  y  vencidos. Durante  su  pasaje  por  los  países  conquistados,  estos  talleres  propagan  sus conocimientos en el arte de construir.

En  el  año  43  antes  de  Jesucristo,  varios  colegios  de  constructores  se  establecen  en

Inglaterra  para  construir  campos  militares  para  proteger  a  los  soldados  romanos  de  la  invasión

de  los  Caledonios  (los  Esoceces). Estas obras militares se prolongan hasta el siglo III D de C y

se convirtieron poco a poco  en ciudades, es así como nace Eboracum (hoy York), que hasta el siglo  XIV  fue  la  segunda  ciudad  en  importancia  de  Inglaterra,  después  de  Londres.  En  el  año

290  D  de  C,  el  Emperador  Carausius  aprueba  la  carta  de  los  obreros  que  construyeron  la catedral de San Alban (*47).

– La decadencia Romana –

En  el  año  410  D  de  C,  Alaric  entra  en  Roma,  abriéndole  camino  a  las  demás  tribus bárbaras  que  invadieron  Europa.  Es  el  comienzo  de  la  decadencia  del  Imperio  romano  que,  no teniendo   más   poder   central,   no   perseguía   los   grandes   comandos   arquitectónicos   que desaparecían;  no  hubo  más  trabajo  para  los  artesanos.  El  año  476  marca  el  fin  del  Imperio romano  de  occidente  y  los  constructores  se  dispersan  por  el  continente  europeo.  Algunos  de ellos se quedaron en Inglaterra, comunicando sus conocimientos a los Célticos que fundaron en

el siglo V la cofradía de los  «Couldenses» quienes rechazan rápidamente la forma artística de la civiliz ación romana.

Entre  los  Couldenses  se  encontran  los  descendientes  de  los  druidas  y  de  los  «Barbos» célticos  sus  Maestros  espirituales,  que  remitieron  al  honor  el  simbolismo  celtico  en  el  cual domina  Lug,  Dios  de  la  luz  y  Maestro  de  todos  los  artes   (*50).  Irlanda  abre  sus  puertas  al Cristianismo  y  su  encuentro  con  el  Celtismo  es  positivo.  Los  Couldenses  se  vuelven  monjes constructores, organizados en colegios donde el más grande fue aquel de Tara en Irlanda, patria del Celtismo  (*56). Aunque eran Cristianos , los Couldenses no reconocían la autoridad del Papa

a  quien  consideraban  como  un  simple  obispo.  Tiempo  después,  algunos  miembros  de  la  orden

Couldense  se  separaron  de  los  artífices  romanos  y  formaron  sociedad  aparte.  Fueron  los

«Hermanos  Pontífices»,  quienes  se  dedicaban  exclusivamente  a  la  construcción  de  puentes  y calzadas,  al  restablecimiento  y  reparación  de  caminos,  que  fueron  ligados  a  los  Caballeros Templarios que se dedicaron a la vigilancia de los mismos, protegiendo a los viajeros contra las agresiones  de  los  malhechores  que  pululaban  por  todas  partes  (la ruta de los Pirineos, que va

hasta  Santiago  de  Compostela  y  que  se  termina  en  Navarra,  conserva  todavía  el  nombre  de

«Camino de los Templarios»). (*44)

Alrededor  del  año  450,  un  buen  número  de  arquitectos de los colegios romanos escogían exiliarse   en   Bizancio   donde,   durante   el   siglo   quinto,   las   corporaciones   de   constructores expresaban su genio en la construcción de la magnífica basílica de Santa Sofía. Bajo el reino de Justiniano   (522-565)   las   corporaciones   recibieron   numerosos   pedidos   y   tenían   numerosos privilegios.  En  Bizancio  se  formará  un  lenguaje  artístico  donde  tenían  una  parte  importante  los símbolos  que  venían  del  Medio  Oriente  (*2).  Durante  siglos,  las  corporaciones  obreras  de constructores latinos transmiten el largo proceso de sus conocimientos y experiencias dentro de

la  práctica  del  «Arte  Real»: la construcción de edificios en piedras, que se extendieron en toda Europa.  Todas  las  civilizaciones  europeas  adoptan  estos  conocimientos  arquitectónicos  hasta  la Edad Media.

– El Arte Gótico –

En  Europa  Occidental,  la  cultura  como  la  arquitectura  viene  de  los  romanos;  el  arte  de construir  se  desarrolla  en  forma  de  cultura  arquitectónica  llamada «Arte Romanico». Gracias al Rey  Teodorico  que,  siguiendo  la  leyenda,  fue  iniciado  en  el  arte  de  construir,  los  Ostrogodos Alemanes adaptaron la manera de construir de los romanos. Este Monarca protegió la expansión del  arte  constructivo  de  los  «Magistri  Comacini»  lombardos  quienes  podían  viajar  en  todo  su Reino sin tener que rendir cuentas a nadie; esta corporación funda en el año 713 un colegio en Estraburgo (Alemania).

La  independizáción  del  espiritu  de  los  pueblos  está  en  el  estilo  de  sus  construcciones;  las logias   Lombardas   aportaron   mucho   al   progreso  de   los   construcciones   de   piedras   que   se desarrollaron hasta Carlomagno (siglo IX),  bajo la forma arquitectonica llamada «Arte Gótico».

A   pesar   de   la   prohibición   de   agremiarse   dada   a   los   guildas   por   el   capitulario   de Carlomagno   en   779,   el   Emperador,   aconsejado   por   los   sabios   Maestros   Irlandeses   que enseñaron  la  filosofía  y  las  ciencias  en  los  centros  que  él  fundó  para  acabar  con  la  ignorancia que reinaba en el Imperio, facilita la propagación del Arte Gótico que, quitando poco a poco las tradiciones  carolingias, se desarrolla con mucho vigor en la provincia de Navarra, sobre la ruta

de San Juan de Compostela  (*2).

Gracias   a   la   influencia   oriental   que   tanto   brillaba   en   Italia   durante   la   dominación

Lombarda,   las   corporaciones   de   constructores,   convertidos  al  Cristianismo,  traspasaron  los Alpes,  siguiendo  los  progresos  de  aquella  religión,  edificando  iglesias  y  monasterios  por  todas partes.  Es  en  Inglaterra  hacia  el  año  790  que  unos  constructores  fundan  la  primera  asociación obrera conocida, la de los obreros de la catedral de Verulam (York).

Una   Masonería   organizada   comienza   a   apuntar   en   numerosos   países   de   Europa   del Imperio Germánico; un poco por todas partes, las agrupaciones de constructores se vuelven más coherentes.  El  inmenso  desarrollo  que  tomaron  estos  trabajos  de  edificación  obligaron  a  las cofradías a reclutar y admitir en su seno a artistas de toda Europa hábiles par la construcción. Muchos miembros de las ordenes monásticas se inscribieron a estas corporaciones para llevar su

influencia y cooperación a las obras.

*

SEGUNDA PARTE

LA CORRIENTE MISTICA Y CABALLERISTICA

*                            *

Del Siglo XII al Siglo XIV

* CAPITULO CUARTO

*                    *

– La épopeya Templaria –

Europa  ha  tenido  siempre  una  relación  íntima  con  oriente,  que  se  ha  mantenido  presente gracias  a  la  constante  lectura  de  las  Santas  Escrituras  y  a  las  peregrinaciones.  Hacia  el  año

1.000, la lucha de España contra los musulmanes forjó el concepto de Guerra Santa. Cuando el monje Pedro  «el  ermitaño»,  predicaba  la  liberación  de  Tierra  Santa  por  las  ciudades  de  Europa durante  la  última  década  del  Siglo  XI,  promovió  en  1.095  la  primera  cruzada  ante  el  Papa Urbano  II.  El  Papado  reunió  un  concilio  en  Clermont  que  propondría  a  los  Caballeros  de  la Cristiandad  una  acción  piadosa  que  debía  asegurar  la  salvación  espiritual  y  eterna  a  la  clase militar de los Caballeros: una cruzada para reconquistar los santos lugares.

Hubo  un  total  de  8  cruzadas,  durante  las  cuales  la  más  alta  nobleza  europea,  a  menudo dirigida  por  sus  soberanos:  Conrado  III  de  Alemania,  Luis  VII  de  Francia,  Ricardo  Corazón  de León de Inglaterra, Felipe Augusto II de Francia, Federico I de Alemania, Andrés II de Hungría, Federico II de Alemania,  Luis  IX  de  Francia  (San Luis), pudo expresar su fe y la fuerza de las armas  de  sus  contingentes,  que  fueron  ejércitos  en  permanente  crecimiento  y  simultáneo  relevo durante 2 siglos (*25).

La   primera   cruzada   (1098-1099)   fue   dirigida   por   Godefroi   (Godofredo)   de   Bouillon, Duque  de  Lorraine  (Lorena);  pero,  mal  concebida  y  compuesta  de  Caballeros  acompañada  de mercenarios  más  terroristas  que  redentores,  invadió  el  medio  oriente,  matando,  asesinando  y exterminando  a  todos  aquellos  que  protestara,  en  medio de una barbarie de sangre y fuego; pero, según  las  palabras  del  Papa  Urbano  II  «...el Cristo lo ordenaba…» y los asesinos «...merecerían

el perdón eterno…» (*43).

Desde  la  toma  del  simbólico  centro  del  mundo,  Godefroi  de  Bouillon  fue  elegido  Rey  de

Jerusalén, título que él rechazó para adoptar el de «Defensor del Santo Sepulcro«.

– Los Caballeros Templarios –

La  orden  de  los  Caballeros-monjes  combatientes:  «los  humildes  soldados  hermanos  de Cristo  y  del  templo  de  Salomón»  (los  Caballeros  Templarios),  fue  fundada  en  1.118  por  un pequeño  grupo  de  9  nobles  Caballeros  franceses  «devotos,  religiosos  y  temerosos  de  Dios«, gentilhombres  «distinguidos  y  venerables«:  Godefroi  de  Saint-Omer,  Geoffroi  Bisoi,  Godefroi Roval,   Payen   de   Mont-Didier,   Archambaud   de   Saint-Amand,   André   de   Montbard,   Fulco d’Angers  y  Gondemare,  encabezada  por  Hugues  de  Payens,  vasallo  del  Conde  de  Champagne

(Champaña).  En  1.125  ellos  aceptaron  un  nuevo  Caballero:  Hugues,  Conde  de  Champagne, quien abandonó su Condado y repudió a su mujer e hijos para unirse a ellos.

Ante  la  tumba  de  Jesucristo,  estos  Caballeros  hicieron  voto  ante  Garimont  (Gormondo), Patriarca  de  Jerusalén,  de  retomar  de  los  «infieles»  árabes  el  territorio  del  Santo  Sepulcro  que los  turcos  Seldjoukides,  más  intolerantes   que  los  Arabes,  prohibieron  a  los  Cristianos,  de  velar con  las  armas  en  la  mano  al  triunfo  de  la  justicia,  a  la  defensa  de  los  oprimidos,  de  practicar todas las virtudes y proteger a los peregrinos que viajaban durante las cruzadas hacia los lugares sagrados de Tierra Santa, intentando evitar una nueva masacre, como aquella que fue la primera

cruzada que había degenerado en una paranoia criminal (*47).

Los   «humildes   soldados   del   templo»   decidieron   orientar   sus   actividades   hacia   la reconstrucción  de  puentes  y  de  caminos  que  las  cruzados  habían  destruido  en  los  combates; implantar  plazas  fuertes,  puertos,  hospicios  para  los  peregrinos  y  capillas  para  sus  oraciones  y actuar  como  policía  de  las  rutas  de  las  peregrinaciones  en  Tierra  Santa.  Los  Templarios introducían un elemento nuevo en esta época de la edad media: la conciliación de dos formas de vida  que  durante  mucho  tiempo  habían  sido  consideradas  contradictorias:  el  sacerdocio  y  la milicia (*44).

Como  orden  religiosa,  los  Templarios  tenían  sus  reglas  de  conducta de una constitución de 72 artículos  escritos  por  Bernard  de  Fontaine,  abbe  de  Citaux,  hijo  de  Aleth  de  Fontaine,  conocido como  Bernardo  de  Clairvaux  (Bernardo de Claraval  – San Bernardo  -1.090-1.153), sobrino del Caballero  Templario  André  de  Montbard. Esta  constitución,  basada  en  las  de  la  Ordenes  de  los Benedictinos y del Cister, era más severa que la más severa de las reglas monásticas en uso en esa época; los obligaba a llevar una vida piadosa, entregándose al servicio de Cristo, en estricta obediencia, pobreza y castidad (*43).

La regla tiene otras rudezas: los Templarios no tienen sino un plato para dos, deben comer

en  silencio,  comer  carne  sólo  tres  veces  por  semana  y  hacer  penitencia  el  viernes.  Esta

constitución fue confirmada en 1.139 por el Papa Inocente II en la bula «Omne datum optimum» según  la  cual  los  Templarios  no  debían  lealtad  a  ningún  poder  secular  o  eclesiástico  salvo  al propio  Papa.  No  dependiendo  sino  de  la  Santa  Sede,  ellos  eran  «soberanos»  en  el  sentido espiritual, en virtud de una bula del Papa Alejandro III.

Como  signos  distintivos,  los  Templarios  tenían  el  cráneo  rapado,  la  barba  larga  y  no  se bañaban.   La   Orden   Templaría   comenzó   a   expandirse   por   Europa   9   años   después   de   su fundación,  poco  antes  de  que  fuera  reconocida  por  la  Iglesia en el concilio de Troie    (Troyas). Los  Templarios  obtienen  en  1.127  una  carta  de  Esteban  de  Chartres,  Patriarca  de  Jerusalén  y del Patriarca Théoclètes, 67vo. sucesor de San Juan, que ellos adoptaron como Santo Patrón. La

divisa de la orden no podía contener más humildad:

«…Non nobis, Domine, non nobis, sed Nomini tuo da gloriam…»(*44)

(Nada para nosotros, Señor, nada para nosotros, sino para dar gloria a tu nombre)

El  estandarte  de  combate  de  los  caballeros  Templarios,  llamado  el  «Beau  Séant»  era vertical,  dividido  en  dos  cuadros:  uno  de  color  negro  arriba,  que  simbolizaba  el  oscuro  mundo del pecado que los Templarios habían dejado atrás y el otro, de color blanco abajo, que reflejaba

la vida de pureza de la Orden.

Los  Templarios  carecían  totalmente  de  bienes  particulares;  comenzaron  sin  casa  en  que vivir,  de  tal  forma  que  Beaudoin  II,  Rey  de  Jerusalén  y  sobrino  de  Godefroi  de  Bouillon,  los acogió  y  les  concedió  el  ala  norte  de  su  palacio  Real,  situado  sobre  el  monte  de  Mojira,  donde estuvo  construido  el  Templo  de  Salomon,  para  que  establecieran  su  cuartel  general:  una  cripta medio  excavada  en  las  ruinas  de  la  antigua  mezquita  de  Masjid  al  Aqsa,  donde  los  musulmanes habían  edificado  2.000  años  antes,  el  santuario  de  «la  Roca».  Algunos  años  más  tarde, el Rey Baudoin  II  hizo  donación  de  dicho  palacio  a  los  Templarios  y  trasladó  su  residencia  a  la  parte opuesta  de  la  ciudad:  la  torre  de  David.  Los  nobles  de  su  corte,  así  como  el  Patriarca  de Jerusalén,  les  confirieron  donaciones  de  sus  propias  pertenencias de territorios, donde el Rey les concedía la soberanía.

– Los Ashashins –

Los  Templarios  no  se  limitaron  a  tomar  contacto  superficial  con  la  civilización  islámica durante  su  estancia  en  el  oriente  medio.  Aprendieron  el  árabe,  lo  que  les  abrió  las  puertas de la cultura  oriental,  adoptaron  muchas  de  sus  prácticas;  entre  ellas,  las  enseñanzas  secretas  de  los gnósticos  y  de  los  místicos  «sufies»  y   las  de  otros  grupos  filosófico-religiosos Arabes. Fueron puestos  en  contacto  con  primitivos  ritos  de  la   religión  Cristiana,  con  las  tradiciones  esotéricas del  antiguo  Egipto  y  las  de  la  religión  Judaica.  Respetando  los  hábitos,  las  costumbres  y  el modo  de  vida  de  las  gentes  del  país,  protegieron  a  los  débiles,  alimentaron  a  los  pobres,

castigaron a los opresores. A lo largo de los años, fueron llamados los «Buenos Caballeros».

Los  Templarios  tenían  buenas  relaciones  con  sus  vecinos,  con  quienes  tenían  afinidades:

los   Asesinos   (Ashashins   o   Haxixins),   secta   gnóstica   Ismailita   chismática   del   Islam,   que interpretaba  libremente  el  Corán.  Su  gran  Maestro:  el  Cheikh  el  Djebel  (el Viejo o Señor de la Montaña)  quien  reinaba  sobre  20  aldeas  (60.000  hombres);   vivía  sobre  la  misma  colina  de Mojira, guardando celosamente los vestigios del templo de Salomón.

Los   Asesinos   cultivaban   la   ciencia   de   la   Geometría   y   poseían   algunos   secretos   de construcción que pretendían tener del constructor del templo: el Maestro Hiram (*43).

Transcurridos   los   años,   los   Templarios   estaban   íntimamente   ligados   por   pactos   y transacciones  secretas  con los Asesinos y se ayudaban mútuamente. Durante casi 2 siglos de su presencia  en  el  medio  oriente,  es  probable  que  la  institución  Templaría  haya  asimilado  el pensamiento  esotérico  del  Islam  y  se  haya  derivado  hacia  esa  sociedad  secreta.  En  la  época  del Maestrasgo de Odo de Saint Amand, se pretendía que ciertos de entre ellos fueran iniciados en

los misterios de ésta secta  (*44). En esta época, ellos adoptaron el nombre de:  «Milice du Christ

et  du  temple  de  Salomón»  (Milicia del Cristo y del Templo de Salomón) y se expandieron en el

medio oriente donde era acogidos y respetados en todas partes.

Su  influencia  se  vuelve  tan  grande  que  el  rey  Beaudoin  II  de  Jerusalén,  hizo  de  ellos  sus representantes  diplomáticos  ante  el  mundo  Islámico.  Se  pretendía  que  por  mediación  de  los Templarios, el Rey de Jerusalén estipuló un trato secreto con los Asesinos por la entrega de la ciudad de Dámaso a cambio de Tyro (*45).

Los  Caballeros  Templarios  gozaron  de  la  más  alta  estimación  en  toda  Europa,  recibieron tantas  concesiones de los peregrinos que llegaron a ser la Orden más rica y poderosa del mundo Cristiano.  Luchando  por  la  institución  del  régimen  sinárquico  universalista  que  debería  alcanzar

a todo el mundo conocido de la época, la Orden del Templo se convirtió en un Estado dentro del Estado  y  una  Iglesia  dentro  de  la  Iglesia,  puesto  que  los  privilegios  que  habian  obtenidos  les permitían  escapar  de  todas  las  jurisdicciones  Señoriales  o  Reales,  e  incluso  eclesíasticas,  puesto que dependían únicamente del Papado.

Respaldados    por    una    sólida    estructura    organizativa,    los    Templarios    desbrozaban, roturaban,  desecaban  pantanos,  explotaban  salinas,  canalizaban  los  ríos  y  lagunas,  cultivaban, abrían  nuevas  vías  de  comunicación,  protegían  a  los  transeúntes,  establecían  mercados. Poseían además el ejército mejor entrenado y mejor equipado de la Cristiandad, cuya misión se reducía a

la seguridad de las rutas del medio oriente. Además, comandaban una potente flota de barcos de guerra (*54).

– Los Hermanos de Oriente –

Cuando  los  Templarios  se  instalaron  en  el  camino  peregrino,  hace  mucho  tiempo  que  los colegios  arquitectónicos  Cristianos  del  Imperio  oriental  de  Bizancio,  instruido  por  los  Maestros Cistercienses  en  las  tradiciones  romanas  de  construcciones  y  por  los  artistas  Mozarabes de la tradición islámica, lo recorren en todos los sentidos. Gracias al aporte cientifico y cultural   que los  arquitectos  romanos  de  los  «artificios» hicieron  en  el  año  450  en  Bizancio,  se  formó  un lenguaje artístico que usaban una gran parte de los símbolos que venían del cercano oriente. En

1.090 se creó en Constantinopla una asociación de constructores con patente Papal, denominada

«los   Hermanos   de   Oriente»,   independiente   de   las   jurisdicciones   Señoriales   feudales.   Los

Hermanos  de  oriente  adquirieron  en  Constantinopla  los  principios  que  regirían  la  estructura  de

la construcción, tomada de las cofradías islámicas de constructores.

Los  Hermanos  de  Oriente  vieron   con  la  aparición  de  la  Orden  del  Templo  la  ocasión  de ampliar  más  sus  conocimientos,  al  tiempo  que  encontraron  unos  protectores  y  mecenas  de  los más poderosos que jamás hubieran podido tener (*22).

Desde  los  inicios  de  la  Orden  Templaria,  hubo  Templarios  que  recibieron  la  iniciación

compañeril  y  accedieron  a  los  grados  de  Capellán  y  Compañero  constructor;   Poco  a  poco, alcanzaron a dirigir los trabajos de construcción.

Hubo  una  acción  recíproca  entre  los  artistas  de  élite;  muchos  «Hermanos  de  Oriente» permanecían  dentro  de  la  Orden  Templaria;  eran  admitidos  a  tomar  los  hábitos  monacales  y  la capa  Templaria.  Asimilando  su  comportamiento  y  transmitiendo  sus  ritos,  símbolos  y  secretos del oficio; llegaron   así a aunar, en sus personas, la Caballería de arma y la Caballería de oficio

(*25).

– Los Caballeros constructores –

Para  llevar  a  cabo  su   vocación  de  constructores,  los  Templarios  necesitaron  de  mano  de obra calificada. Es por eso que ofrecieron el más precioso de los bienes a los artesanos franceses quienes  aceptaron  trabajar  para  ellos  sobre  las  obras  que  abren  en  toda  Palestina:  la  libertad de trabajo.  La  libertad  de  trabajo  no  existía  en  la  sociedad  feudal  medieval;  para  ejercer  una profesión,  había  que  adquirir  el  «privilegio«,  perteneciendo  a  una  corporación  y  ser  presentado por  un  Maestro  artesano  quien,  poco  abierto  a  formar  unos  competidores  potenciales,  no patrocinaba  sino  a  sus  familiares.  También  debían  pagar  una  canon  extremadamente  costoso  al Señor  feudal.  Los  obreros  libres,  llamados  «francs  métiers»  (francos  oficios)  eran, por lo tanto, raros  y  sólo  las  Corporaciones  permitían  a sus miembros ejercer su arte  (*27). Los Templarios decidieron  que  los  artesanos  de  los  diferentes  cuerpos  de  oficios  de  la  edificación  que  se establecían  sobre  el  territorio  de  sus  encomiendas,  se  volvieron  «francos«,  es  decir,  libres. Viviendo  con  los  Templarios  y  compartiendo  sus  trabajos,  los  Masones  «francos»  recibían  de ellos protección y salarios así como cursos de perfeccionamiento en el  «Arte  Real», organizado por  el             «Magister  Carpentarius»  de  la  Orden,  así  como  una  constante  enseñanza  científica, literaria  y  filosófica  proporcionada  por  los  Maestros  de  los  Hermanos  de  Oriente  venidos  de Bizancio.  Muchos  Masones  franceses  vendrán  a  instalarse  en  Palestina  e  hicieron  origen  de  un linaje  (*27).  Al  final  de  la  segunda  cruzada,  numerosos  obreros  europeos  fueron  repatriados hacia Francia y los Caballeros Templarios vinieron a instalarse en Europa. Es en esta época que aparecer  el  estilo  arquitectónico  Bizantino  que  los  Masones  de  Oriente  impusieron  allá  donde  se instalaron las principales encomiendas Templarias en Francia e Inglaterra.

Hacia  1.130,  la  Orden  del  Templo  se  ha  establecido  en  casi  todos  los  Reinos  de  la Cristiandad.  Enrique  1ero  de  Normardía  les  otorgó  tierras,  el  Rey  Esteban  de  Inglaterra  les  dio los  dominios  de  Cressing  y  Witham  y  su  esposa  Matilde,  la  propiedad  de  Cowley,  cerca  de Oxford.  Los  Templarios  tenían  posesiones  en  la  Rochelle,  en  Languedoc,  en  Roma,  en  Castilla

y en Gran Bretaña (*45).

En  1.137,  el  Rey  de  Francia  Luis  VI  «el  gordo»  ofrece  a  los  Templarios  un  inmenso

terreno  en  una  zona  pantanosa  vecina  de  París  que  toma  el  nombre  de  «Cultura del Templo»

(hoy  el  bario  del  Marais),  donde  construyeron  la  torre  del  templo  de  París.  Su  territorio  se extendía rápidamente hasta alcanzar la tercera parte de la superficie de la capital  francesa. Este territorio  se  llamará  más  tarde  «Enclave  o  encía  del  Templo» y escapaba de la jurisdicción Real; los Templarios ejercían aquí su soberanía temporal y espiritual  (*44). Sitio de asilo y de cultura,

la  «Encía  del  Templo»  fue  un  polo  de  atracción  para  todos  los  artesanos  del  Reino  quienes podían  reunirse  en  cofradías  libres   (francos  oficios),  única  forma  lícita  de  asociaciones  de  la época  medieval.  Disponiendo  de  franquicias  y  permitiendo  a  sus  miembros  ejercer  su  arte  con toda libertad, escaparon de los impuestos del Rey y de la municipalidad de París.

En toda Europa, los Templarios jugaron un gran papel en la guildas y en las cofradías. Los canteros y los albañiles adquirieron sus saberes en los conventos Templarios y habían salido de ellos  encuadrados  en  logias  y  embebidos  en  una  aspiración  expresiva  común:  el  afán  de  hacer participar  al  hombre  de  los  resultados  corporativos  de  ese  saber  y  elevarlo  en  las  alturas  del conocimiento universal  (*19).  En  1.125  en  Inglaterra,  la  capilla  de  Fleet  Street, principal iglesia Templaría  de  Inglaterra,  fue  construida  por  una  guilda  de  arquitectos  Cristianos  venidos  de Tierra  Santa.  Es  esta  guilda  que  constituiría  el  fermento  de  la  Masonería  en  Londres  y  en Inglaterra.  Los  Templarios  y  los  Masones  tuvieron  estrechos  vínculos  durante  toda  la  época medieval;  a  la  fiesta  del  solsticio  de  San  Juan  de  verano,  los  grandes  Maestros  de  las  dos Ordenes reunidas, alumbran ellos mismos los fuegos rituales (*39).

– El fin de las cruzadas –

Durante  el  siglo  XIII,  las  hordas  Mongoles  dirigidas  por  el  sultán  Mameluco  Kala’un, descendiente  de  Gengis  Khan,  habían  penetrado  en  el  medio  oriente  y  gobernaba  su  mayor parte.  En  1.290,  su  hijo,  el  sultán  Al  Ashraf,  organizó  una  formidable  armada  para  reconquistar todas las ciudades Cristianas de Tierra Santa.

Convencidos por los Templarios, guardianes de Tierra Santa, de la necesidad de una nueva cruzada  con  el  fin  de  recuperar  Jerusalén,  Nazaret  y  los  lugares  sagrados  de  Tierra  Santa,  el Papa Gregorio X solicitó el apoyo de los Monarcas Cristianos de Europa.

Pero, rechazaron la oferta, considerando que la idea de una nueva cruzada era un medio de

la  Iglesia  romana  para  obtener  el  respaldo  militar  a  sus  requerimientos  políticos  y  financieros.

No  obteniendo  beneficio  personal  de  esta  cruzada,  ningún  Monarca  europeo  aceptó  prestar  su brazo armado ni su bolsa a esta nueva guerra oriental.

Los  Templarios  eran  muy  ricos,  pero  su  gran  riqueza  dependía  en  gran  medida  de  las donaciones de los peregrinos Cristianos en Tierra Santa y del   monopolio del comercio en medio oriente  que  se  había  acabado  por  la  inseguridad  de  la  zona;  su  tesoro  se  habría  de  agotar rápidamente  por  el  gasto  que  significaba  una  nueva  cruzada.  A  falta  de  apoyo  de  los  Monarcas Cristianos,  los  Templarios  no  pudieron  resistir  a  los  poderosos  ataques  de  los  Mamelucos  y  la

derrota  fue  total.  El  sultán  Al  Ashraf  tuvo  el  control  total  de  Tierra  Santa  en  1.292;  los Templarios se habían quedado sin una base en medio oriente por primera vez en 170 años y se había    extinguido    la        fuente   de   su   fortuna   oriental.        Las   cruzadas   habían   terminado definitivamente  y  también  la  razón  de  ser  de  los  Templarios  que  se  replegaron,  aislados  y humillados, sobre la minúscula isla Mediterránea de Chipre.

El Retorno a Francia –

El  Rey  de  Francia:  Felipe  IV  «el  Hermoso  o  el  Bello»  y  el  Papa  Bonifacio  VIII  llevaban desde hacia muchos años una batalla de poderes, ya que el Monarca francés estaba en constante oposición  política  contra  el  Soberano  Pontífice  que  lo  había  excomulgado.  A  la  muerte  de Bonifacio  VIII  en  1.309,  el  Rey  francés  intrigó  por  la  nominación  de  un  Papa  francés;  el arzobispo  de  Burdeos,  Bertrand  de  Got,  quien  fue  coronado  Papa  bajo  el  nombre  de  Clemente

V.  Como  era  de  esperarse,  no  podía  rechazar  las  exigencias  del  Rey  francés  quien no tardó en dominarlo. Los Templarios, siempre bien informados por su hábil red de inteligencia en Europa, supieron  que  el  nuevo  Para  era  favorable  para  emprender  una  nueva  cruzada  con  el  fin  de recuperar los lugares sagrados de Tierra Santa, tal como lo  había deseado su antecesor Gregorio

X.  Los  Templarios  creyeron  que  se  acercaba  el  momento  de  recuperar  su  gloria.  El  Papa Clemente V convoca al Gran Maestro Jacques de Molay a Francia para discutir con él sobre las posibilidades de elaborar planes para una nueva cruzada con el objeto de rescatar a Jerusalén.

El  regreso  a  Francia  de  los  Templarios,  indómitos,  independientes  y  arrogantes,  constituía una fuerza militar más poderosa y mejor organizada que cualquier otra en Europa, creaba al Rey Felipe IV de Francia la alarmante perspectiva de tener un Estado Templario a sus espaldas; todo eso  era  un  riesgo  inaceptable  para  el  Monarca  francés,  para  los  Señores  Feudales  y  el  clero secular, quienes veían seriamente amenazados sus intereses creados  (*39).

La   Orden   Templaria   estaba   firmemente   establecida   en   Europa,   poseía   sus   propias fortalezas   e  inmensos  territorios  que  la  convertían  en  propietaria  y  Señora  feudal  de  una  parte significativa  del  territorio  de  la  Europa  medieval.  Los  Templarios  gozaban  de  todas  las  ventajas del  feudalismo,  sin  sufrir  su  gravámenes;  eran  soberanos  en  la  persona  de  su  Gran  Maestro  a quien  se  consideraba  como  si  fuese  un  Príncipe  independiente.  En  las  asambleas,  el  Gran Maestro se colocaba inmediatamente después de los obispos (*44).

Los  Templarios,  tan  ricos  de  su  fortuna  oriental  que  Jacques  de  Molay  había  traído  de Chipre,  habían  llegado  a  ser  los  depositarios  de  bienes  considerables  que  se  le  confiaban  a  la vigilancia  de  las  sólidas  murallas  de  la  torre  del  templo  de  París  que  presentaban  suficiente garantía.  Al  final  del  siglo  XIII,  la  Orden  Templaria  se  transformó  en  la  detentora  de  una potencia financiera excepcional y en banquero de la mayor parte de los Príncipes europeos. Los Reyes  recurrieron  a  ella  y  Felipe  IV  «el  Hermoso» ,  teniendo necesidades financieras cada vez mas imperiosas, estaba muy endeudado con los Templarios por el gasto de la larga guerra que él tenia  en  Flandria  contra  el  Rey  Eduardo  Io  de  Inglaterra.  Este  tesoro  Templarios  se  volvió  una presa provocadora para el Rey francés.

Conscientes de los celos y de la envidia del Rey Francés, parecía más prudente a los Templarios buscar en otra parte donde esconder los bienes más valiosos que la Orden deseaba guardar. De aquí nació la leyenda de un tesoro escondido que jamás fue descubierto. Por razones, tanto de la ambición  política  como  de  las  permanentes  necesidades  económicas,  el  Monarca  francés  dictó varias  disposiciones  tendientes  a  disminuir  el  poder  de  la  Orden  del  Templo  en  Francia  y apoderarse  de  sus  riquezas.  Se  ordono  el  secuestro  de  las  propiedades  de  la  Orden  adquiridas después  de  los  privilegios  otorgados  a  los  Templarios  por  el  Rey  Luis  IX  de  Francia;  pero Felipe  IV  no  pudo  contar  con  el  apoyo  del  Papa  para  mas;  entonces,  decidió  organizar  una maquinación  que  le  permitiera  acabar  con  la  Orden  Templaria  y  liberarse  de  las  inmensas deudas que él no podía reembolsar; apoderarse del tesoro Templario y regarnir el suyo que se

– La Maquinación –

Teniendo todas las piezas de un plan maquiavélico que había sido urdido por Guillaume de Nogaret,   guarda   sello   real   y   hombre   de   confianza   del   Rey,   el   Monarca   francés   planeó cuidadosamente la jugada.

Guillaume  de  Nogaret  había  reclutado  secretamente  ex-Templarios expulsados de la Orden por  faltas  graves,  con  el  fin  de  que  ellos  acusaran  falsamente  la  Orden  Templaría.  El  plan  de Felipe  IV  consistía  en  arrestar  el  mismo  día  a  los  Templarios,  tal  como  lo  había  realizado  en

1.306  con  todos  los  judíos  de  Francia  que  fueron  exiliados,  pero  sin  sus  posesiones  que  fueron llevados  directamente al tesoro del Rey, quien se apoderó también de las cuentas por cobrar de los judíos que los deudores debían pagar al tesoro Real. De esta manera, se cancelaron todos los empréstitos  que  el  Rey  debía  a  los  judíos.  De  la  misma  manera,  Felipe  IV  esperaba  que  se

cancelaran los empréstitos que él debía a los Templarios (*44).

Durante   el   verano   de   1.307,   se   propagaron   rumores   en   París   según   los   cuales   los

Templarios  adoraban  unos  ídolos  orientales:  una  estatua  llamada  «Baphomet»  que según unos,

se  mostraba como un busto negro monstruoso, representando la cara de un anciano con el pelo crespo  y  con  barba  o  como  un  ser  de  tres  caras,  según  otros,  como  un  demonio  en  forma  de macho cabrío; otras veces, se mostraba en forma de gato negro o de un ser, mitad  hombre mitad mujer,   llamado   el   «Androgino   de   Khunrath»   (*43).  Adoraban  también  una  diosa  desnuda llamada «Cybele»  quien, en una de sus manos, sostiene el disco solar y en otra, la luna creciente

a la cuale estaba adherida la cadena de los eones.

Se  pretendía que los Templarios practicaban unas ciencias cabalísticas:   el  «Arte  Sagrado»

de la tradición Hermética o alquimista egipcia que habían aprendido de las sectas Arabes con las cuales estaban en contacto en medio oriente; practicas que se expresaba con la ayuda de diseños extraños, entre los cuales una estrella de 5 puntos llamada el   «Pentagrama de Pitágoras».  Que contemplaban  el  sello  de  Salomón  y  la  estrella  del  número  de  oro.  Que,  en  sus  ceremonias, renegaban  tres  veces  el  Cristo,  pisoteaban  sobre  la  cruz en signo de ofensa a la Iglesia Cristiana. Que  escupían  sobre  el  crucifijo  y  que,  desnudos,durante  sus  ceremonias  secretas,  recibian  un beso  «in  posteriori  parte  spine  dorsi» ,  es  decir  sobre  el  culo,  el  ombligo  y  sobre  la  boca.  Se pretendió  también  que  unas  prácticas  repugnantes,  como  las  obscenidades  y  la  sodomía,  se realizaban dentro de la Orden Templaría (*44).

Llego  el  día  fatidico;  al  amanecer  del  vienes  13  de  Octubre  de  1.307,  las  tropas  del  Rey

cayeron  sobre  las  encomiendas  Templarías  para  encadenar al Gran Maestro Jacques de Molay y

15.000 de sus Templarios.

Para  conmocionar  la  población  y  luego  ganarse  su  apoyo  para  el  proceso  que  seguiría,  se acusó a los Templarios de herejía y de blasfemia. Cuando el Papa Clemente V se enteró de esto, protestó  contra  el  Rey  francés,  recordándole  que  los  Templarios  no  estaban  sometidos  a  las Leyes  de  ningún  país;  ningún  gobernante  secular  podía  castigarlos  por  ninguna  falta  y  por  ser una  Orden  religiosa,  eran  responsables  ante  el  Papa;        que  solo  él  tenía  autoridad  sobre  los Templarios  y  que  esos  arrestos  eran  una  usurpación  a  la  autoridad  Papal.  Para  desacreditar  el apoyo  Papal,  el  Rey  francés  emprendió  una  campaña  de  propagandas,  acusándolo  el  Papa  de indulgencia  con  los  herejes.  Débil,  el  Papa  se  atemorizó  y  cobarde,  se  calló,  promulgando  la bula  «Pastoralis  Preeminenta»  en la cual pedía a los Monarcas de la Cristiandad que arrestaran

a los Templarios que hubiera en sus dominios  (*39).

El  Rey  francés  propuso  al  Papa  que  pusiera  en  marcha  una  investigación  formal  dirigida por  el  Gran  Inquisidor  de  Francia,  el  fraile  Dominico  Guillaume  Imbert,  quien  era  el  confidente del Rey. En esta época en que la herejía era traición y la tortura era el castigo cuando la Iglesia era  la  Ley,  el  Papa  ordenó  al  Gran  Inquisidor  que se colocara en su horrendo cargo, empezando

a  atormentar  a  los  Templarios;  les  hacía  sufrir  torturas  obscenas  y  les  infligía  mutilaciones.  A

consecuencia  del  dolor,  muchos  murieron  antes  de  confesar  cosa  alguna.  Pero  la  mayoría confesaron  cualquier  culpa  para  hacer  cesar  el  dolor,  hasta  de  haber  asesinado  a  Dios  si  lo pidieran sus torturadores.

El  Rey  Felipe  IV  de  Francia  se  apoderó  de  inmediato  de  las  riquezas  de  los  Templarios.

Las casas de la Orden del Templo fueron saqueadas, pero no se encontró nada  que supusiera un valor efectivo. El tesoro de oro que el Rey esperaba tomar de las encomiendas Templarías había desaparecido.

Había  desaparecido  también  la  flota  de  guerra  Templaria  de  su  base  naval  en  la  Rochelle que   permitió   al   Gran   Maestro   Provincial   de   Auvergne:   Pierre   d’Aumont,   acompañado   de algunos Caballeros de alto rango, fugarse hacia la isla Escocesa Mull donde se encontraron con

el  Gran  Comendador  Templario  para  Escocia:  Georges  de  Harris  y  otros  Caballeros  de  alto

rango con los cuales resolvieron continuar la Orden Templaria (*44).

– La muerte del Gran Maestre –

A  partir  de  1.310,  circulan  unos  rumores  insistentes  en  Francia  de  que  en  verdad,  los Templarios no eran culpables, sino que habían sido víctimas de una persecusión causada por la bien conocida envidia del Rey francés. Para contradecir el rumor, Felipe IV decidió que el Gran Maestre Jacques de Molay, así como los más grandes notables de la Orden del Templo: el Gran Visitador  de  Francia:  Hugues  de  Péraud,  el  Comendador  de  Normadia:  Geoffroi de Charnay y el Comendador  de  Aquitania:  Geoffroi  de  Gonneville,  comparecieran  y  confesaran  públicamente

la vergüenza de su culpabilidad de herejías.

El 14 de marzo de 1.314, se invitó a los delegados Papales y a un gran número de nobles y burgueses  influyentes de París frente a los cuales, sobre un alto templete levantado sobre el átrio

de la catedral de Paris, Jacques de Molay, al contrario de las esperanzas del Rey, se retracto de

su  confesiones  obtenidas  bajos  los  efectos  de  la  tortura  para  defender  el  honor  de  la  Orden

Templaria, proclamando a la multitud reunida a sus pies :

«... En un momento tan solemne, cuando me queda tan poco tiempo de vida, me parece del todo correcto que revele el engaño que se ha cometido y defienda la verdad.

Ante  el  cielo y la tierra, y poniendo a todos vosotros que estáis aquí por testigos, admito

mi  culpa  del  más  grave  de  los  pecados;  pero  mi  pecado  es  haber  mentido  al  admitir  las repugnantes  acusaciones  lanzada  contra  la  Orden.  Declaro,  y  tengo  que  hacerlo,  que  la  Orden

es inocente; su pureza y santidad están fuera de duda.

Es cierto que confesé lo que mis enemigos deseaban que dijera. A otros Caballeros que se

retractaron  de  sus  confesiones,  se  les  condujo  a  la  hoguera.  Sin  embargo,  la  idea  de  morir  no

es tan horrible como para que confiese sucios crímenes que nunca se cometieron.

Se me ofrece la vida, pero al precio de la infamia no vale la pena vivir.  No me lamento de tener que morir si solo puede comprarse la vida apilando una mentira sobre otra…»

Jacques  de Molay sabia que cualquier acusado que confesara herejía después de hacer sido sometido  a  tortura  y  más  adelante  se  retracte  de  esa  confesión  se  le  conocía  como  «hereje relapso»,  y  que  segun  la  Ley  eclesiástica,  debía  ser  abandonado  al  brazo  secular  para  ser quemado vivo.

La vergüenza monumental en que habían dejado al Rey, al Papa y a la Iglesia así como la

posibilidad de que provocara más vergüenza, hizo que no se postergara su muerte una hora más;

se anunció su ejecución en la hoguera en las horas de  la tarde en un banco de arena sobre el río Sena, llamada  «isla  de  los  Judíos»  (o  isla  de  Bouvier) , delante de la isla de la Cité. A la caída del sol, se levantó una pira; en ella, Jacques de Molay y Geoffroi de Charney, condenados como

relapsos, fueron quemados vivos, a fuego lento (*43).

La bula Papal:  «Vox  in  Excelso» del 3 de abril de 1.312 suprime la Orden Templaria, pero sin  declararla  culpable  de  las  acusaciones  presentadas  en  su  contra.  Enseguida,  se  publicó  la bula  «Ad  Providum»  que  transfería  todas las propiedades Templarías a su gran rival: la Orden

de  los  Caballeros  del  Hospital  de  San  Juan  de  Jerusalén  (los  hospitalarios), conocida enseguida bajo  el  nombre  de  Orden  de  los  Caballeros  de  Rhodes  y  a  partir  de  1.530,  bajo  el  nombre  de Orden de los Caballeros de Malta (Orden de Malta).

Así fue como la Orden del Templo fue eliminada de la vida pública de la edad media: por

la ambición de un Rey, por la debilidad de un Papa y por la intolerancia de la Iglesia Romana.

– El fin de la Orden –

El  Papa  Clemente  V  hizo  perseguir  a  los  Caballeros  Templarios  por  toda  Europa;  pero  a pesar  de  las  presiones  del  clero  ultracatólico,  enemigo  encarnizado  de  todo  lo  que  podía  estar contra  la  decisión  del  Soberano  Pontífice,  los  Monarcas  españoles  y  portugueses,  a  quienes los Templarios  habían  prestado  grandes  servicios,  anunciaron  que  los  cargos  contra  los  Templarios

les  parecían  infundados  y  fruto  de  la  calumnia;  que  sus  fuerzas  armadas  eran  demasiado importantes  para  arrestarlos  y  que  se  hicieron  fuertes  en  sus  castillos,  negándose  a  correr resignadamente la suerte de sus hermanos franceses; además,   los apreciaban porque fueron muy útiles para combatían en sus territorios contra los Moros.

En  España,  la  Orden  Templaria  decidió  cambiar  de  nombre,  transformándose  en  las

Ordenes  de  Montesa  y  de  Calatrava;  en  Portugal,  se  transformó  en  la  Orden  del  Cristo   (*43). Fue  en  Inglaterra  que  la  oposición  fue  la  más  intensa,  puesto  que  el  joven  Rey  Eduardo  II reaccionó con incredulidad antes las acusaciones.

No  le  parecía  que  los  Templarios  fueran  culpables  de  nada.  Así  lo  hizo  saber  a  otros Monarcas   Cristianos   para   pedirles   que   lo   apoyaran   en   la   defensa   de   los   Templarios   que contaban   con   el   respaldo   de   los   nobles   influyentes   en   las   cortes   Cristianas;   muchos   era familiares o amigos de ellos.

Cuando  el  Rey  inglés  recibió  la  bula  Papal,  no  tuvo  remedio  que  ordenar  los  arrestos, aunque no lo hizo de inmediato, advirtiendo con 3 meses de anticipación a los Templarios de la inminencia  de  sus  arrestos,  lo  que  les  dio  medios  de  huir.  Cuando las tropas del Rey fueron a aprehenderlos,  no  se  les  localizó  y  los  archivos  y  el  tesoro  de  las  encomiendas  Templarías  de Inglaterra habían desaparecido.

Los   Templarios   poseían   numerosas   propiedades:   900   encomiendas   en   Francia   y   en Inglaterra,  donde  posiblemente  recibieron  ayuda  de  familiares  y  amigos  e  instrucciones  para llegar  al  siguiente  lugar  donde  pernoctar.  Había  muchos  que  podían  recibirlos:  los  nobles  del Reino,  los  cuales  recibirían  con  agrado  a  combatientes  experimentados,  sin  importarles  que fueran   buscados   por   la   Iglesia   y   la   corona   inglesa,   también   los   Barones   francoparlantes terratenientes Normandos en Gales e Irlanda (*45).

En  esta  época,  el  Rey  escocés  Robert  Bruce  estaba  reuniendo  sus  clanes  guerreros, preparándolos  para  la  guerra  contra  el  Rey  de  Inglaterra  y  estuvo  feliz  al  encontrar  militares entrenados,  sin  importarle  que  estuvieran  huyendo  de  Inglaterra.  Muchos  Templarios  ingleses  y franceses hallaron refugio en Escocia y, según ciertas leyendas, el Rey Robert de Escocia había acogido  en  su  corte  a  Templarios  rescatados  que  combatieron  con  él  en  la  batalla  de  Bannock Burn  y  que  le  ayudaron  a  ganarla..  En  agradecimiento,  el  Rey  Robert  les  nombraron  Caballeros

en la Orden de San Andrés de Escocia que él funda en 1.313 en Heredón (*45).

Al  haber  ignorado  la  orden  Papal  de  arrestar   a los  Templarios,  Escocia  había  hecho  un refugio  seguro  para  los  fugitivos.  El  día  de  San  Juan  de  1.313,  Pierre  d’Aumont  fue  nombrado nuevo  Gran  Maestre  de  la  Orden  Templaria  y  resolvió  reconstituirla  bajo  una  forma  secreta, apoyada  por  los  Caballeros  escoceses.  Los  Templarios  organizaron  en  Kilwinning  un  capítulo orientado principalmente a la ayuda de los hermanos en fuga  (*44). En 1.361, la residencia de la Orden fue transferida a Aberdeen y se ha corroborado que la Orden Templaria se mantuvo como cuerpo coherente en Escocia durante 4 siglos.

Los  Templarios  habían  perdido  todo:  su  honor,  sus  bienes  y  el  sitio  que   ocupaban  en  la comunidad.                    Rechazados   por   el   Vicario   de   Cristo,   arrestados   y   encarcelados,   ferozmente torturados y quemados en la hoguera, obligados a huir y ocultarse, perdieron a su intercesor ante Dios.   El   pensamiento   Templario   evolucionó   de   esta   tragedia,   pasando   del   miedo   de   la persecución  a  su  natural  compensación:  el  odio  de  haber  sido  traicionados  por  la  Iglesia  y  el deseo de vengarse. Después de esta tragedia, los Templarios adoptaron una actitud radical hacia

la  Iglesia  romana  que  les  denigraba;  pues,  si  el  Papa  les  rechazaba,  en  respuesta  ellos  lo rechazaban  a  él,  llegando  a  la  conclusión de que era el Papa quien había traicionado a Dios y no ellos (*39).

Al  mismo  tiempo,  nació  una  forma  liberal  de  pensamiento  religioso;  la  diferencia  de opinión dentro de la hermandad no importaba; discutir las creencias personales en tal momento, solo  podría  separarlos;  así  que  no  discutían  sobre  ellas.  Su  primera  preocupación  debió  haber sido salvar las vidas, no las almas. La insistencia en que se manifestaba abiertamente la creencia

en  Dios,  sin  ningún  requisito  respecto  a  la  manera  personal  de  reverenciarlo,  prohibió  los comentarios o discusiones sobre religión, puesto que a las creencias de cada uno se les confirió

un  respeto  de  parte  de  sus  hermanos.  La  urgencia  y  la  importancia  de  la  situación  fue  el

momento  donde  los  hilos  sueltos  de  contacto  entre  los  fugitivos  se  desarrollaron  fuertemente, como aquellos de los vínculos de hermandad, y como es la regla en las épocas del autoritarismo,

las  uniones  fraternales  se  alimentaban  con  mayor  fuerza  entre  los  miembros  de  las  minorías

(*39).

La  adversidad  no  hizo  sino  exaltar  la  fuerza  de  los  movimientos  secretos,  de  tal  manera que la organización de escape Templaria se desarrolla, proporcionando una base firme sobre la cual   podría   establecerse   una   institución   permanente,   constituida   en   una   sociedad   secreta informal de protección mutua con filosofía religiosa, en la cual los hermanos Templarios podían seguir en contacto unos con otros y ayudarse mediante la regla del secreto absoluto.   Los años transcurridos  entre  los  primeros  arrestos  de  templarios  en  1.307  y la disolución de la orden en

1.312 proporcionaron tiempo y oportunidad para que el sistema de escape evolucionara hasta ser una organización clandestina completa y permanente (*39).

– La integración –

La  leyenda  pretendía  que,  cuando  en  1.307,  las  tropas  del  Rey  cayeran  sobre  la  gran encomienda de la  «Encía  del  Templo» de  París,  algunos  Caballeros  Templarios  que  no  fueron inmediatamente   arrestados,   encontraron   apoyo   en   el   grupo   operativo   de   constructores   que estaban  bajo  su  influencia  directa  en  Palestina  y  que  les  debía  su  «franquicia  de  oficio»,  su libertad  de  ejercer  el  arte  constructor  y  gracias  a  los  cuales  obtuvieron  privilegios  de  autoridad legal.  La  filiación  Templaria  era  una  realidad  viva  para  muchos  de  esos  albañiles  que  habían obtenido su franquicia de libertad en las encomiendas Templarias de Tierra Santa.

En  reciprocidad  de  la  ayuda  que  habían  recibido,  ellos  ayudaron  a  los  Templarios  a

escaparse. Para no ser reconocidos, los Templarios se disfrazaron de Masones, adoptando unos apellidos  de  préstamo, tal como el de  «Mabei -gnac», para sustraerse de las persecuciones de las tropas Reales y circular libremente en las Baronerías de la época medieval o solos los  «francos oficios»   podían  proporcionar  empleo,  alojamiento,  comida  y  dinero  para  los  obreros de otras localidades  que  pasaban  por  allí,  sin  provocar  la  sospecha  de  la  población  de  las  ciudades medievales donde todos se conocían (*27).

La  integración  Templaria  en  las  cofradías  de  constructores  tuvo  la  consecuencia  de  que

muchos  Templarios  huidos de Francia a raíz de su persecución, fueran a buscar refugio entre las sociedades  de  canteros  y  albañiles  asentados  en  Inglaterra,  en  Portugal  y  en  los  territorios alemanes.  La  identidad  de  vista,  la  comunidad  de  los  símbolos  así  como  las  ideas  Cristianas

«ortodoxas»   estaban   demás   de   serios   motivos   de   acercamiento.   Según   esta   leyenda,   los Templarios recibieron ayuda de las corporaciones obreras e instrucciones para llegar al siguiente lugar  donde  pernoctar,  pero  necesitarían  una  estratagema  o  señal  con la cual pudieran localizar

al que iba a ayudarlo en la próxima etapa; por eso, adoptaron los signos y las palabras de pase a

la manera de los Masones (*39).

La influencia de los Templarios sobre las comunidades de artesanos constructores no cesa con   la   disolución   de   la   Orden   en   1.312   y   muchos   de   esos   monjes-Caballeros,   vueltos necesariamente  laicos,  se  quedaron  en  las  comunidades  obreras  que  les  habían  ayudado  a fugarse, integrándose a ella y llegando hasta a dirigirlas.

Esta   afiliación   fue   particularmente   importante   en   Flandes   y   en   Escocia   donde   os

Templarios encontraron una acogida favorable, benévola y seguro asilo.

Deseosos  de  recompensar  la  hospitalidad  brindada,  iniciaron  a  algunos  de  estos  Masones

en  las  doctrinas  secretas  de  su  Orden,  haciendo  un grado Masónico de la calidad de Caballero Templario   y constituyeron de este modo los Masones en sus sucesores y continuadores de sus practicas  y  ritos.  Este  grado  era,  en  aquel  tiempo,  un  ejecutor  de  la  Orden,  dedicado  a  la venganza   del   asesino   «judicial»   del   ultimo   Gran   Maestre   de   la   Orden   Templaria,   a   la restauración  del  mismo  y  a  la  persecusión  de  los  enemigos  de  los  Templarios.  Esto  dio  origen para acusar a la Masonería como convicta de conspirar contra la Iglesia y los Gobiernos.

– El poder de la Iglesia –

La  supresión  de  la  Orden  Templaria  ocurrió  en  una  época  en  que  la  Santa  Sede  estaba preocupada en extender su poder y su riqueza, situación que hizo surgir inquietudes y mantuvo sospechas  del  populacho.  Teniendo  todo  el  poder  sobre  todos,  la  Iglesia  tenía  por  lo  tanto  la administración  de  la  verdad  y  los  poderes  espirituales,  políticos,  civiles,  legislativos  y  judiciales; por  este  hecho,  la  Iglesia  Católica  Romana  controlaba  todas  las  corporaciones  de  constructores

de Europa.

No   tarda   en   llevar   una   política   dictatorial   dirigida   por   un   clérigo   intransigente   y dominante,  trastornando  el  ejercicio  de  la  justicia  y  acaparando  una  gran  masa  de  la  riqueza pública;  impidiendo  al  poder  secular  asumir  las  cargas  de  la  Nación  (*15). La poca aptitud a la vida  monacal  y  al  celibato  del  bajo  clérigo  no  les  permitía  demostrar  con  el  ejemplo  las verdades  de  la  religión  que  ellos  profesaban  en  sus  capillas  que  muchos  transformaron  en palacios, puesto que una cantidad excesiva de impuestos recibidos por la Iglesia  se destinaban a mantener  el  lujosos  tren  de  vida  de  la  alta  jerarquía  eclesiástica  que  lo  único  que  les  importaba era  el  dinero;  por  consecuencia,  todo  estaba  en  venta:  indulgencias,  honores,  dispensas,  etc.  La

Iglesia exigía para si, todos los derechos, privilegios y gestos de respeto (*27).

La  Iglesia  Católica  medieval  no  sólo  era  dueña  de  más  de  la  tercera  parte  de  la  superficie

de  Europa,  contando  con  el  mayor  número  de  siervos  y  villanos  bajo  su  ferula,  sino  que  se consideraba  a  sí  misma  como  el  máximo  centro  del  poder;   mantenía  sus  propios  tribunales  y prisiones eclesiásticas.

El  Papa  Bonifacio  VIII  fue  el  más  egocentrico  de  todos  los  Papas;  ya  que  sostenía  que, siendo el único vicario de Dios en la tierra, tenía autoridad sobre todos, incluso sobre  los Reinos

de  la  Cristiandad  y  que  todos  los  seres  humanos  que  habían  sobre  la  faz  de  la  tierra  estaban sujetos  a  la  autoridad  del  Pontífice  Romano  (*29).  Bonifacio  VIII  promulgó  la  histórica  bula

«Unam   Sanctam»  en  la  cual  afirmaba  la  superioridad  del  Papado  por  encima  de  todos  e independiente  de  la  autoridad  secular  de  los  gobernantes  del  mundo  Cristiano.  Esta  bula  fue  la declaración más firme de la supremacía Pontifical que haya hecho cualquier Papa en la historia

de la Iglesia Católica Romana.

Esta   bula   enfurecía   a   los   Monarcas   de   Europa   quienes   como   autócratas   que   eran, consideraban  según  la  regla  feudal  medieval,  que  las  personas  y  propiedades  en  sus  dominios eran su patrimonio y estaban sometidos a ellos.

– La controversia científica –

De   la   Iglesia   dependían   también   las   Universidades   donde   las   clases   eran   dictadas exclusivamente en latín, a través del cual ella enseñaba las verdades que convenía a sus fines; de

tal  manera  que  aquellos  que  no  conocían  este  idioma  no  podían  estudiar;  por  este  medio,  sólo enseñaba a aquellos que no eran sospechoso a la hegemonía clerical (*33).

Vino  un  tiempo  en  que  las  ciencias  comenzaron  a  apoderarse  de  las  mentes  de  los hombres, a motivar su imaginación y hacer aparecer nuevas teorías que se posicionaba en contra

de  lo  que  la  Iglesia  Romana  enseñaba.  Los  hallazgos  científicos  parecían  estar  en  conflicto  con las interpretaciones de las escrituras y por lo tanto, era inaceptables y heréticos.

En  Florencia,  algunos  educadores  se  independizaron  de  la  Iglesia.  Dirigidos por Leonardo

De  Vinci,  organizaron  secretamente  un  grupo  de  eruditos  libres  del  control  de  la  Iglesia  que enseñaban  laicamente  en  idioma  popular.  Delante  del  peligro  que  presentaba  la  Inquisición Romana,  Leonardo  De  Vinci  se  refugia  en  Francia,  donde  funda un grupo educativo parecido a

el de Florencia que denomina:  «Escuela de Cristo»  con el fin de confundir a los inquisidores de

la Iglesia Católica (*35).

* CAPITULO QUINTO

*              *

– El siglo XIV inglés –

En  Inglaterra,  el  orgullo,  la  insolencia,  la  arrogancia,  los  abusos  y  el  libertinaje  de  un  alto clero intransigente y dominador, cada vez mas ávido de riqueza y de poder, dedicado a una vida ociosa   y   viviendo   en   la   lujuria   y   la   glotonería   con   un   ejercito   de   sirvientes,   causaba preocupación y  desconcertaba a las ordenes inferiores del clero; lo cual avivo ante el pueblo ese resentimiento  que  alimentó  un  flujo  creciente  de  disidencia  y  protestas  contrarias  a  la  Iglesia Católica  Romana  que  amas  fue  aceptada  en  plena  por  el  pueblo,  puesto  que  desde los tiempos

de  la  antigua  iglesia Celta,  los  dirigentes  de  la  Iglesia  en  Inglaterra  habían  luchado  contra  la autoridad  Papal  en  ese Reino  insular.  Esta  situación  fue  la  fuente  de  la  primera  gran  oleada  de protestas  que  generó  tanta  disidencia  y  desorganización que la Iglesia Católica de Inglaterra casi cayó en la anarquía (*36).

– Los Lolardos –

El  lamentable  clima  generado  en  Europa  por  la  decadencia  de  la  Iglesia  Católica  fue propicio  para  la  venida  de  nuevas  teorías  filosóficas.  Muy  rápido,  se  confrontaron  las  ideas filosóficas  de  la  civilización  clásica  de  las  antiguas  culturas  orientales  contra  el  pensamiento monacal  y  monopolítico  de  la  edad  media  Católica;  lo  que  desencadenará  un  antagonismo teológico,   conocido   bajo   el   nombre   de   «Cisma   de   Occidente»  entre   los   místicos   y   los eclesiásticos.

Esta  oposición  ideológica  crea  una  gran  efervescencia  que  se  sigue  de  una  especie  de guerra  literaria,  donde  no  citaré  sino  las  piezas  más  conocidas:  «Reforma  Católica  de  la Chiesa»,  de  Giobertini;  y  «la  Reforma»,  Tomo  VIII  de  la  historia  de  Francia  de  Michelet. Nuevas  inteligencias  aparecen  y  el  fraile  Augustino  Lutero  fue  la  fuente  de  separación  de  la cultura Cristiana, con la creación de una Orden de protestantes, inmediatamente seguida por los reformistas  británicos  quienes  crearon  la  Iglesia  Anglicana  y  de  los  Rusos  quienes  crearon  la Iglesia Ortodoxa de Santa Rusia. En el siglo XVI, la corrupción y la decadencia de la disciplina eclesiástica   fueron   tales   que   la   disolución   de   la   Iglesia   Católica   Apostólica   Romana   fue pronosticada (*36).

La  disidencia  en  Inglaterra  estaba  apenas  comenzando  a  hacerse  oír.  Los  precursores rebeldes de la reforma Protestante tomaban a mal las enseñanzas de la Iglesia, originadas mucho después  de  la  muerte  de  Jesucristo.  Tales  enseñanzas que la Iglesia Romana había declarado ser más importantes que las Sagradas Escrituras mismas, presentaban características de herejía para

los reaccionarios, en particular para el cura y académico de Oxford: John Wiclyf.

Durante  varios  años,  un  grupo  descontento llamado  «los  Lolardos» o  «Murmuradores»; los  que,  por  primera  vez,  tradujeron  la  «Vulgata»  al inglés, sostenían que todos los Cristianos debían  tener  acceso  directo  a  las  Sagradas  Escrituras.  Comenzaron  a  predicar  la  reforma  de  la Iglesia;  recor riendo  los  pueblos,  predicando  contra  las  riquezas,  la  corrupción  de  la  Iglesia  y

llevandóles  un  mensaje  ultra-católico.   Unos  de  esos  seguidores:  los  párrocos  John  Ball  y  John Wrave  predicaban  contra  la  Iglesia  y  la  clase  privilegiada,  atizando  la  inquiet ud  pública  en  los tres  sitios  medievales  de  reunión:  la  iglesia,  la  taberna  y  el  mercado,  defendiendo  doctrinas  tales como la igualdad de derechos y la abolición del villanaje y de la servidumbre (*40) .

Los Lolardos fueron ferozmente perseguidos por la Iglesia Romana y se vieron obligados a

asumir  la  clandestinidad,  tejiendo  una  red  de  comunicación  en  todo  el  centro  de  Inglaterra  y formando  unas  células  secretas  independientes,  diseminadas  por  todo  el  país,  que  brindaban refugio a quienes estaban en conflic to con la iglesia establecida.

Se  pretendió  que  su  principal  sitio  de  encuentro  en  Londres  era  la  antigua  capilla  de  San

Juan  Bautista  en  las  afueras  de  Leicester,  cerca  del  hospital  de  los  leprosos,  a  un  lado  de  la capilla  de  Fleet  Street  (que  había  sido  la  iglesia  principal  de  los  Caballeros  Templarios  en Inglaterra) ,  donde  había  una  fonda  y  alojamiento  para  «sectarios  que  odiaban  a  la  iglesia  de Cristo»  (*36), bajo la protección del piadoso Duque de Lancaster; era allí que los seguidores de Wiclyf  dirigían  sus  sermones  contra  el  clero  Católico.  Los  Lolardos  sobrevivieron  durante  los siguientes  años  a  las  persecuciones  de  la  Iglesia  y  de  alguna  manera  lograron  el  apoyo  de determinados  miembros  de  la  aristocracia,  principalmente  de  la  clase  de  los  Caballeros, aunque esta asociación tenía un origen eminentemente popular (*40).

Eso  fue  la  primera  conmoción  de  una  actitud  antieclesiastica  que  seguiría  latente  en

Inglaterra hasta que hiciera erupción la Reforma Protestante.

– La Magna Sociedad –

En   1.376,   el  Parlamento  inglés  había  mencionado  la  corrupción  en  la  corte  Real,  el soborno  en  el  sistema  legal,  los  malos  manejos  del  dinero  de  las  recaudaciones,  la  ineptitud administrativa,  los  impuestos  excesivos  y  otras  opresiones  deplorables  realizadas  tanto  por sirvientes del Rey como por grandes Señores del Reino en contra del humilde pueblo inglés.   El descontento  se  generalizaba  en  la  clase  baja  de  la  sociedad  británica  y  unos  ruidos  de  revuelta comenzaban a circular en el Reino ingles, ampliándose rápidamente (*39).

Durante el verano de 1.381, hubo una agitación generalizada en Inglaterra que no fue solo

una convulsión, sino una rebelión campesina con alguna evidencia de planeación, puesto que se

concretó  el  levantamiento  simultáneo  de  alrededor  100.000  hombres en 6 pueblos diferentes de

las regiones de Essex y de Kent y particularmente en pueblos de la región de York. El asesinato

de  su  principal  líder  Wat  Tyler   (Walter  el  Tejedor)  desorganizo la revuelta que terminó con la desaparición  de  los  principales  jefes  de  grupos  regionales.  Se  pretendió  que  los  líderes  de  esta agitación  dispusieran  de  la  protección  de  una  misteriosa  organización  clandestina,  una  «Gran Sociedad»  (Magna Sociedad),  bien organizada y documentada, que se reunía en Londres, con la cual  ellos  se  mantenían  en  contacto   (*39).  Esta  sociedad  secreta,  cuya  existencia  previa  a  la revuelta  campesina,  tenia  relaciones  con  artesanos  radicados  en  Londres  que  regresaban  a  sus pueblos  de  origen  para  incitar  la  poblacion  a  la  rebelión;  es  esta  «Magna  Sociedad»  la  que proporcionaba  a  los  rebeldes  hospedaje,  auxilios  y  casa  de  seguridad,  de  tal  suerte  que  ellos  no fueran jamas capturados.

No  parece  razonable  pretender  que  dos  organizaciones  secretas  tales  como  los  Templarios

y  los  Lolardos  hayan  existido  una al lado de la otra en todos los pequeños pueblos de Inglaterra sin  ninguna  relación  entre  ellas,  sobre  todo  cuando  cada  una  tenía  como  tema  central  proveer

alojamiento para ocultar a hombres de la ira de la religión de Estado (*39).

Se  debe  considerar  probable que estuvieron relacionadas y que evolucionaran hasta llegar a ser,

tal  vez,  una  y  única  estructura  de  ayuda  mutua.  Si  así  fue,  esta   «Magna  Sociedad»  por ser la organización   secreta   mejor   establecida,   desempeñó   un   papel   importante   en   la   reforma protestante  en  Inglaterra,  donde  la  base  fue  el  levantamiento  de  la  revuelta  campesina  en  1.381. Esta   organización   secreta   se   mantuvo   viva   durante   siglos   gracias   a   una   dedicación   y   un compromiso  traído  con  la  idea  que  habían  errores  en  las  enseñanzas  y  practicas  de  la  Iglesia establecida y que está debía ser reformada (*39).

– Los primeros gremios –

Las reglas de los primeros gremios obreros medievales son parte de la historia y son bien conocidas; vienen del Siglo X, cuando la Masonería operativa inglesa   organiza la reunión de los estatutos, reglamentos y obligaciones que estaban en vigor en las logias de Inglaterra, con el fin

de  formar  un  cuerpo  de  leyes:  los  Land  Marks,  que  fue  aprobado  en  una  reunión  general  en

York en el año 926 (*5).

A  partir  del  siglo  XIII,  los  grupos  de  constructores  se  organizaron  en  corporaciones profesionales  juramentadas;  en  Alemania  se  llamaron  cofradías  y  guildes  en  Inglaterra;  fueron cuerpos  civiles  reconocidos  por  el  Estado,  que  se  beneficiaban  de  privilegios  y  de  derechos públicos.   En   1.211,   la   cofradía   alemana   de   los   picapiedras   de   Madebourgo   reclamaron   y obtuvieron  unos  privilegios  de  autoridad  legal.  Los  Masones,  de  esta  manera,  se  volvieron hombres  libres,  llamándose  Francmasones  (abreviación  de  francos  oficios  de  la  Masoneria); promocionaron el principal valor Masónico, por el cual la cultura es el medio gracias al cual el hombre  puede  liberarse  de  la  ignorancia  que  lo  mantiene  en  el  estado  bruto.  En  1.247  en Colonia  (Alemania),  el  sacerdote  dominicano  Albertus  Magnus  reutiliza  el  lenguaje  simbólico

de  los  antiguos,  lo  desarrolla  y  lo  adapta  al  arte  de  construir,  permitiendo  así  a  la  Masonería

operativa  volverse  una  orden  especulativa,  expresaban  su  enseñanza  por  símbolos  que  son aluciones gráficas disimulando una acción real o una enseñanza moral  (*11).

Celosos  de  proteger  sus  conocimientos,  las  corporaciones  de  constructores  de  la  edad media  adoptaron  rápidamente  ese  lenguaje  hermético  que  les  permitía  guardar  estricto  secreto del    «Arte  del  Trasado»,  el  diseño  arquitec-tonico  y  de  la  ejecución  de  las  construcciones; prohibiron a sus miembros, constituidos en logias y talleres, transmitir los secretos del saber del arte lapidario en forma diferente a símbolos.

En 1.440, la cofradía de los constructores de la Catedral de Estrasburgo: los «Hermanos de

San  Juan»,  se  llamaron  por  primera  vez:  Orden  Francmasónica  de  San  Juan;  fundaron  la

«Sociedad  General  de  los  Masones  Libres  de  Alemania»,  primer  Gran  Logia  reconocida  por todas las logias de Alemania y de los países vecinos  que, aunque cada una de ellas fueran libres

y autónomos, acudían a Estrasburgo en casos graves o dudosos  (*14).

En  Francia  se  creó  el  «Compañerismo»  y  nacen  diversas  fraternidades  Masónicas:  «los Hijos  de  Salomón»,  «los Hijos del Maestro Jacques» y  «los Hijos de Maestro Soubise»; fueron creados  enseguida  «los  Compañeros  del  Deber».  Todas  estas  corporaciones  de  constructores disponían  de  constituciones  escritas  por  las  cuales  sus  miembros  debían  ser  libre  e  tener  una vida irreprochable; ellos se consideraban hermanos (*22).

A  pesar  de  que  el  albañil  podía  a  justo  título  estar  celoso  de  sus  conocimientos  en  el  arte

de  construir,  las  reglas  de  seguridad  físicas  de  la  Francmasonería  tienen  muy  pocas  relaciones con  los  rituales  de  las  corporaciones,  de  tal  maner a  que  se  puede  interrogar  sobre  esta  súbita evolución  del  humilde  albañil  hasta  el  organizador  de  un  grupo  social  estructurado  como  una organización  secreta  juramentada,  defendiendo  las  puertas  de  sus  asambleas  con  las  espadas  en

la  mano,  protegiéndose  de  la  traición  en  la  transmisión  de  sus  secretos  a  «profanos», con la amenaza  de  castigo  terrible.  No  constituía  un                              razonamiento  gremial  típico  y  un  temor  vago sino;  al  contrario,  el  conocimiento  de  un  castigo  muy  especifico,  proporcionado  no  por  los mismos obreros, sino impuestos por una fuerza superior: el Estado o la Iglesia  (*39).

Hasta  el  siglo  XIV,  los  antiguos  gremios  medievales  fueron  militantemente  religiosos  y todos  se  apegaban  a  la  Iglesia  Católica,  ninguno  de  entre  ellos  pudo  haber  tenido  un  código de tolerancia  religiosa  o  brindar  protección  a  aquellos  cuyas  opiniones  estuvieran  en  conflicto  con

las enseñanzas de la Iglesia Católica.

El   propósito   de   la   Masonería   secreta:   la   protección   mutua   de   hombres   que   tenían diferencias  de  creencias  con  la  Iglesia  Romana,  desacuerda  con  las  costumbres  de  la  sociedad obrera  medieval  del  XIV  siglo;  esta  incoherencia  «social-profesional»  deja  la  puerta  abierta  a todas especulación de la más seria a la más fantasiosa (*39).

Ciertos  autores  desarrollaron  hipótesis  según las cuales los primeros Francmasones fueron realmente  Templarios  fugitivos  o  sus  descendientes;  según  estos  autores,  la  Francmasonería  se había originado en los apuros y huida de los Templarios que utilizaron la organización obrera de

los  «francos  oficios»  de  ahora  en  adelante  estructurada,  para  formar  rápidamente  una  sociedad secreta   y   que   los   orígenes   de   la   Francmasonería   se   encuentran   entre   los   Templarios   y simpatizantes  de  la  Orden  Templaría  que  escapaban  del  arresto  y  la  tortura  en  manos  del  Rey y del  Papa,  en  una  época  ideal  para  formar  un  grupo  secreto  en  el  cual  los  Templarios  pudieron

esconderse del conocimiento y de la venganza de la Iglesia Católica.

El  estudio  de  esta  hipótesis  permite  comprender  mejor  el  sentido  de  ciertos  símbolos  de  la Muy  Venerable  institución  Masónica  y  podemos  ser  seducidos  por  su  constructivismo,  al contrario del aspecto misterioso e improbable de la corriente filosofica, bíblica y simbólica de la Masonería y de su mítico pasado brumoso e incierto.

A  medida  que  el  tiempo  pasa,  la  memoria  se  oscurece;  los  verdaderos  orígenes  de  la Francmasonería  se  perdieron  y  los  Francmasones  se  quedaron  solo  con  la  alegoría,  creando  un mundo  fantástico  que  aceptaron  como  real:  el  de  los  Patriarcas  bíblicos  y  del  templo  de Salomón,  el  de  los  Templarios  y  de  las  sociedades  secretas  y  misteriosas.  Transmitirían  estas leyendas  fantásticas,  fábulas  románticas  y  mitos  exóticos  que  seducirán  a  los  hombres  de  los países de la Europa brumosa, fría y lluviosa.

*

TERCERA PARTE

LA CORRIENTE ESPECULATIVA, DEMOCRATICA Y LIBERTARIA

*                               *

Del Siglo XVIII al Siglo XX

* CAPITULO SEXTO

*              *

– Los Masones aceptados –

Con   el   siglo   XVIII,   la   mentalidad   retrógrada   de   las   corporaciones   de   constructores evoluciona  y  los  Masones  trataron  de  buscar un remedio a la crisis que, en los últimos tiempos,

las   había   ido   haciendo   siempre   menos   prósperas.   Decidieron   generalizar   la   admisión   de

«miembros  honorarios» extraños a la práctica del  «Arte  Real» y a la profesión de construir que

habían  penetrado  en  las  logias  desde  1.400,  (Manuscrito  Cooke)  y  quienes  cooperaron  para sostener  materialmente  las  logias  y  salvarlas  moralmente  de  la  decadencia  que  las  amenazaba  y

de  la  disolución  a  la  cual  parecían  inevitablemente  destinadas.  Estos  miembros  honorarios, llamados:  «Masones  Aceptados»  pertenecían  en  su  mayoría  a  la  burguesía.  Fueron  eruditos distinguidos en las artes, las letras y las ciencias.

La  elite  intelectual  de  esta  época,  impregnada  de  la  corriente  humanística  y   «Pansofica»,

se  transformó  rápidamente  en  asociaciones  filosóficas,  tales  como  la  «Academia  Platónica»,

creada  en  1.460  en  Florencia   (Italia),  la  «Compañía  de  los  Magos», asociación constituida en

Francia  a  comienzos  del  Siglo  XVI  por  Cornelius  Agripa  y  la  «Compañía del Palustre», creada

en  1.512,  quienes  eran  evidentemente  de  espíritu  Masónico  operativo.  Estas  asociaciones  eran comúnmente  favorecidas  por  los  grandes  Señores  del  Reino.  Los  Masones  Aceptados  aportaron mucho  a  las  logias  Masónicas;  quienes  a  menudo,  dieron  ascilo  a  los  filósofos herméticos y a

los alquimistas adeptos del «Arte Magna» y de la piedra filosofal.

Algunos  de  estos  intelectuales  eran  hombres  que  tenían  una  razón  para  reunirse  para

discutir  sus  ideas  en  secreto,  lejos  de  los  ojos  y  iodos  de  la  Iglesia;  eran  los  científicos de

Londres, de Oxford y de Cambridge que se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo durante el siglo XVIII: la Iglesia estaba en opo-sición a la ciencia; de tal modo que ellos se encontraban en grave  peligro  de  castigo  eclesiástico,  tal  como  Galileo  Galilei  quien  tuvo  que  renegar  en  1.638

su  teoría  de  la  rotación  terrestre  alrededor  del  sol  para  liberarse  de  la  amenaza  de  torturas  del tribunal  de  la  Inquisición  Romana.  Pero,  ellos  no  querian  abandonar  su  curiosidad  científica  y optaron por reunirse en secreto en las logias Masónicas.

En  1645,  Elias  Ashmole,  astrólogo  de  origen  judío,  alquimista  del  corriente  Rosacruce,

físico  y  matemático,  apodado   «el  mercurófilo  inglés» fue  admitido  como  Masón  aceptado  en

Lancashire.  Fundó  en  Londres«el  Colegio  Inv isible»,  sociedad  de  inspiración  Rosacruz  y  en

1.646  una  sociedad  que  tenía  por  objeto  construir  el  templo  ideal:  «la  casa  de  Salomón»; Ashmole  contribuyendo  así  a  acentuar  las  tendencias  herméticas  de  la  Orden  Masónica.  Es  en ésta época que nacen las leye ndas simbólicas relativas a la construcción del templo de Jerusalén

y  aquella  de  su  constructor  Hiram.  Se  pretende  que  fue  Ashmole  que  hizo  el  bosquejo  de  la organización de la Orden actual y consolida las tendencias reformistas que fueron los fermentos

de  la  Masonería  especulativa  moderna.  En  1.662,  bajo  el  Reinado  de  Carlos  II  de  Inglaterra,

Robert  Moray  y  Elias  Ashmole  solicitaron  permiso  Real  para  constituirse  en  sociedad  con  el

nombre  de  «Real  sociedad  de  Londres  para  el  mejoramiento  del  conocimiento  natural»  (Royal Society  of  London).  Los  Masones  ingleses  jugaron  un  rol  importante  en  la  fundación  de  ese cuerpo  sapiente,  el  más  grande  del  siglo  XVIII  inglés,  que  fué  presidido  de  1.703  hasta  1.727 por   Issac   Newton,   genial   inventor   de   una   rama   totalmente   nueva  para  la  época  de  las matemáticas,   el   llamado   «cálculo  de  variaciones»;   fue   el   creador   del   método   de   cálculo diferencial  e  integral;  descubrió  la  ley  de  la  inercia  y  el  «cuadrado inverso» (55*).  Fue también autor  de  descubrimientos  fundamentales  sobre la naturaleza de la luz y estableció las bases para

la  teoría  de  la  gravitación  universal  que  dedujo  de  la  tercera  ley  de  Kepler  sobre  el  movimiento planetario  universal.  Embebido  de  la  corriente  filosófica  mística  de  la  época  y  adepto  del Rosacrusismo, Newton desarrolló sus experimentos en la frontera entre la alquimia y la química

(*11) .  El  pasatiempo  preferido  de  los  últimos  años  de  este  genial  científico  fue  la  construcción

de  una  maqueta  arquitectónica  del  templo  de  Salomón.  Se  integraron  a  esos  nuevos «Masones Aceptados»;  algunos  gentilhombres  maestros  en  la  política  y  en  el  arte  de  gobernar  los  Estados; influyeron   grandemente   sobre   el   espíritu   de   las   logias   de   constructores   y,   poco   a   poco, empezaron a prevalecer sobre los Masones de oficio  (Masones antiguos)  y no tardaron en dirigir los    talleres,    transformando    las    logias    operativas    en    logias    especulativas.    Ese    fue    el

«renacimiento» de la institución y la creación de la Masonería moderna que conocemos hoy. El carácter  de  la  institución  Masónica,  a  la  vez intelectual y aristocrático, favoreció su desarrollo y cada  uno  ambiciona  el  honor  de  ser  admitido  en  la  fraternidad;  así,  las  logias  de  constructores comenzaron  a  transformarse  en  logias  especulativas;  pero,  supieron  conservar  el  espíritu  de  la Masoner ía: el constructivismo y su objetivo que es que cada uno de sus miembros se vuelva uno

de los constructores simbólicos del edificio social (*48).

– La corriente filosófica y mística –

Entre   1.593   y   1.662   la   corriente   de   pensamiento   filosofico-mistico-alquímico   de inspiración Rosacruce penetra los espíritus e impregna de manera profunda y contínua la Orden Masónica, jugando un rol importante como infusión de un espíritu nuevo que vuelve a dar a la Masonería  un  remozo  de  actividad  espiritual  en  el  sentido  de  sus  tradiciones.  Con  el  siglo XVIII,  se  instala  una  nueva  época  de  pensamiento  donde  se  confunde  íntimamente  lo  racional

de  las  ciencias  exactas  y  naturales  y  lo  irracional  con  lo  extraño  y  lo  maravilloso.  La  alquimia,

que   estaba   en   su   apogeo   en   Europa,   atropelló   el   racionalismo   estrecho   del   siglo   XVII, consagrando  la  práctica  de  la  «Gran  Obra  Hermética»  y  creando  el  sistema  filosofico-mistico- alquímico  llamado   «Ciencias  Sublimes»  originado   en   la   corriente   tradicional   hermética   que intentaba redescrubrir el misterio de la vida.

Es  en  ésta  época  que  los  Rosacruces  ingleses  penetraron  en  la  Francmasonería  y  ciertas doctrinas  y  tradiciones  místicas,  como  las  tradiciones  Templarias  y  Rosacruces,  así  como  las leyendas  de  los  Esenios  y  de  los  Dionisios  se  incorporaron  al  «renacimiento»  de  la  Orden Masónica.  Fueron  aportes  importantes  a  la  transformación  y  a  la  regeneración  de  la  Masonería, dándole  un  objeto  de  union,  de  perfección  y  de  progreso,  de  fraternidad,  de  igualdad  y  de ciencias (*3).

– La primera constitución –

El 24 de Junio de 1.717, día del solsticio de verano y de San Juan Bautista, (día oficial de

la   Francmasonería   Universal)  Jean  Theophile  Desagulier,  Santiago  Anderson,  Jorge  Payne, Calvert,  Sumn,  Maldem,  Elliot,  asistidos  de  los  hermanos  King  y  de algunos otros, convocaron

a  los  miembros  de  cuatro  logias  que  se  encontraban  en  actividad  en  Londres  en  esta  época;

tenían  nombres  pintorescos  salidos  de  las  tabernas  donde  ellas  se  reunían:  «the  Goose  and

Gridiron» (la  oca  y  la  parrilla) de Saint Paul’s Churchyard, «the Crown Ale-House» (la taberna

de  la  Corona)   de  Druny  Lane,  «the  Apple-tree  Tavern»  (la  taberna  del  manzano)  de  Covent

Garden   y   «the   Rummer   and   Grapes   Tavern»   (la   taberna   del   cubilete   y   las   uvas)  de Westminster. Se reunieron en la taberna   «the Apple-tree», situada en Charles street, detrás de la catedral  de  San  Pablo  de  Londres  en  Covent  Garden  para  unirse,  constituyendo  formalmente  la

«Gran Logia de Londres», autollamada «de los Masones Modernos».

Eligieron  a  su  primer  Gran  Maestro:  Anthony Seyer, diseñador de los arquitectos quienes, dirigidos  por  el  anciano  Gran  Maestro  Christopher  Wren,  reconstruyeron  la  catedral  de  San Pablo  de  Londres  destruida  en  1.666  por  el  gigantesco  incendio  de  la  «City», el corazón de Londres.  Eligieron  también  a  sus  dos  Grandes  Vigilantes:  Jack  Lamball,  de  la  cofradía  de  los carpinteros  y  John  Elliot,  capitán  constructor.  Definían  la  nueva  Gran  Logia  como  «Logia Madre  de  Inglaterra»; le dieron la omnipotencia legislativa, aquella de dar en adelante las cartas

de regularidad a todas las otras.

Las  viejas  logias  de  Londres  y  de  Westminster  no  aceptaron  esos  «nuevos»  Masones.  La logia  de  York  se  encolerizaría  ante  esa  decisión  unilateral  de  los  Masones  londinenses  por autodenominarse  «Gran  Logia»,  afirmando  que  era superior,  ya  que  ella  era  la  más  antigua  de Inglaterra,  puesto  que  su  origen  se  remontaba  al  año  926,  en  el  tiempo  de  la  terminacion  de  la catedral  San  Pedro  de  York,  época  donde  el  Príncipe  Edwin,  hijo  menor  del  Rey  Athelstan  (o Etheleftone) de Northumbria, nombrado Gran Maestro de los Masones del Reino, habría dado la primera  franquícia  constitucional  a  los  Masones  Yorkinos:  una  carta  permanente  (carta de York) que   según   ciertos   autores,   habría   reproducido   la   carta   de   Saint   Alban,   aprobada   por   el Emperador  Romano  Carausius  en  el  año  290,  que  fijaba  los  derechos  y  los  deberes  de  los miembros. Esta carta fue reconocida en 1.350 por el Parlamento de Londres en el   «Manuscrito Real», documento que definía los estatutos de los obreros constructores de Londres.

La   logia   de   York   decidió   imponerse   y   formó   en   1.725   su   propia   «Gran   Logia   de Inglaterra».   Desde   ésta   época,   York   ocupa   un   sitio   muy   especial   en   la   Masonería, principalmente  en  los  Estados  Unidos,  donde  muchos  Masones  consideran  que  el  rito  Yorkino

es  la  forma más antigua de la Masonería. Las otras logias inglesas se quedaron independientes y libres  y  continuaron  respetando  las  «antiguas  constituciones»  (*48).  En  el  mismo  año  de  1.725,

la  Masonería  Irlandesa  declaró  una  «Gran  Logia  de  Irlanda»  con  sede  en  Dublin. Escocia fue la

última en hacer pública su Masonería en 1.736. El 24 de junio de 1.718, George Payne, sucede a Anthony   Seyer.   Haciéndose   necesario   formular,   tanto   los   principios   como   los   estatutos   y reglamentos  de  la  Orden,  Payne  empezó  el  trabajo  de reunir todo los escritos, cartas y antiguas constituciones  llamadas:  «Old  Charges»  (antiguas  obligaciones  o  «Constitutions  Goticas»)  y  las

«General   Regulations»   de   la   Masonería;   entre   las   cuales   se   encuentra   los   más   antíguos documentos: los estatutos Shaw, las ordenanzas de Ina (688 a 725) y de Alfred (871 a 901), el poema Regius (1.390), el documento Cooke (1.410), el Nigo Jones (1.607), el documento Wood

(1.610)  y  la  carta  de  Athelstan,  establecida  durante  la  asamblea  general  de  936  en  York.  Pero, numerosas  logias  operativas  quemaron  numerosos  documentos  de  las  «grandes  constituciones góticas»,  manuscritos  de  grandisima  valor,  con  el  fín  de  que  no  cayeran  en  las  manos  de  esos

«nuevos   Masones»   que,   para   ellos,   eran   sólamente   unos   profanos.   De   esos   preciosos manuscritos,  anotamos  un  texto  de  1.756  atribuido  al  Rey  Enrique  VI  de  Inglaterra  que  da  una definición interesante de la Masonería, como respuesta a una pregunta relativa a sus misterios:

«..La  Masonería  es  el  conocimiento  de  la  naturaleza,  el  discernimiento de la potencia que

ella  encierra  y  de  sus  obras  múltiples,  en  particular  el  conocimiento  de  los  números  y  de  las medidas y de la buena manera de hacer todas las cosas para el uso del hombre, en particular los edificios, así como todas las otras cosas que contribuyan a su bien.» (*19).

El   pastor   Jean   Theophile   Desaguliers,   hijo   de   un   protestante   francés   de   la   Rochelle

emigrado  a  Londres  después  de  la  revocación  del  edicto  de  Nantes;  espíritu  brillante,  físico, matemático, capellan del Príncipe de Galles, Doctor en derecho, miembro de la «Royal Society»

y  discípulo  de  Newton,  sucede  a  Georges  Payne  en  1.719.  Participa  en  la  redacción  de  la primera  constitución  Masónica  que  fue  terminada  en  1.720.  El  Duque  de  Montaigue,  Príncipe

de  sangre  Real  Inglés,  nuevo  Gran  Maestro,  sucede  a  Jean  Theophile  Desaguliers  en  1.721; encarga   al   pastor   presbítero   escocés   James   Anderson   redactar   la   nueva   carta   de   la Francmasonería  moderna  que  fué  adoptada  el  mismo  año  y  publicada  en  1.723  bajo  la  Gran Maestria del Duque de Wharton.

En  1.752,  nueve  logias  se  administraron  según  un   «Gran  Comité  de  la  más  antígua  y honorable  cofradía  de  los  Francos  y  Aceptados  Masones», decidieron constituir la «Gran Logia

de  los  Francos  y  Aceptados  Masones  según  las  viejas  instituciones»,  llamadas  también «Gran

Logia   de   los   Antiguos».   En   1.756,   el   irlandés   Laurence   Dermott   publica   la   constitución

«Ahiman  Rezon»  (Ley  de  los  hermanos  designados  –  o  escogidos  -). La división entre antiguos

(280 logías)  y  modernos  (387 logías) dura hasta 1.813, año donde se reconciliaron y fusionaron, formando  en  1.815  la  «Gran  Logia  unida  de  los  antiguos  Francmasones  de  Inglaterra»; su constitución,  diferente  de  aquella  editada  por  Anderson  en  1.723,  fué  publicada  en  1.815.Es  a esta Gran Logia que le es reconocida  la calidad de la «Gran Logia Madre de todas las logias del Mundo» (*48).

– La Masonería Escocesa –

En 1.640, la familia Real de Escocia, los  «Stuard»  (Estuardos), refugiados en Francia en el castillo  de  Saint  Germain  en  Laye,  abrigarán  sus  actividades  política  en  las  logias  pobladas  de exilados  que  conspiraron  contra  Cromwell  y  sus  partisanos  para  reconquistar  el  trono  de Inglaterra.  Para  debilitar  la  oposición  Estuardista,  Cromwell  ordenó  en  1.649  decapitar  al  Rey Carlos  Iero  Estuardo.  Su  esposa,  la  Reina Enriqueta de Escocia, Princesa de Francia e hija del Rey Enrique IV de Francia, se refugia a su vez en el castillo de Saint Germain en Laye con sus dos hijos, bajo la protección del Rey Luis XIII. Para los Estuardos, hay que vengar la muerte del Rey  Carlos  Iero  y  castigar  a  sus  asesinos.  Bajo  la  inspiración  de  los  Estuardos,  nace  en  Saint Germain  en  Laye  una  Masonería  Católica  de  tradición  Templaria.  En  1.660,  el  general  Monk trae de nuevo un Estuardo al trono de Inglaterra: Charles II. Su hermano menor y sucesor: Jaime

II,  destronado  en  1.688  por  Guillermo  de  Orange  después  de  la  capitulación  de  Limerick,  se refugia  también  en  Francia  en  el  castillo  de  Saint  Germain  en  Laye,  bajo  la  protección  del  Rey Luis XIV (*13).

En  1.689,  mediante  una  Ley  del  Parlamento  que  afirmaba  categóricamente  que  ningún Católico  Romano  podía  ocupar  el  trono  de  Inglaterra,  se  le  había  negado  la  sucesión  Real inglesa a Jaime II Estuardo y a su hijo. Luego en 1.701, se promulgó una nueva Ley que excluía del  trono  inglés  a  todos  los  que  no  fueran  miembros  de  la  Iglesia  Anglicana.  La  lucha  se desarrolla  en  Inglaterra  entre  la  Realeza  Católica  de  los  Estuardo  y  el  Parlamento,  después  entre los Estuardos y los nobles protestantes de la  «Casa de Orange y de Hanover». En 1.715, se puso

en marcha la rebelión llamada  «Jacobita»  (fiel al Rey Católico Jaime II Estuardo), pero fué un

miserable  fracaso.  Después  de  la  ejecución  de  Carlos  I  Estuardo,  los  miembros  de  la  nobleza escocesa Católica que habían encontrado refugio en Francia a partir de 1.649 y algunos soldados fieles,   se   unieron   a   Jaime   II   Estuardo   para   fundar   en   1.721   la   primera   logia   Masónica

«Escocesa»  en  Dunkerque.Tres  gentilhombres  escoceses  establecieron  en  1.726  en  París,  la logia  «Saint  Thomas»   en  un  albergue  de  Saint  Germain  des  Prés;  es  una  logia  «Jacobita» dirigida   por   Charles   Radclyffe,   ( Lord   Derwentwater),  que  va  a  dar  nacimiento  a  la  Logia

«Goustand»,  enseguida  a  la  logia  «les  Arts  Sainte  Marguerite»  y  al  fín,  a  la  logia   «au Louis

d’Argent»  (Luis  de  Plata)  instalada  en  un  albergue  de  la  calle  de  Bussy  en  el  Faubourg  Saint Germain  en  Paris.  Una  cisión  política  dividirá  esta  logia  que  cederá  su  puesto  en  1.729  a  una logia inglesa de inspiración Orangista (*12).

– La Gran Logia Provincial de Inglaterra para el Reino de Francia –

En  Francia,  la  Masonería  tuvo  una  gran  influencia  gracias  a  la  autoridad  del  Duque  de Wharton quien, después de haber sido Gran Maestre de la Gran Logia de Londres, se vuelve el primer  Gran  Maestre  de  la  primera  Gran  Logia  de  Francia  fundada  en  1.728 y llamada  «Gran Logia  de  los  Maestros  del  Orient  de  Paris».  Apoyado  por  numerosos  británicos,  escoceses  e irlandeses que componían la mayor parte de las logias y por el teólogo escocés Andrew Michael Ramsay,  conservador  de  las  tradiciones  de  la  Masonería Católica escocesa contra las tendencias anglicanas,  el  Duque  de  Wharton  propaga  en  Francia  la  Masonería  básica  de  tres  grados  o Masonería «azul» que habían traido los Masones ecoceses exiliados en Paris.

Gran  orador  de  la  «Gran  logia  Provincial  de  Inglaterra  para  el  Reino  de  Francia», que fue  constituída  en  Paris  en  1.735,  el  Caballero  Andrew  Michael  Ramsay,  Doctor  «Honoris Causa»  en  derecho  civil  de  la  Universidad  de  Oxford  y  miembro  de  la  «Royal  Society  of

London»,  había  viajado  por  toda  Europa,  llegando  a  conquistar  las  gracias  de  grandes  familias

de  la  nobleza.  Fue  el  preceptor  del  Príncipe  de  Turenne  y  del  Principe  Carlos  Estuardo,  hijo  de Jacobo  III,  exiliado  en  Roma  y  pretendiente  al  trono  de  Inglaterra  y  de  Escocia.  Andrew Michael  Ramsay  es  patrocinado  por  Fenelon,  Arzobispo  de  Cambrai,  donde  él  fue  el  ejecutor testamentario (*14).

Desde  su  nacimiento,  la  Francmaconería  moderna  se  desprende  del  artesanado  y  de  todas

las  prácticas  manuales  que  habían  hecho  su  gloria  y  aquella  de  sus  confradías.  En  un discurso todavía célebre pronunciado en 1.736, Andrew Michael Ramsay define el espíritu y el origen de

la  Masonería  que,  según  él,  no  tiene  nada  que  ver  con  los  cofradías  de  canteros  medievales

mugrientos  que  no  gustaban  a  los  aristocratas  franceses  que  frecuentaban el salon filosófico de Fenelon donde se reunía la nobleza de la corte del Rey Louis XV, declarando: «…El nombre de Francmasón  no  debe  ser  tomado  en  el  sentido  literal,  burdo  y  material,  como  si  nuestros instructores hubieran sido simples obreros de piedras…».

Ramsay habla, al contrario, de un alto origen entre Reyes, Príncipes, Barones y Caballeros

de  las  Santas  Cruzadas,  haciendo  de  los  Francmasones  los  nuevos  «Caballeros del siglo de la razón» (*22).

Proclama  por  primera  vez  la  universalidad  de  la  Francmaconería,  denuncia  el  patriotismo agresivo y da las bases de la Masonería de los altos grados, o Masonería  «roja» inspirada, no en

la  Masonería  operativa,  sino  en  unas  ordenes  caballerezcas.  Ese  discurso  tuvo  una  influencia inmediata,  profunda y durable sobre el desarrollo de la Francmasonería, puesto que gracias a sus argumentos, Ramsay seduce una gran parte de la nobleza francesa y la prepara para entrar en las logias.

Andrew  Michael  Ramsay  fue  el  impulsor  de  la  corriente  de  pensamiento  «Filosofico-

Caballerezca»  de  la  Masonería,  punto  de  partida  doctrinal  de  la  tendencia  filosófica  Masónica

llamada  «Escocismo».  Ramsay  logró  en  1.736  hacer  admitir  en  Francia  su  teoría  del  origen Templario  de  la  Masonería  que  había  sido  refutada  por  primera  vez  por  la  Gran  Logia  de Inglaterra  en  1.728  por  falta  de  pruebas.  A  partir  de  1.737,  se  inició  una  ola  de  fantasía caballerezca  que  se  difundió  por  todo  Europa  en  los  siglos  XVIII  y  XIX  según  un  tema pluricultural  Arabe-Turco-Egipcio,  formando  en  1785  un muy  sofisticado  repertorio  de  más  de

400   rituales  exóticos.  La  corriente  filosofico-caballerezca  adquirió  tal  preponderencia  durante

la  segunda  mitad  del  siglo  XVIII  que  todos  los  demás  sistemas,  tal  como  la  corriente  «bíblico-

simbólica» se vieron poster gadas y reducidas al silencio en los principales Estados de Europa.

Los  Jesuitas  se  apoderaron  un  momento  de  este  sistema  y  abusaron  de  la  Masonería  en

Inglaterra y en Escocia con el objetivo de formar un gran partido en favor de la dinastía Católica

de  los  Estuardos;  haciendo  creer  que  la  Masonería  trabajaba  para  reponer  una  Realeza  Católica

en  el  trono  de  Inglaterra,  cultivando  la  romántica  ilusión  de  que  la  Masonería  no  era  más  que una  continuación  encubierta  de  la  extinguida  Orden  de  los  Templarios  que  habia  tomando  este velo  para  perpertuarla  a  fin  de  recuperar  un  dia  su  antiguo  poderío.  En  el  siglo  XVIII,  la Masonería  «Escocesa  -oTemplaria-» representa la élite de la sociedad de la época; esta creencia

se  perpetuo  y  perduró  largo  tiempo  en  el  rito  Sueco  y  está  todavía  viva  en  el  rito  «Escocés

Rectificado», en el cual anotamos en 1782:

«…La  verdadera  tendencia  del  régimen  rectificado  es,  y  debe  ser,  una  ardiente  aspiración

al  establecimiento  de  la  ciudad  de  los  hombres  espiritualistas,  que  pratican  la   moral  del Cristianismo  primitivo,  sin  ningún  dogmatismo,  ni  ninguna  unión  con  una  Iglesia,  cualquiera que ella sea… » (*27).

La  Gran  Logia  de  Londres  otorgó  permiso  en  1.738  para  constituir  en  París  la  «Gran

Logia  Inglesa  de  Francia».  Es  en  esta  época  que Voltaire publicó sus  «letras inglesas», donde hace  la  apología  del  sistema  de  Gobierno  británico  en  oposición  al  despotismo  del  sistema francés: «…cuyos prejuicios Católicos molestan los progresos de la razón…».

En  1.764,  Voltaire  dirige  sus  ataques contra la Iglesia, ya que no admite más la autonomía del mundo religioso que, según él, se preocupa demasiado de política. El poder Real francés se inquieta   rápidemente   de   la   actuación   de   las   logias   Masonicas   dirigidas   por   unos   Grandes

Maestres ingleses y la Masonería es prohibida en 1.737 por decreto del Rey Louis XV.

* CAPITULO SEPTIMO La Masonería moderna

*                 *

– El siglo de la razón –

El  siglo  XVIII  fué  el  siglo  de  la  razón.  Descubriendo  las  ciencias  y  las  invenciones técnicas,  él  encuentra  en  la  Enciclopedia  de  Diderot  y  de  d’Alembert  un  prodigioso  medio  de difusión  del  saber  de  la  época,  en  la  cual  Diderot  rechaza  la  visión  Católica  del  mundo  porque, según  él,  es  muy  cerrada  y  sofoca  las  facultades  de  razonamiento  del  ser  humano;  diciendo al Papa  que  su  misión  en  la  tierra  era  solo  espiritual  y  pastoral,  mas  no  económica  y  política.  El primer tomo de la gran enciclopedia es publicado en 1.752.

Una batalla de opinión se desarrolla inmediatamente, de tal suerte que el consejo de Estado

prohibe  la  venta  de  la  obra.  Para  contraponerse  al  movimiento  hostil,  la  bella  e  influyente

Madame  de  Pompadour,  concubina  del  Rey  Louis  XV,  favorece  con  discreción  y  eficacia  la publicación   de   este   primer   volumen.   Debido   a   nuevos   elementos,   en   su   mayor   parte intelectuales,  que  ingresaron  en  ella  y  a  la  influencia  de  los  enciclopedistas,  la  Francmasonería francesa  evoluo  en  su  tendencia  religiosa  para  transformarse  en  organismo  filosófico-social en lucha por la libertad de consciencia, de pensamientos y por todas las libertades humanas.

La  Francmaconería  moderna,  nacida  en  el  siglo  XVIII,  es  una  institución  sensiblemente

diferente  de  la  Masonería  antigua,  en  donde  el  arte  de  construir  era  el  criterio  esencial;  ella  se separa resueltamente del artesanado  y de todas las prácticas manuales que habían hecho la gloria

de  sus  cofradías.  Con  la  entrada  masiva  de  los  aristócratas,  de  los  humanistas  y  de  los racionalistas,  la  Orden  Masónica  cambia  de  rostro  y,  desde  1.620,  los  antiguos  Masones  opera- tivos son netamente minoritarios en relación a los intelectuales. Poco a poco, la antigua cofradía operativa  se  vuelve  una  «sociedad  de  pensamiento» que  ignora  a  los  hermanos  obreros.  En  el siglo  XVIII,  el  secreto,  la  fraternidad  y  la  tolerancia  son  todavía  rastros  sobresalientes de las

logias que empiecan profundizar la práctica de las ciencias herméticas  (*38).

– La Masonería de la Corte –

En  1.737,  no  se  hablaba  sino  de  los  progresos  que  hacía  la  Orden  Francmasónica.  Todos los  grandes  del  Reino  se  hacían  recibir. Pero, la  «sociedad secreta» es mal vista por el Gobierno francés que prohibe las reuniones. A pesar de que algunas raras veces la policía entra a la fuerza

en  los  albergues  donde  se  reunían  las  logias,  ella  no  se  atreve  preguntar  los  nombres  de  los asistentes, puesto que se trata de la élite de la nobleza del Reino. Es para asegurar la Monarquía sobre  la  fidelidad  de  las  logias  que  en  1.738,  Louis  de  Pardaillan  de  Gondrin,  Duque  d’Antin, Príncipe de sangre Real y Grande de Francia es elegido Gran Maestre.

Por  primera  vez,  la  Orden  Masónica  es  dirigida  por  un  miembro  de  la  alta  nobleza

francesa, ocupando unas funciones oficiales y disfrutando de un cierto prestigio en la corte Real. Bajo  la  influencia  del  Duque  d’Antin,  la  Francma-sonería  francesa  se  vuelve  independiente  de aquella  de  Inglaterra  y  abandona  sus  actividades  políticas.  A  la  muerte  del  Duque  d’Antin,  le sucederá   el   Príncipe   Louis   de   Bourbon-Condé,   Conde   de   Clermont,   quien   continuará protegiendo  la  Orden  Masónica  contra  la  antipatía  Real.  En  1.771,  había  154  logias  en  Paris,

322 en provincia y 21 logias de regimiento. En 1.776, la Francmasonería cuenta, al menos, con

30.000 miembros en toda Francia (*20).

Los Masones franceses decidieron gobernarse por sí mismos e independizarse de la «Gran

Logia  de Londres», fundando en 1.772 la  «Gran Logia Nacional de Francia» con sede en Paris. Las  logias  del  siglo  XVIII  tuvieron  un  gran  poder  de  atracción,  ya  que  uno  puede  intercambiar ideas  y  desarrollar  en  común  una  búsqueda  intelectual  al  abrigo  de  todo  dogmatismo y de toda censura.

Al  final  del  siglo  XVIII,  la  Francmasonería  francesa  puede  ser  calificada  de  «Orden  de

Corte», puesto que bajo el Reino de Louis XVI, fueron Franc-masones los más altos personajes

de   la   corte   Real.   En   1.789,   la   Masonería   había   conquistado   un   puesto   y   una   influencia considerable,  puesto  que  habia  invadida  las  clases  sociales  medias  y  altas  de  la  sociedad francesa: la burguesía y la aristocracia (*29).

– El Gran Oriente de Francia –

A partir  de  1.738,  la  Francmasoneria  francesa  no  debía  encontrar  más  obstáculos  para  su desarrollo.  Bajo  el  impulso  del  Conde  de  Clermont,  las  logias  dejan  las  modestas  tabernas donde  ellas  se  reunían  por  los  cómodos  salones  donde  abundan  las  pinturas  y  las  decoraciónes alegóricas Masónicas. El substituto del Gran Maestro, el modesto  «Maestro  de  danza» Lacorne, quien  apoya  los  burgueses  contras  los  aristócratas,  es  detestado.  Sólidos  odios  se  muestran abiertamente  entre  los  hermanos  parisinos.  En  1.766,  los   «Lacornards» estuvieron  a  la  caza  de puestos  de  responsabilidad  y  los  partisanos  de  las  dos  tendencias:  aristócratas  y  burgueses, libran  una  verdadera  batalla  que  fue  tal  que  los  hermanos  profanaron  el  templo.  La  policía prohibe  las  reuniones  Masónicas  y  obliga  a  la  Gran  Logia  a  cesar  sus  actividades;  este  receso duro 4 años. El balance es catastrófico, el ideal de la Francmasonería es cada vez más débil y los hermanos  se  encierran  en  disputas  estériles;  la  Orden  Masónica  está  en  una  sin  salida.  Los

«Lacornards»  contratacan,  convenciendo al  Duque  de  Montmorency  Luxembourg,  primo  del Rey  Luis  XVI,  de  «resucitar»  la  Masonería  moribunda.  El  Duque  logra  hacer  elegir  Gran Maestre  a  un  personaje  suficientemente  conocido  para  albergar  la  Orden  bajo  su  protección  y  a conferirle  de  nuevo  su  brillantez  después  años  de  anarquía.  Es  Louis  Philippe  Joseph  d’Orléan, Duque de Chartres, Principe de sangre y primo del Rey Louis XVI. El Duque de Chartres tiene una  personalidad  libertina  y  frondosa,  devorada  por  la  ambición  política  que  lo  lleva  a  una oposición  sesgada  al  régimen  de  su  primo  Real,  lo  que  le  vale  la  estima  del  pueblo  y  de  sus hermanos  que  lo  conocerán  bajo  el  nombre  de:  «Philippe  Egalité»  (Felipe  Igualdad). Philippe d’Orléans   presidirá   la   Masonería   francesa   hasta   1.793.   Durante   su   mandato,   él   nombrará administrador  general  al  Duque  de  Montmorency,  quien  será  en  efecto  el  principal  dirigente  de

la  Francmasoneria  y  quien  reorganizará  la  Orden,  reuniendo  los  hermanos  de  las  dos  corrientes sociales,  disolvio  la  Gran  Logia  de  Francia  en  1.772  y  la  reemplazo  en  1.773  por  el  «Gran Oriente  de  Francia». Este «golpe de estado» autoritario descontenta ciertas logias que no fueron consultadas  y  las  protestas  surgen   (*19).  A  partir  de  1.774,  los  efectivos  del  Gran  Oriente crece n,  cuando  disminuyen  aquellos  de  la  Gran  Logia  de  Francia  refractaria  de  la  unión.  En

1.775,  fue  necesario  regenerar  la  Orden,  que  había  sido  invadida  por  hermanos  libertinos,  más preocupados por las distracciones y los banquetes que por los fines iniciáticos. En 1.777 fueron creadas  las  cámaras  de  perfeccionamiento,  que  permiten  una  selección  cualitativa  más  rigurosa

de la membreza (*12).

– La Masonería Revolucionaria –

Voltaire escribía en 1.766 al Marques de Chauvin «… Todo lo que yo veo, bota las semillas

de una revolución que llegará sin faltar .» Él no sabía que en el mismo año, algunos extremistas opositores del régimen realista son admitidos en las logias. En su conjunto, la Masonería estuvo poco  preocupada  por  las  ideas  revolucionarias  que  estaban  en  germinación;  hay  que  buscar mejor estas ideas en los numerosos clubes políticos, en las academias y las sociedades literarias, que son en efecto pequeños grupos revolucionarios activos. Pero, a pesar de que ella no hubiera tenido  parte  activa  en  el  movimiento  revolucionario,  es  la  Francmasonería  quien  formó  el «Club Breton»  de  Versailles,  el  cual  se  volvió  el  «Club  de  los  Jacobinos»,  que  preparo  los  espíritus hacia  las  reformas  políticas  que  se  hubieran  podido  hacer  pacíficamente  sin  la  intransigencia  de los aristócratas privilegiados del Reino  (*20). Es esta intransigencia la que provocará la reacción revolucionaria  que  logro  suprimir  el  feudalismo  y  proclamar  los   «Derechos del Hombre y del Ciudadano».  Pero,  dicha  reaccion  degenera  rápidamente  en  revuelta sangrienta y finalizará en el

llamado  «terror  roja».  Cuando  la  tormenta  revolucionaria  estalla,  unos  agitadores  transforman ciertas  logias  en  clubes  políticos  en  los  cuales  participan  los  hermanos  partidarios  de  la  nueva doctrina   demócratica.   A   pesar   de  que  ciertas  logias  hayan  servido  de  base  a  los  ideales revolucionarios,  no  se  puede  pretender  que  la  institución  Masónica  entera  haya  estimulado  la Revolución.  Entre  los  578  diputados  que  votaron  por  la  muerte  del  Rey  Louis  XVI,  477  eran Masones;  la  decapitación  de  Louis  XVI  fue  decidida  por  un  voto  de  mayoría,  …  aquella  del Duque de Orléans, su primo (*19).

A  partir  de  1.790,  el  ideal  Masónico  adoptará  un  triptico  ideológico:  Libertad,  Igualdad  de derechos  y  Fraternidad  humana,  que  serán  el  emblema  de  la  República  francesa,  la  primera República  de  Europa,  que  lanzara  en  1.793  las  bases  de  la  democracia  y  la  abolición  de  la esclavitud (*33).

El  mundo  entero  admite  hoy  que  la  propagación  de  esos  principios  ha  preparado  una profunda  transformación  de  Francia  y  de  Europa  entera  y  constituyeron  las  bases  sobre  las cuales se liberaron los pueblos del mundo y se instala la democracia en el  «Nuevo Mundo». Es

de  este  ideal  que  vienen  las  orientaciones  filosíficas  y  filantrópicas  de  libertad  y  progreso  de  la Masonería  como  la  conocemos  actualmente:  la  fraternidad  universal  obrando  a  la  construcción del bien humano con el objeto que cada uno de sus miembros se vuelva uno de los constructores

del edificio social.

– La desgracia del Gran Maestre –

En  1.789  viene  una  violenta  ruptura  entre  el  Gran  Maestre:  el  Duque  de  Orléans,  quien espera  recoger  el  fruto  de  sus  intrigas  políticas,  beneficiándose  de  la  caida  inevitable  del  Rey Louis  XVI,  y  de  su  administrador  general:  el  Duque  de  Montmorency,  quien  quiere  mantenerse fiel a la Monarquía. Los Masones se dividen: los burgueses obedecen al Duque de Orleans y los aristócratas  al  Duque  de  Montmorency  quien  se  une  a  la  «Armada de los Príncipes» en 1.791 y trabaja  contra  la  Revolución.  Temiendo  por  su  vida,  el  Duque  de  Orleans  decide  renegar  la Orden  Masónica  y  sus  hermanos  Masones.  Profundamente  decepcionados,  los  Francmasones pronuncian su caída, celebrando una ceremonia de degradación donde rompieron su espada. Los Masones  revolucionarios  estan  asqueados  de  esta  traición  y  en  1.793  el  ex-Gran  Maestre  no escapará de la guillotina (*26).

En esta época turbulenta, la mayoría de los Monarcas de los países de Europa se muestran

hostiles a la Masonería que es acusada de haber fomentado el desorden y favorecido la caída de

la  Realeza  Francesa  y  del  orden  establecido.  En  Prusia,  las  logias  están  bajo  la  vigilancia  de  la policia  y  en  Rusia,  la  Emperatriz  Catherine  II  las  hace  cerrar.  Durante  este  trágico  periodo revolucionario, la Masonería francesa ha estado a punto de morir por los golpes que le han dado sus miembros. Cuando la calma volvio, la Masonería esta desangrada.

Con  gran  coraje,  Alexandre  Louis  Roettiers  de  Montaleau  despierta  varias  logias  después

de  la  llamada  época  de  «Termidor»  y toma la dirección del Gran Oriente de  Francia. Se vuelve

su Gran Maestre en 1.796 y logra la fusión de las obediencias francesas bajo la tutela del Gran

Oriente que se vuelve el corresponsal autorizado de la Gran Logia de Inglaterra.

Mientas  que  la  Masonería  continental  formaba  la  Masoneria  más  elitista  y  sofisticada,  la

Masonería británica se habia convertida en una sociedad para comer y beber; las logias inglesas

no  tardaron  en  degenerar  y  la  fraternidad  inglesa  de  los  hombres  de  buenas  constumbres  se resumía en una camaradería de taberna (*19).

Después  de  74  años  de  crisis,  debido  a  este  mal  espíritu  de  libertinaje,  lleno  de  conflictos internos  debido  a  una  permanente  lucha  de  influencias,  los  Masones  ingleses  se  reconcilian  en

1.813 y se unen, fundando la «Gran Logia Unida de Inglaterra» con sede en Londres (*32).

– Los Rosacruces –

Como curioso contraste del racionalismo del siglo de la razón, el siglo XVIII es también la época  de  un  vasto  movimiento  místico  que  impregna  los  altos  grados  Masónicos  con  los  temas

de  la  alquimia  y  de  la Cabala, puesto que las logias Masónicas dieron a menudo acogida a los filósofos  herméticos  y  a  los  alquimistas  cuyo  lenguaje  simbólico  se  cruzaba  con  aquel  de  los Masones.  La  penetración  de  los  Rosacruces  en  la  Masonería  hizo  indudablemente  de  la  vieja Masonería operativa, una institución nueva, precursora de la Masonería especulativa actual.

El  movimiento  de  los   «Hermanos  de  la  Rosa  y  de  la  Cruz», fue creado en Egipto en el siglo        XIV      por        el          gentilhombre   Christian                 Rosenkreutz                    (Rosen-crutz,   Rosencreutz   o Rosencreutsen), naturalista alemán que se dedicó al estudio de la alta filosofía oriental; murió en

1.484, a la hermosa edad de 106 años. A la edad de 16 años, partió en peregrinación hacia Tierra Santa,  visitó  el  Santo  Sepulcro,  recorrió  Arabia  y  Egipto.   Se dirigió enseguida a Persia, donde estudió  las  bases  de  las  operaciones  más  elevadas  de  las  ciencias  ocultas.  Recibió  la  enseñanza secreta de los sabios que habian estudiado entre los  «hijos de Agar»  en la ciudad de Damcar en Arabia.

Rosenkreutz  recorrió  a  continuación  el  Libano,  Siria,  Marruecos  e  iría  a  Fez  que,  en  la época  era  el  santuario  de  la  sabiduría  musulmana,  donde  aprendió  las  lenguas  orientales,  la física,  las  matemáticas  y  las  ciencias  de  la  naturaleza.  Fundó  en  Fez  una  escuela  conocida  bajo

el  nombre  de  «Colegio  Invisible», consacrado a la práctica de la  «Gran Obra Hermética», cuyos discipulos fueron conocidos con el nombre de «los Invisibles» o de «los Inmortales» (*55).

Rosencreutz   fue   el   creador   del   sistema   filosófico-místico-alquímico  llamado  «ciencias sublimes»,  salido  de  la  corriente  tradicional  hermética  que  intentaba  redescubrir  los  misterios  de

la  vida.  Algunos  años  mas  tarde,  Rosenk-reutz  se  dirigió  a  España  donde  quizó  fundar  una sociedad  destinada  a  poner  a  los  hombres  sobre  la  vía  de  la  ciencia  y  del  bien.  Una  sociedad Rosacruce  exitía  en  Italia  hacia  1.410  y  una  en  Flandes  hacia  1.411.  En  1.413,  los  Rosacruces aparecieron en Alemania, donde se asentaron en la localidad de Slesvig en 1.484.

La  joya  simbólica  de  los  Rosa  Cruces  era  una  rosa  sobre  la  cual  se  destacaba  una  cruz

labrada en su centro.

Según  los  resultados  de  la  investigacion  hecha  de  1.642  hasta  1.646  por  Gabriel  Naudé, bibliotecario de Richelieu, primer Ministro del Rey Louis XIII:

«…  Los  Rosas  Cruces  son  piadosos  y  cabales  en  grado  sumo,  conocen  por  revelacion  a aquellos que son dignos de estar en su compañia; no estan sujetos ni al hambre ni a la sed ni a las enfermedades, mandan a los espiritus y a los demonios más poderosos. Por la sola virtud de sus  cantos,  pueden  atraer  a  ellos  a  las  piedras  preciosas;  disponen  de  más  oro  y  plata  que  la que  extrae  el  Rey  de  España  de  sus  rentas  de  las  Indias,  puesto  que  sus  tesoros  jamas  pueden agotarse…» (*49).

El  siglo  XVI  ve  desaparecer  el  Rosacrucismo  en  Alemania.  Nace  en  ésta  época  una leyenda  que  pretende  que  los  hermanos  Rosacruzes  partieron  para  la  India,  donde  fundaron  el mitíco Reino subterráneo de  «Agartha».

La corriente Rosacruce impregna de manera profunda y continua la Orden   Masónica de

1.593  a  1.662  y    jugara   un rol importante como infusión de un espíritu nuevo a la Masoneria que vuelve a darla  una actividad espiritual en el sentido de sus tradiciones.

Los  intelectuales  Rosacruces  del  siglo  XVI  fuerón  numerosos:  Johann  Valentin  Andreae

(1.5681.654),  Capellan  del  Duque  de  Wurtemberg,  uno  de  los  hombres  mas  sabios  de  su tiempo,  autor  de  numerosas  obras  esotéricas  y  herméticas,  entre  las  cuales  «las bodas químicas

de  Chris-tian Rosencreutz»,  «Menippus»,  «Turris  Babel»,  «la  Fama»  y  co-autor del más grande libro  rosacruce  «los  Manifiestos» en asociación con Arndt, Gerhardt y Chistophe Besold, con el cual Johann Valentin Andreae funda la «República Cristiano-politana».

Teofasto   Bombasto   de   Hohenheim,   más   conocido   bajo   el   seudonimo   de   Paracelso;

médico,  espíritu  iluminadoy  cabalístico;  rehabilitó  la  alquimia  y  descubrió,        junto  al  medico

Fausto  de  Cornelio  Agrippa,  que  el  mundo  inferior  está  unido  al  mundo  superior.  En  su  libro

«Archidoxa  de  tintura  physica  de  occultea  philosophiae», uno de sus 364 escritos, intentara unir los conocimientos médicos de su tiempo con las ciencias esotéricas.

Uno  de  sus  discípulos:  Jakob  Bohme  (que  influencio  mucho  a  Isaac  Newton)  trabaja particularmente sobre el tema de la piedra filosofal  (*55).

Otro  Rosacruce:  Francis  Bacon  definirá  en  su  obra  «la Nova Atlantis» una sociedad  ideal, donde  existe  una  sociedad  secreta  llamada  «el  templo  de  Salomon»,  cuyo  objeto  es  hacer  la felicidad   de   los   hombres,   revelándoles   los   secretos   de   la   naturaleza.   El   enciclopedista d’Alembert se apasionará por los planes de la «Nova Atlantis» de Bacon.

Los   destacados   Rosacruces   Jean   Tritemius,   Heinrich   Khunrath,   Michel   Maier,   quien publico  21  volúmenes  dedicados  al  arte  de  Hermes,  Nicolas  Flamel,  Jan  Amos  Komensky

(Comenius) ,  Robert  Fludd  (Fluctibus)  quien  fue  el  primer  organizador  de  la  Francmasonería

rosacruciana  y  Barnaud,  Thomas  Vaughan,Von  Ratishs,  Brotoffer  y  Baruch  von  Spinoza  no  se satisfacen  más  del  viejo  lenguaje  simbólico  de  los  alquimistas;  expusieron  sus  doctrinas  en  un nuevo sistema racional que tuvo un enorme éxito en el siglo XVII (*55).

De 1.658 hasta 1.685, sociedades Rosecrucianas se forman en toda Europa; sobre todo en Inglaterra,  ya  que  lo  extraño  y  lo  maravilloso,  como  la  alquimia,  tambalea  el  racionalismo estrecho  del  siglo  XVII.  Los  adeptos ingleses: Christofer Wren, Robert Moray y Elias Ashmole juegan un rol importante en la fundación del gran cuerpo sapiente que es la «Royal Society». Es

en  esta  época  que  los  Rosacruces  ingleses  penetran  en  la  Francmasonería  y  son  ellos  quienes fueron los fomentadores de la Masonería especulativa (*49).

Elias   Ashmole:   astrologo,   alquimista,   físico   y   matemático,   llamado   «el   Mercurófilo inglés»  es  admitido  como  Masón  aceptado  a  Lancashire.  Contribuirá  a  acentuar  las  tendencias herméticas  de  al  Orden Masónica. Es en esta época que nacen las leyendas simbólicas relativas

a  la  construcción  del  Templo  de  Salomon  y  de  su  constructor  Hiram.  En  1.724  unas  antiguas constitu-ciones  Masónicas  de                         Londres  presentan  a  los  Rosacruzes  y  a  los  Masones  como

«Hermanos de la misma fraternidad o Orden».

– La síntesis progresiva-

La  corriente  de  pensamiento  Masonico  del  «Siglo  de  la  Razon»  se  situara  en  la   «Sintesis Progresiva», camino del conocimiento que se situa entre la metafisica tradicional   (la unidad de todas las ciencias) y el racionalismo (*49).

En 1756, el Barón de Hund funda el rito Masónico de la  «Estricta Observancia» que esta destinada  a  resucitar  la  Orden  del  Templo,  en  la  cual  aparece  el  mito  de  los  «Superiores Desconocidos»  que  supuestamente,  dirigirán  laMasonería  sin  jamás  encontrar  los  miembros  de los  grados  más  bajos;  este  rito  conocerá  un  gran  éxito  en  Alemania.  A  partir  de  1.773,  el filósofo  Joseph  de  Maistre  intentará,  con  el  apoyo  de  los  altos  grados  del  «Rito  Escoces

Rectificado»,  a  la  vez de inspiración Cristiana y Templaria, de hacer entrar a la Masonería en un

«Cristianismo  trascendental». Los siglos XV y XVI vieron renacer la influencia de las doctrinas

secretas  de  «la  Escuela  Ecléctica  de  Alejandría»  que  toma  una  importancia  indiscutible en Europa   en   el   momento   cuando   la   filosofía   reune   la   tradición   iniciatica,   puesto   que   los descubrimientos  científicos  del  siglo  XVI  llamaron  la  atención  sobre  los  alquimistas  de  tiempo remoto,  dando  honor  al  princípio  fundamental  del  Hermetismo:  la  unidad  (el  Todo  esta  en  el Todo).   Este   retorno   al   «conocimiento   universal»   marcará   la   síntesis   de   las   corrientes tradicionales:  aquella  de  la  antigüedad  y  de  las  influencias  neo-Alejandrinas y gnósticas, aquella

de  la  iglesia  Cristiana  primitiva,  aquella  de  los  iniciados  herméticos,  alquimistas  y  cabalísticos influenciados  por  las  tradiciones  orientales.  La  élite  intelectual  del  siglo  XVI:  Pomponazzi,  Pic

de  la  Mirandole  y  Ficin,  entrevieron  el  desarrollo  filosófico  de  los  sistemas  de  Zoroastro,  de

Hermes,  de  Orfeo, de Pitágoras y de Platón como complementos de las ideas filosofía Cristiana

y la Cabala judia, creyendo descubrir la llave del enigma del universo. Una nueva generación de pensadores:  Agrippa,  Rabelais  y  Paracelse  crean  el  movimiento  «Pansófico  -o  conocimiento universal-»  y  el  «Humanismo»,  doctrina  donde  el  universo  se  revela  más  perfectamente  en  el hombre,  punto  culminante  y  coronación  de  la  evolución  y  donde  el  hombre  es  el  resumen  del mundo y del cosmos. Es el retorno a la Ley del  «Mentalismo»  de Hermes  (el Todo es espíritu, el universo  es  mental);  esos  princípios  se  acercan  a  los  conocimientos  actuales  sobre  la  Ley  de vibraciones (nada reposa, todo se mueve, todo vibra) (*37).

– La Masonería mística –

La Masonería toma de la antigüa Egipcia esot érica  muchos  de  sus  misterios.  Sus  orígenes egipcios  fueron  objeto  de  muchos  intereses  y  de  mucha  literatura  durante  el  siglo  XVIII europeo.  El  genial  compositor  Masón  Wolfgang  Amadeus  Mozart  se  inspira  en  una  iniciación del  rito  egipcio  para  la  composició n  de  una  de  sus  más  belles  obras:  la   «Flauta  Mágica». El éxito  de  la  opera  de  Mozart  hizo  conocer  a  la  Masonería  europea  la  tesis  de  los  orígenes egipcios  sostenidos  por  el  Baron  Ignaz  von  Born,  consejero  del  Rey  Joseph  II  de  Austria,

Venerable de la logia de Viena donde fue iniciado Mozart (*34).

A partir de 1.801, asistimos a la creación de ritos que se reclaman de la tradición egipcia.

Algunas  logias  se  constituyen  con  el  propósito  de  perpetuar  las  iniciaciones  egipcias  antiguas.

El  rito  de  los  «perfectos  iniciados  de  Egipto,  o  rito  de  Misraim», creado en 1.788 en Venecia

(Italia),  tenía  su  filiación  de  Cagliostro  quien  habría  acordado  una  patente  de  constitución  a  un grupo de Socisienos  (secta  Protestante) italianos. Fue introducido en Francia por unos  Masones que habían participado en la campaña de Egipto con Napoleón.

En  1.810,  los  tres  hermanos  Michel,  Marc  y  Joseph  Bedarride  fundaron  la  obediencia

francesa de Misraim, del cual habían recibido los poderes en Nápoles  (Italia) de manos del Gran

Comendador   De   Lassalle.   Para   aferrarse   a   la   tradición,   sus   promotores   hicieron   nacer históricamente ese rito de Misraim, primer Rey mitologico de Egipto (*49).

Samuel   Honis   y   Marconis   de   Nègre   constituyen   en   1.815   el   Rito   de   Mem-phis  a Montauban   (Francia),   donde   los   fundadores   habrían   sido   supuestamente   unos   Caballeros Templarios  dirigidos  por  un  egipcio  de  nombre  Ormus,  sacerdote  de  Memphis,  convertido  al Cristianismo  por  San  Marco.  Organizado  por  Garibaldi,  quien  fue  su  primer  Gran  Maestre,  la fusión  de  los  ritos  de  Memphis  y  de  Misraim  se  opera  en  1.881.  Fueron  asociados  a  estas  dos

obediencias  los  grados  iniciáticos  que  venían  de  las  antiguas  obediencias  esotéricas  del  siglo

XVIII:  «el  rito  de  los  Philadelphes»,  «el  rito  de  los  Hermanos  Africanos»,  «el  rito  Hermético»,

«el rito de los Philalethes»  y  «el  rito  Primitivo», fundado en 1.780 en Narbonne  (Francia) por

el Marques de Chefdebien.

El rito de Memphis resurgió en 1.947 bajo la forma del  «Rito Oriental Antiguo y Primitivo

de  Memphis»  que  se  afirma  como  una  síntesis  de  todos  los  ritos  filosóficos,  herméticos  y alquimistas,  ubicando  su  orígen  en  el  rito  primitivo  de  los  Philalethes.  Los  ritos  egipcios antiguos fusionaron en 1.959 en un  «Supremo Consejo de las Ordenes Masonicas de Memphis y

de   Misraim   Reunidos»;  se  volvieron  en  1.963  el  «Rito  Antiguo  y  Primitivo  de  Memphis

Misraim»   (*34).   Ciertos   ritos   Masónicos   reconocen   la   necesidad   de   las   formas   cultuales

(religiosas)  en  las  cuales  ellas  no  parten  del  culto  para  llegar  a  la  tradición;  sino  al  contrario,

parten  de  la  tradición  para  definir  un  culto.  Estos  ritos  toman  sus  fuentes  de  las  teorías  de Emmanuel  de  Swedenborg  (1.733),  cuya  enseñanza  fue  seguida  en  Suecia,  en  Inglaterra  y  en Alemania.  La  influencia  de  Swedenborg  sobre  la  Francmasonería  se  ejerce  por  ni termedio de Martinès de Pasqually quien forma la doctrina de la  «reintegración» (*15).

La  organización  y  la  práctica  de  este  culto,  verdadera  «teurgia» ,  llamada  «Rito  de  los

Elegidos  Cohens» fue constituída en 1.754 en el sur de Francia; se desarrolla en Paris en 1.767.

El  ritual  de  esta  doctrina  consistía  en  unos  cultos  mágicos  extraños;   su  finalidad  era  de entreabrir  un  instante  el  velo  al  otro  mundo:  las  puertas  de  la  «Jerusalen  celeste», la fabulosa ciudad de la beatitud (*35).

A  la  muerte  de  Martinès de Pasqually, su enseñanza se divide en 2 ramas: la una, dirigida por   Willermoz,   quien   tuvo   la   intuición   de   que   la   orden   Masónica   contenía   unos   valores espirituales  que  unían  el  esoterismo  tradicional:  aquel  de  un  Cristianismo  esotérico,  donde  las prácticas  ocultas  están  en  primer  plano  y  donde  los  adeptos  luchan  contra  el  materialismo  y  la filosofía racional. La otra rama, dirigida por Louis Claude de Saint Martin, conocida a partir de

1.775  bajo  el  seudónimo  del  «Filosofo  Desconocido»,  desarrolla  una  doctrina de alta mística y

de análisis metafísico. Según Saint Martin, no es útil ni iglesia, ni culto, ni rito.

El  espíritu  del  hombre  es  el  único  y  verdadero  templo  (*43). Un siglo más tarde (1.888), Papus   (Doctor  Gerard  Encausse),  renueva  la  doctrina   de  Saint  Martin,  creando  «la  Orden Martinista».  Alrededor  de  Papus,  se  reunía  un  consejo  de  ocultistos  parisinos,  renovador  del

«ocultismo» que entendía orientar el Martinismo hacia este (*22).

– La Masonería Mágica –

La  actitud  mágica  de  la  Masonería,  como voluntad de obediencia y de ritual, fue marcada

en el siglo XVIII. El Masón ocultista alemán Schroeder funda en 1.766 en Marbourg un capítulo

de los  «Verdaderos  y  Antiguos  Masones  Rosa  Cruz»  donde se praticaba la magia, la teosofìa y

la   alquimia.   Su   sistema,   llamado   «Rito   de   Schroeder   o   Rosa   Cruz   Rectificado»   era   aún practicado  en  la  mitad  del  siglo  XIX  en  Hamburgo.  La  leyenda  pretende  que  Schroeder  habría sido  uno  de  los  Maestros  de  magia  de  Cagliostro,  quien  es  identificado  como  el  Maestro  de  la más   famosa  Francmasonería  mágica,  aunque  ese  curioso  honor  sea  atribuido  al  mercader austriaco Kölmer, de retorno de Egipto, quien habría sido el misterioso  «Altotas», el Maestro de magia de Cagliostro (*49).

Joseph  Balsamo,  Conde  de  Cagliostro  (Sicilia),  es  un  personaje  extraordinario,  aúnque  se

mantenia bien misterioso. Iniciado a la masoneria en 1.777 en Londres, creó en Bruselas un rito Masónico   con   operaciones   mágicas;   frecuenta   las   logias   de   todos   los   ritos   en   Holanda, Alemania,  Polonia  y  Rusia.  Es  en  Mitau  en  1.779  que  él  hace  por  primera  vez  uso  de  ritos mágicos.

Funda  en  Lyon  (Francia),  una  logia   «la  Sabuduria  Triunfante»  y  en  1.784,  tenía  el prestigio  de  mago  y  de  curandero.  Dirige  una  sociedad  de  gnósticos:  la  secta  de  «Saint Jakin» que  duró  hasta  la  revolución  francesa,  entregádose  a  las  ilusiones  de  la  magia,  mezclando  los secretos de los Rosacruces y los misterios de los Templarios.

Cagliostro  funda  en  1.784  en  Lyon  (Francia), el templo llamado  «Logia Madre del Rito

Egipcio»,  dirigiendo  el  ritual de  la  Masonería  egipcia,  tratando  de  resuscitar  el  misterioso  culto

de Isis. El objeto de los trabajos de esta logia era de llevar el hombre decaido a reconquistar su dignidad perdida. El título que daba Cagliostro a sus enseñanzas era el de la  «Doctrina  del Gran Copto»  (*34).  Cagliostro  se  instaló  en  Estrasburgo (Francia),  cuidad en la que residió de 1.780

a 1.783, adquiriendo un gran ascendiente sobre el Cardenal de Rohan.

Cuando  explotó  el  escandalo  «del  collar  de  la  Reina«, Cagliostro fue detenido en  1.785 y encarcelado en Paris en la Bastilla al mismo tiempo que su protector el Cardenal de Rohan. Fue expulsado  de  Francia  y  embarcado  para  Inglaterra (*49). Después de haber sido adorado como una  divinidad,  fue  tratado  como  un  intrigante,  charlatán  y  finalmente  como  un  aventurero. Seguidamente  Cagliostro  se  iría  a  Roma  donde  la  Inquisición  romana  hubo  de  condenarlo  a muerte  en  1.791  por  herejía  y  Masonismo;  pero,  el  Papa  le  conmutó  la  pena  por  prisión perpetua,   haciéndolo   encerrar   en   una   célula   sin   puerta  de  la  fortaleza  de  San  Leo,  en  el Montefeltro (Italia), donde murió estrangulado en 1.795 para evitar su evasión (*49).

Otro  gran  misterioso  personaje  aparecido  en  este  «Siglo  de  la  Razón» : el Conde de Saint Germain;  quien  contribuye  a  hacer  aún  más  misteriosa  la  Orden  Masónica.  Lleva  nombres diversos  en  varios  paises:  Conde  Surmont,  Conde  de  Soltikof,  Conde  Welldona  o  Veldone, Marques  de  Ballamare  o  Belmar,  Marques  de  Montferrat  y  de  Aymar,  Caballero  Schoening, Conde Czarogy  (o Tzarogy)  y  Príncipe  Rackoczi  (o  Ragozki).  Nació  en  Italia,  en  la  región  de Piemonte  y  sus  verdaderos  apellidos  eran,  al  parecer:  Conde  de  Saint  Martin  y  Marques  de Aglié. Parecia poseer una gran fortuna.

La leyenda relativa al Conde de Saint Germain, induce a creer que era un docto  físico y un químico  distinguido;  pretendía  haber  descubierto  el  medio  de  fabricar  el  oro  y  aseguraba  que poseía el secreto de soldar los diamantes sin que quedara vestigio de la operación. Decía haber aprendido esta práctica, así como otros de sus secretos químicos, de los antiguos egipcios (*34).

Su  valet  Gleichen  decia  de  él:  «…Hablaba con un énfasis misterioso de las profundidades

de la naturaleza, sobre el género de su ciencia y de sus tesoros; pero, no me ha enseñado sino a conocer la marcha y la singularidad de la charlatanería…».

El  conde  de  Saint  Germain  llegó  a  Paris  en  1.718,  se  instaló  en  la  capital  francesa  gracias

al  patrociño  del  Marquès  de  Marigny,  director  de  las  manufacturas  Reales.     Citando  con

desenvoltura  los  eventos  históricos  como  si  él  hubiera  sito  el  testigo  ocular,  toma  forma  de rumor de su immortalidad, que el cultivaba con mucho humor (*49).

Madame  de  Pompadour,  favorita  del  Rey  Louis  XV,  lo  instala  en  el  castillo  de  Chambord

y  lo  autoriza  a  quedarse  en  Versailles,  donde  se  asegura que el Rey mismo lo emplea en 1.760

para  unas  misiones  diplomáticas  en  Holanda  para  negociar  secretamente  la  paz  con  York, embajador  de  Inglaterra  en  La  Haya  (*56).  El  Rey  le  recibía  familiarmente,  concediéndole audiencias particulares. En 1.762, estaba en Rusia en San Petersburgo, en la corte de Pedro III. Todos los soberanos europeos le reciben y le dan pruebas de respeto.

Cualquiera  sea  el  país  donde  se  encuentre,  el  Conde  de  Saint  Germain  suscita  el  mismo asombro y la misma admiración. Después  de algunos años de viajes por Europa, reside en Italia

y  en  Berlìn   (Alemania).  En  1776,  está  en  la  corte  de  Federico  II  de  Prusia  a  quien  presentá

diferentes  proyectos  químicos.  En  1.778,  se  estableció  en  Altona,  donde  conoció  al  Duque  de Brunswick.  8  años  despues, enferma de gota, muere en Eckernfoerde de un ataque de parálisis al lado del Landgrave de Hesse para el cual hacía una fábrica de colores (*48).

El  Conde  de  Saint  Germain  influyó  mucho  el  médico  austriaco  Francois  Antoine  Mesmer, quien  anuncia  en  1.780  el  descubrimiento  del  «magnetismo  animal»;  sus  ideas  conducen  en

1.783 al establecimiento en Paris de una logia Masónica conocida bajo el nombre de  «Sociedad

de   la   Armonía   Univer -sal»,  que  era  destinada  a  la  iniciación  de  adeptos  para  practicar  y

propagar  las  doctrinas  de  Mesmer;  primer  sapiente  contemporáneo  que  puso  en  relación  la

situación   del   cosmos   con   el   surgimiento   de   las   enfermedades,   intentando   prolongar   las investigaciones  de  los  médicos  de  la  antigüedad  que  tenían  una  concepción  integral del cuerpo humano.

– La Masonería Imperial –

Son  los  Hermanos  que  pertenecían  a  las  logias  militares  quienes,  durante  el  período

Napoleónico, van a asegurar el renacimiento de la Orden y la irradiación de su espíritu a traves

de  Europa.  El  espíritu  Masónico  da  a  los  militares  la  ocasión  de  hacer  amistades  profundas, favorables   a   la   coherencia   de   la   armada   Imperial.   Las   tropas   de   ocupación   Napoleónicas encontraron  Hermanos  en  los  países  vencidos;  son  ellos  que  facilitaron  la  transmisión  del pensamiento francés y la integración al Imperio.

Numerosos  Mariscales  de  las  armadas  Imperiales  Napoleónicas  eran  Francmasones  y  la

historia  se  interroga  sobre  la  pertenencia  misma  del  Emperador  a  la  Orden  Masónica  (*41). Gracias a la Francmasonería, Napoleón refuerza  su propia armada y consolida sus conquistas. El padre  de  Napoleón,  sus  hermanos  así  como  el  Príncipe  Murat,  primo  del  Emperador,  eran Francmasones.

Desde  su  renacimiento,  la  Orden  Masónica  estaba  sujeta  a  la  organización  Imperial  que proclama Napoleón. En  1.806, el hermano del Emperador: Joseph Bonaparte, es nombrado Gran Maestre del Gran Oriente; es asistido por el Ministro Cambaceres como Gran Diputado. El otro hermano del Emperador: Louis Napoleón es Gran Orador y el Prefecto de policía Fouché es uno

de  los  dignatarios  del  Gran  Oriente.  En  1.804,  el  Conde  de  Grasse-Tilly  funda  en  Parìs  el

«Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado» (*12).

– La Masonería femenina –

En  la  antigüedad,  era  común  la  presencia  de  la  mujer  en  las  ordenes  iniciáticas  y ciertos autores   indican   que   en   las   primeras   logias   Masónicas   operativas   se   han   encontrado ocasionalmente  unas  mujeres.  Después,  la  Masonería  se  organiza  y  se  vuelve  exclusivamente masculina.

En  el  siglo  XVIII,  era  difícil  rechazar  a  las  mujeres,  puesto que ellas dirigen   unos salones intelectuales  donde  se  defendían  ideas  libertarias  muy  cercanas  a  aquellas  de  la  Maso-neria

(*13).

En 1744, el Caballero de Beauchêne crea una Masonería femenina de 4 grados. Esas logias femeninas  tomaron  tanta  importancia  a  partir  de  1.760   que  el  Gran  Oriente  de  Francia  decide regularizar  esta  situación,  creando  unas  «logias  de  adopción»  con                                                       un  ritual  particular.  Las grandes Damas del Reino francés se afilian con entusiasmo (*14).

Después  de  la  Revolución,  las  logias  de  adopción  toman  un  desarrollo  importante  bajo  el impulso  de  la  Emperatriz  Josephine  de  Beauharnais,  esposa  de  Napoleón,  miembro  de  una  logia parisina  de  adopción.  En  1.805,  ella  dirige  una  tenida  en  Strasbourgo  en  la  logia:  «Imperial de Adopción  de  los  Francos  Caballeros»;  pero,  las  logias  femininas  de  adopción  declinan  bajo  la restauración monarquista  (*20).  La  Gran  Logia  Nacional  de  Francia  ha  constituido  unos  Logias femininas  y  ha  favorecido  la  autonomía  de  la   «Gran  Logia  Feminina  de  Francia», constituid a exclusivemente por mujeres.

La  obediencia  mixta  «el  Derecho  humano» es  creada  en  1.894  bajo  el  impulso  de  Marie

Deraisme con el concurso de Georges Martin; los oficiales son elegidos entre los dos sexos. En

1.901,  el  Derecho  Humano  se  vuelve  una  asociación  internacional  que  cuenta  hoy  con  40

federaciones (*24).

Numerosas  asociaciones  paramasónicas  femininas  existen  en  Estados  Unidos  de  América:

el  «Eastern  Star»,  creado  en  1.850  (2’500.000  miembros),  el  «White  Shinne  of  Jerusalem», fundado  en  1.895  (1’300.000 miembros), el  «Orden  of  Amaranth»  creado en 1.891 y el «Orden

of Rainbow for Girls» (*23).

– La Masonería Republicana –

En Julio de 1.830, durante la época de los 3 gloriosos, la Masonería canta su acción donde

su  rol  demócratico  aparece  a  la  luz  y  organiza  una  gran  fiesta  en  honor  del  Marqués  de Lafayette   a   quién   los   Francmasones   Norteamericanos   otorgaron   las   más   altas   distinciones Masónicas.   Desde   la   caída   de   la   «Monarquía  burguesa»  y  el  nacimiento  de  la  segunda República  en  1.848,  aparece  la  divisa  Masónica  sobre  la  bandera  francesa: «Libertad, Igualdad, Fraternidad».   Lamartine   da   testimonio   de   la   acción   de   las   logias   Masónicas   para   el restablecimiento  de  la  República  Francesa,  dando  esperanza  a  los  ciudadanos  de  un  paraíso social  donde  la  Masonería  tendría  una  de  las  claves  (*12). En 1.849, se funda la  «Gran Logia Nacional  de  Francia»,  acogiendo  en  sus  talleres  a  todos  aquellos,  cualquiera  sea  su  condición social, que quieran participar en los trabajos Masónicos. El Gran Oriente de Francia,  al contrario persigue  una  política  de  reclutamiento  en  la  burguesía  de  negocios.  Para  el  Gran  Oriente  de Francia,  la  participación  en  la  vida  política  está  conforme  con  la  moral  Masónica;  desea participar en la vida pública y jugar un rol en el ajédrez político nacional (*15).

Víctima  de  calumnia,  la   «Gran  Logia  Nacional  de  Francia»  debe  ser  disuelta  en  1.851

bajo la presión de la policía. Durante el Convento de 1.877, el Gran Oriente de Francia modifica

el  artículo  I  de  las  constituciones  y  desaparece  la  fórmula  AL:.  G:.  D:.  G:.  A:.  D:.  U:.  y  se impone  la  divisa:  Libertad,  Igualdad,  Fraternidad.  Inmediatamente,  la  Gran  Logia  de  Inglaterra denuncia su tratado de alianza con el Gran Oriente de Francia quien, según ella, no respeta más los   Landmarks   y   la   constitución  de  Anderson.  Es  immediatamente  imitada  por  numerosas Grandes  Logias  del  Mundo  que  consideran,  ellas  también,  que  el  Gran  Oriente  de  Francia  no hace  más  parte  de  la  Francmasonería  Universal  (*20).  En  1.871,  el  Gran  Oriente  de  Francia suprime  el  título  de  Gran  Maestre  que  remplaza  por  aquel  de  «Presidente  del  Consejo  de  la Orden». Aparentemente se trata de un pequeño detalle; pero en realidad, es el comienzo de una degradación  de  la  antigua  tradición  que  lleva  a  los  Masones  del  siglo  XIX  a  suprimir  los

símbolos y partes de los rituales que no comprenden más (*14).

La  Francmasonería,  políticamente  muy  fuerte  en  Francia  desde  1.822  hacia  1.826,  ve ascender  el  antisemitismo  y  el  antimasonismo  sectario  organizado  por  los  Católicos.  En  este clima  tenso,  se  añade  la  encíclica  del  Papa  León  XIII.  Esta  situación  se  traduce  por  un  cierto miedo  de  la  Iglesia  Católica  frente  a  la  Orden  Masónica  que,  según  ella,  reniega  la  civilización Cristiana  y  quiere  instaurar  una  sociedad  laíca  que  no  tendría  necesidad  de  espiritualidad (en el

sentido   católico   del   término)   (*13).  La  Francmasonería  y  la  Iglesia  Católica  rompen  todo contacto.  En  1.880,  el  Gobierno  francés,  integralmente  constituido  de  Masones,  suprime  la

«Compañía  de  Jesus»  (los  Jesuitas)  y  obliga  a  todas  las  congregaciones  religiosas  a  pedir  un reconocimiento  legal  bajo  pena  de  ser  dispersada.  Comienza  entonces  una  guerra  disimulada entre  Jesuitas  y  Francmasones  (*15).  En  1.881,  el  Ministro  Masón  Jules  Ferry  instituye  la enseñanza obligatoria, laíca y gratuita.

La   Masonería   del   siglo   XIX   quiere   asegurar   el   pleno   desarrollo   de   los   valores democráticos   y   republicanos,   así   como   el   libre   pensamiento   bajo   todas   sus   formas.   Esta Masonería  encontrará  sus  títulos  de  gloria  en  la  creación  de  la  «Sociedad  de  las  Naciones»

(*14) .  En  1.880,  12  Logias  se  separan  del  Gran  Oriente  de  Francia  y  fundan  una  Masonería independiente  «la  Gran  Logia  Simbólica  Escocesa»  y  en  1.895  es  fundada  la  «Gran Logia de Francia»  que,  desde  su  creación,  desea  diferenciarse  del  Gran  Oriente  de  Francia;  elle  esta constituída por Masones simbolistas que no tienen ninguna ambición política  (*14).

Edouard  de  Ribeaucourt,  Profesor  de  ciencias  naturales  en  la  Universidad  renuncia  del Gran  Oriente  en  1.913  y  funda  una  nueva  obediencia  Masónica:  la  «Gran Logia  Nacional Independiente  y  Regular  para  Francia  y  las  Colonias  Francesas»,  la  actual  «Gran  Logia Nacional»  (*14).  La  Gran  Logia  de  Inglaterra  ve  renacer  en  Francia  una  tendencia  Masónica que   ella   aprueba.   En   Francia,   solo   la   Gran   Logia   Nacional   responde   a   lo s   criterios   de

regularidad emitido por la Gran Logia de Inglaterra.

– La Masonería a la conquista del Mundo –

De  origen  inglés  o  escoces,  de  Londres  o  de  Paris,  la  Francmasonería  comienza  a expandirse  en  Europa.  Se  instala  en  Rusia  en  1.717,  bajo  el  Reino  de  Pedro  el  Grande  y  en Mons   en   1.721.   Unas   logias   son   creadas   en   Madrid                                                         (España)   en   1.728   y  chocan inmediatemente  con  la  Inquisición  Catolica.  La  expansión  de  la  Francmasonería  es  sobre  todo sensible a partir de 1.730, cuando transpasa las fronteras  de Europa. Inglaterra abre unos talleres

en sus posesiones coloniales de India, en Calcuta y en America, en Boston. La Francmasonería

se  instala  tambien    en  Florencia   (Italia), en  Malta  en  1.733,   en  La  Haya  (Holanda) en 1.734

(*26).

El   Emperador   Federico   II   de   Prusia   es   iniciado   en   1.738   y   dirigirá   rápidamente   la Masonería alemana donde el caracter esotérico será mucho más desarrollado que en el resto de Europa.

En 1.758, Stephan Morin recibe una patente de la  «Gran Logia de San Juan de Jerusalén» dándole  autorización  de  fundar  unas  logias  en  América  y  de  propagar  los  altos  grados  según  el ritual  de  los  «Emperadores de Oriente y de Occidente» en el cual se volverá el Gran Inspector.

En 1.760 una logia de Perfección se crea en el estado de Carolina del Sur en Charleston  (*20).

El  ideal  fraternal  que  lleva  Morin  seduce  a  la  jóven  nación  americana  que  admira  el  pasado europeo, de tal suerte que Carolina del Sur se convertió en un bastión de la Francmasonería en los Estados Unidos y lo sigue siendo (*20).

Benjamín  Franklin  hizo  una  gran  propaganda  en  Europa  por  la  causa  de  la  independencia norteamericana.  En  todas  las  logias  él  es  estimulado  y  obtiene  dinero  y  armas  (*29). 56 de los firmantes  entre  los  principales  artesanos  de  la  Declaracion  de  Independencia  de  los  Estados Unidos de America eran Franc-masones.

Los  Francmasones  franceses  se  entusiasman  por  esta  noble  lucha  que  los  lleva  a  ir  en ayuda  de  los  insurgentes  de  América  y  George  Washington  encontrará  un  oido  favorable  de parte de la Francmasonería francesa.

Llegando  de  Francia,  los  Marqueses  de  La  Fayette  y  de  Rochambeau  desembarcan  en

América con armas y dinero y juegan un rol decisivo durante las luchas de independancia (*23).

La  más  grande  Nación  Masónica  es  sin  lugar  a  dudas  los  Estados  Unidos  de América.

Toda  su  historia  lleva  la  huella  del  ideal  Masónico  que  inspira  la  primera  constitución  de  los EE.UU.  15  Presidentes  de  los  EE.UU  fueron  Masones;  pero,  más  preocupados  de  beneficencia, los  Francmasones  Estadounidenses  relegan  al  segundo  plano  el  simbolismo.  El  Francmasón norteamericano  esta  perfectamente  integrado  a  la  Nación  y  hace  parte  de  un  Orden  que  es  un organismo de los más honorables, muy raramente criticado (*23).

– La Masonería contemporánea –

Después  de  la  Masonería  precristiana  y  de  la Masonería operativa medieval, se afirma una tercera Masonería, aquella de los tiempos modernos, que no es el corazón de la nación como en Egipto, ni el centro de gravedad de una élite profesional como en la edad media. Ella se vuelve una sociedad, si no secreta, al menos discreta.

En un mundo donde los ideales iniciáticos son relegados a un segundo plano; la Masonería intenta  conservar  sus  ideales  en  sus  logias.  Esta  actitud  de  autenticidad  fue  combatida  por  una

«burguesía   de   negocios»   y   una   «aristocracia   política»   que   invade   la   Masonería   con   su mentalidad profana durante nuestro actual siglo XX.

Los temas que presenta la Masonería universal no se expresan en el lenguaje escrito de los conceptos  usuales,  sino  en  aquellos  de  los  símbolos  que,  en  el  pasado  lejano, revisten una gran importancia, pero que hoy parecen vencidos en un mundo tomado por la lógica formal  (*42). El simbolismo  reviste,  mientras  tanto,  un  caracter  de  actualidad,  ya  que  se  volvío  un  nuevo  y atrayente medio de expresión del pensamiento  en el arte, en la literatura y en las ciencias; puesto

que  en  nuestra  época  moderna,  reconocemos  que  no  hay  disparidad  entre  los  procedimientos objectivos y los procedimientos subjetivos de acercamiento a la verdad.

Desde  el  comienzo  del  siglo  XX,  la  Francmasonería  es  considerada  como  una  sociedad

discreta situada en un contexto político liberal. Se pretende que en el sitio cerrado de la logia, en

la  puerta  guardada  por  un  hermano  armado  de  una  espada,  el  Francmasón  complota;  que  sus dirigentes  actuan  bajo   los  poderes  políticos  y  que  el  destino  de  las  Naciones  esta  bajo  la influencia  de  las  logias  Masónicas.  Este  clase  de  informaciones  sin   fundamento  actúan  todavía sobre  la  opinión  general.  El   «Hermano  3  puntos» sigue  siendo  un  ser  misterioso;  por  causa  del juramento de no revelar nada sobre los trabajos de su taller, se sospecha la conspiración contra

el poder establecido, temporal o eclesiástico (*39).

– Relación de la Masonería con la Iglesia –

Los  eclesiásticos  fueron  numerosos  en  las  logias  Masónicas  durante  el  siglo  XVIII;  ellas eran  profundamente  Católicas;  en  esa  época,  no  se  admitían  sino  Católicos;  pero,  a  partir  del concordato de 1.801, las logias quedaron poco a poco sin practicantes Católicos a causa de las excomuniones  Papales.  Esta  escisión  condujo  inevitablemente  al  anticlericalismo  de  una  parte  y

al antima-sonismo de otra parte. La situación empeoró en el siglo XX a causa del artículo 2.335

del  derecho  canónigo,  promulgado  en  1.917  por  el  Papa  Benito  XV,  castigando  de  excomunión

a la «Secta Macónica»; pero fue suprimido en 1.983 por el Papa Juan Pablo II  (*43).

La  Francmasonería  no  ha  querido  jamás  rivalizar  con  la  Iglesia  o  entrar  en  competencia con  los  ritos  religiosos  o  los  sacramentos;  ella  no  tiene  tampoco  la  pretención  redentora  de  la eternidad;  quiere  solamente  mejorar  al  hombre,  aquí  y  ahora,  y  deja  la  puerta  abierta  a  todos para otra esperanza.

La proclamación de  «infalibilidad Pontifical»  es un evento que abrió una inmensa fosa en

1.869  entre  Cristianos  y  Francmasones;  para  las  logias,  es  un  acto  dogmático  intolerable  que prohibe   todo   dialogo.   La   respuesta   de   la   Iglesia   será,   como   de   costumbre,   acerba   y calumniadora.

Durante  el  siglo  XX,  la  actitud  de  la  Iglesia  se  ablandó  con  relación  a  la  Francmasonería;

este comportamiento conciliador ha conducido, de su parte, al Gran Oriente de Francia a matizar

la suya.

Las  posiciones  combativas  tradicionales  de  antes  han  sido  bastante  atenuadas,  pero  la

reserva  subsiste  al  menos.  El  gran  Maestro  del  Gran  Oriente  Francés:  Fred  Zeller,  decía  en

1.972: «… Nuestras relaciones con la Iglesia se van, sin duda, a mejorar en los próximos años; pero, tenemos todavía mucho progreso que hacer de parte y parte; la Iglesia pretende todavía y siempre  tener  la  verdad;  nuestra  ambición  es  sólamente  de  buscarla; como nuestros caminos pueden cruzarse ? …» (*24).

El  Concilio  Vaticano  II  a  adoptado  unos  aspectos  nuevos  de  la  doctrina  eclesiástica  en relación  con  los  Francmasones;  el  artículo  2.335  del  derecho  canónigo  castiga  todavía  con  la excomunión  a  aquellos  que  se  adhieren  a  una  «Secta  !  …  Masónica».  Pero,  la  iglesia  no  ha formulado una doctrina oficial en lo que concierne a la Francmasonería de nuestro siglo, a pesar

de que el Papa Juan XXIII pronunció esta oración en la Basílica de San Pedro de Roma:

«…Señor y Gran Arquitecto del Universo,

Nosotros  nos  humillamos  a  tus  pies  e  invocamos  tu  perdón  por  la  herejía  en  el  curso  de desconocer   a   nuestros   hermanos   Masones   como   a   tus   seguidores   predilectos.   Luchamos siempre  contra  el  libre  pensamiento,  porque  no  habíamos  comprendido  que  el  primer  deber  de una  religión,  como  afirmó  el  Concilio,  consiste  en  reconocer  hasta  el  derecho  de  no  creer  en Dios.  Habíamos  perseguido  a  aquellos  que  dentro  de  la  propia  Iglesia  habíanse  distanciado, inscribiéndose    en    las    logias,    despreciando    todas    las    injurias    y    amenazas.    Habiamos irreflexivamente   acreditado   que   una   señal   de   la   cruz   pudiese   ser   superior   a   tres   puntos formando una piramide. Por todo esto, nos arrepentimos Señor, y con tu perdón te rogamos que nos  hagas  se ntir  que  un  compás  sobre  un  nuevo  altar  puede  significar  tanto  como  nuestros

viejos crucifijos; Amen…» (*27).

Las   doctrinas   Francmasónicas   y   religiosas,   cierto   contrarias   pero   no   contractictorias, podrían  sin  embargo  unirse,  reconciliando  así  la  razón  y la fé, recordando el gran princípio de la filosofía antigua que estas dos tendencias tiene como fuente común:

«…La armonía resulta de la analogía de los contrarios…»

*

Epílogo

*           *

El mundo creyente de hoy se resume en algunas cifras  :

944 millones de Cristianos, de los cuales 533 millones son  Católicos;

322 millones de Protestantes;

89 millones de Ortodoxos;

715 millones de Induistas y de Confucionistas;

530 millones de Musulmanes.

Contando mas de 11,5 millones de miembros en el mundo, la Francma-sonería universal es

la  mayor  fraternidad  del  mundo;  cuenta  con  más  de  6  millones  de  miembros  en  los  Estados

Unidos, (1.600 logias aproximadamente) (*19).

Los  negros  son  excluidos  de  estas  logias  Masónicas  estadounidenses.  El  tema  de  la

exclusión de los negros de estas logias ha generado grandes debates, puesto que, a nombre de la fraternidad humana, no se puede excluir un hombre por razón de su color. El problema nació en los  años  50,  cuando  un  hombre  de  color  fue  rechazado  por  una  logia  del estado de Georgia. La víctima  de  este  rechazo  apeló  la  decisión  ante  la  Gran  Logia  de  Georgia,  que  mientras  tanto, confirmó la decisión que había tomado el taller de su Oriente. Inmediatamente, numerosas Gran Logias de los E.E.U.U. y la Gran Logia de México protestaron y cancelaron sus pactos de paz y

amistad con la Gran Logia de Georgia.

Siguió un doloroso debate alrededor de este tema que generó la creación de una obediencia

particular, aquella de «Prince Hall», que cuenta hoy con 5.000 logias en los E.E.U.U.

La  Francmasonería  cuenta  con  más  de  500.000  miembros  en  América  Latina,  más  de

600.000  en  Gran  Bretaña,  80.000  en  Francia  y  más  de  4,5  millones  en  el  resto  de  los  países libres del mundo (*38).

Estos datos son de 1995; podemos estimas que hoy,   la fraternidad Masónica Internacional

al  rededor  de  13  millones  de  miembros.  Diversas  organizaciones  paramasónicas,  tal  como  la

«Orden Demolay» para los jóvenes, cuentan con 4 millones de miembros en el mundo.

El  ideal  de  la  Francmasonería  se  define  difícilmente puesto que, si bien la Orden Masónica tiene   una   profunda   cohesión,   los   grupos   y   los   hombres   que   la   componen   tienen   fuertes divergencias.  A  pesar  de  esta  tan  gran  riqueza  aparente,  acreditada  por  su  pasado  lejano  y prestigioso,   es   sin   embargo   cierto   que   la   influencia   intelectual   y   social   actual   de   la Francmasonería es mucho menos importante que lo que el mundo profano cree generalmente.

Aunque  la  Francmasonería  representa  una  corriente  de  pensamiento  no  despreciable,  el

medio más seguro de traicionar   la verdad es la de hablar de una sola y única Francmasonería, de una   organización   rigurosa   al   ideal   bien   definido;   en   verdad,   existe   una   Francmasonería multifacética   que   se   dividía,   a   pesar   de   su   unidad   aparente,   en   diversas   corrientes   de pensamiento o tendencias donde se realizan las actividades de los talleres:

–  La  Masonería  fraternal,  donde  el  énfasis  es  puesto  sobre  la  calidad  de  las  relaciones humanas, que permite a los hermanos desarrollar una amistad profunda por una ayuda global.

–  La  Masonería  de  beneficencia,  que  utiliza  la  plata  de  la  asociación  para  ayudar  a  los

hermanos   en   dificultad   y   a   los   grupos   sociales   desfavorecidos,   en   la   cual   los   hermanos manifiestan su deseo de justicia social.

Estas dos primeras corrientes son hoy predominantes.

–  La Masonería humanista, que se interesa por los valores humanos y a la definición de las

Leyes de una sociedad armoniosa.

  • La Masonería política, que intenta participar en la buena marcha de la Nación.
  • La Masonería Deista, que desea acercarse a la Iglesia y mostrar así la importancia de su creencia en un «Principio Creador».
  • La Masonería iniciática y esotérica, en donde la preocupación es el estudio del simbolismo y de su transmisión entre los iniciados.

Esta  última  tendencia  une  hoy  una  minoría  de  adeptos, puesto que  «el  Arte  Real» tiene el efecto  de  servir  de  punto  de  partida  de  todos  los  abusos,  todas  las  locuras:  Cabal,  magia,

filosofía   hermética,   comercio   con   los   espíritus,   magnetismo,   teosofía,   Deismo,   ateismo, destrucción   de   los   Imperios,   Repúblic a   universal,   etc…   Algunos   echan   de   menos   esta diversidad, otros la juzgan favorablemente, pensando que la tolerancia es así respetada.

Además   de   estas   grandes   líneas   filosóficas,   existen   una   gran   cantidad   de   conceptos Masónicos; se puede decir que casi cada Masón tiene el suyo. Cada miembro expresa en la vida Masónica como en la vida social, los conceptos que reflejan su personalidad; por lo tanto, en la Masonería  se  encuentra  de  todo:  al  lado  del  altruismo  se  encuentra  la  avaricia;  al  lado  de  la sabidurí a  se  encuentra  la  locura;  al  lado  de  la  brillantez  se  encuentra  la  mediocridad;  se encuentra  el  generoso  y  el  sincero  al  lado  del  mediocre  y  del  barato  y  el  sublime  al  lado  del ridículo.

Si  algunos  entran  en  la  Masonería  para  buscar  la  verdad  y  el  conocimiento, otros entran para  buscar  oportunidades  a  sus  necesidades;  algunos  para  aportar,  otros  para  tomar;  algunos para servir, otros para buscar que les pueda servir la institución.

Algunos  encuentran  en  la  Masonería  instantes  de  libertad  que  su  vida  tan  activa les quita;

otros encuentran una fraternidad de taberna donde las tenidas son pretextos para borracheras.

Está  gran  diferencia  entre  los  hombres  que  se  llaman  Hermanos  no  es  novedosa,  existe desde  que  el  mundo  es  mundo  y,  quien  mejor  que  el  gran  Voltaire, ha podido disertar sobre el tema,  dándonos  una  gran  lección  de  sabiduría  con  una  de  sus  bellas  citaciones,  que  dijo  en  un debate con los hermanos de su Logia Madre en París, al amanecer de la Revolución Francesa:

«…Usted no está de acuerdo conmigo, hermano mío yo me alegro

ya que, es de nuestra diferencia que nace nuestra riqueza…».

– El ideal democrático –

De   la   época   anticristiana,   la   Masonería   obtuvo   su   corriente   «bíblica   filosofica   y simbólica»;  del  siglo  XVIII,  obtuvo  su  corriente  «caballeresca  y  mistica»  y  a  partir  del  siglo XVIII, comienza la historia moderna de la Orden; aquella de los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad,  semillas  que  saldrán  de  las  logias  para  emancipar  a  los  pueblos  y  de  los  cuales germina  la  democracia.  El  mundo  entero  admite  hoy  que  la  propagación  de  esos  principios  ha preparado   la   profunda   transformación   que   ha   regenerado   Francia   y   Europa   entera   y   han constituido   las   bases   sobre   las   cuales   se   liberan   los   pueblos   del   mundo   y   se   instala   la democracia en el nuevo continente.

Es  de  este  ideal  que  viene  la  orientación  filosófica  y  filantrópica,  libertaria  y  progresiva  de

la  Masonería  actual  y  que  ella  existe  como  la  conocemos  actualmente:  la  fraternidad  universal obrando en la construcción del bien humano.

Quiero  citar  la  síntesis  de  Rudolf  von  Sebottendorf:  «…la Francmasonería moderna es la perpetuación  de  la  antigua  Masonería  de  la  edad  media;  exteriormente  ella  lo  es  de  todas maneras  por  aquello  que  concierne  al  modo  de  enseñanza  y  su  contenido;  sin  embargo  ella  ha abandonado totalmente la vía trazada por la antigua Masonería y se ha ubicado hoy sobre una base puramente humanitaria que ve la salvación en una enmienda venida del exterior…» (*33).

– La búsqueda de sí mismo –

Después  de  su  decadencia,  relatada  en  el  relato  bíblico,  el  hombre  ha  tenido  siempre  la misma guía de pensamiento: la búsqueda de sus orígenes, la búsqueda de sí mismo a través de la búsqueda  de  Dios.  La  Francmasonería  se  presenta  como  una  de  estas  vías  de  búsqueda  del conocimiento,  una  vía  que  no  se  choca  con  ninguna  creencia.  Para  subrayar  esta  declaración, citemos  a  Oswald  Wirth:  «…  la  Masonería  esta  llamada  para  rehacer  el  Mundo  y  la  tarea  no esta por encima de sus fuerzas, pero a condición de que ella vuelva a ser lo que debiera ser…»

(*37).

La  auto  superación  constante  de  la  Francmasonería  ha  despertado  más  enemistad  que

cualquier otra organización en la historia; la Iglesia Católica Romana la ha atacado sin cesar; en

varios países, se le ha declarado ilegal.

Su  hostilidad  fundamental  con  todos  los  conformismos  obligatorios,  ha  hecho  prohibir  la Francmasonería    por    los    regímenes    autoritarios    o    fanáticos.    Afortunadamente    hoy,    la Francmasonería no espanta sino a pocas personas mal informadas.

Después  de  la  subida  del  materialismo  durante  el  siglo  XIX,  se  ha  generado  como oposición,  su  inverso  proporcional:  la  proliferación  de  las  formas  de  creancias,  las  sectas  y  el integrismo.  Este  final  del  siglo  XX  nos  dan  el  espectáculo  de  una  reafirmación  del  instinto religioso:   «…Quitar  del  hombre  su  naturaleza  profundamente  religiosa,  ella  regresa  con  el desorden y la violencia…» (*42).

Algunos,   como   el   filósofo   Masón   francés   Jean   Mignot,   tratan   de   encontrar   en   la

Francmasonería un albergue de la tradición a nuestra civilización pre-paranóica:

«…En el mundo que cambia,

se encuentra consuelo y seguridad

en ser parte de cosas que no cambian…» (*41).

*

– Conclusiones –

*              *

Desde hace cerca de un siglo, los augustos misterios de las 7 ciencias libres son enseñados

en  todos los colegios y las universidades del mundo y no son más unos secretos para nadie, ya que  cualquier  lector  puede  encontrar  cantidades  de  buenas  literaturas  que  tratan  del  «Arte Real» :  el  arte  de  construir  y  de  las  otras  gran  ciencias  de  la  antiguedad,   o de los misterios sagrados  de  los  constructores  de  las  pirámides  del  Egipto  antiguo  o  de  los  secretos  de  los Maestros  artistas  de  la  edad  media;  puesto  que  la  sociedad  de  comunicaciones  en  la  cuale vivimos  está  repleta  de  informaciónes  de  toda  naturaleza   que nos enseña una gran cantidad de cosas. Hoy, sabemos todos leer, escribir y contar; conocemos todo lo que no estaba al alcance, sino  de  unos  pocos  privilegiados,  durante  la  época  antigua  donde  se  desarrolla  la  Masonería primitiva.

El  simbolismo,  medio  de  transmisión  del  conocimiento  de  la  edad  media  no  despierta interés  hoy.  La  búsqueda  de  la  perfección  que  se  enseñaba  en  los  tiempos  antiguos  por  el simbolismo, parece hoy vencida en un mundo tomado por la lógica formal, donde los conceptos

de  moralidad,  honor  y  orgullo  personal   parecen  anticuados  e  inapropiados  en  una  realidad cotidiana  de  materialismo  y  violencia,  donde  el  hombre  debe  vencer  para  no  ser  vencido  y  que degenera en una guerra de consumismo, donde todos los golpes son permitidos a nombre de un nuevo ideal superior: el dinero, lo que Giovani Papini llamaba: «…El estiércol del diablo…».

Los  principios  morales,  necesarios  en  toda  sociedad  humana,  son  escarnecidos  por  la sociedad  misma  en  su  búsqueda  de  gozo  inmediato  y  en  su  avidez  de  un  bienestar material sin precio.  En  este  desorden  social,  la  Francma-sonería, estoica, esta enferma por no pensar, por no darle  importancia  a  los  preciosos  valores  esotéricos  que  ella  continua  a  transportar  sin  no  tener más  consciencia  de  su  utilidad  y  podemos  interrogarnos,  angustiados  y  nostálgicos:  ¿Hasta

cuando habrá la reconciliación entre el «Homo Faber» y el «Homo Sapiens» ? (*41).

* FIN

  • *

* Anexos

*        *

Francmasones célebres entre sus hermanos:

Música:

Sibelius, Haydn, Mozart, Shemama

Literatura:

Montesquieu,  Voltaire,  Lamartine,  Walter  Scott,  Robert  Burn,  Rudyard  Kipling,  Jonathan Swift,  Oscar  Wilde,  Mark  Twain,  Conan  Doyle,  Klopstock,  Herder,  Wieland,  Lessing,  Fichte, Goethe, Balzac, Eliphas Levi, Erckmann, Chatrian, Littre, Jules Romain, Paul Guth,

Artes:

Leonardo de Vinci, Bartholdi

Independencia de los EE.UU:

George  Washington,  Benjamin  Franklin,  James  Monroe,  Alexander  Hamilton,  Marques  de Lafayette,  Marques  de  Rochambeau  y  56  de  los  firmantes  de  la  carta  de  constitución  de  lo s Estados Unidos de América.

Presidentes de los EE.UU:

George  Washington,  James  Monroe,  Andrew  Jackson,  James  Polk,  James  Buchanan, Andrew  Johnson,  James  Garfield,  Teodore  Rooselvelt,  William  Howard  Taft,  Warren  Harding, Franklin Roosevelt, Harry Truman, Lyndon Johnson, Gerald Ford, Ronald Reagan.

Políticos:

Gambetta,  Lamartine,  Jules  Ferry,  Arago,  Garnier -Pages,  Benito  Juarez,  Simon  Bolivar, Francisco  de  Paula  Santander,  Nariño,  Sucre,  Cordoba,  Garibaldi,  Sam  Houston,  Samuel  Colt, Winston Churchill, Georges Marshall, Douglas MacArtur, Patton.

Aristocracia:

Eduardo VII, Eduardo VIII y Jorge VI de Inglaterra, Frederico el Grande y Frederic II de Prusia,  Jorge  I  de  Grecia,  Haakon  VII  de  Noruega,  Estanislas  II  de  Polonia,  Kameamea  V  de Hawaii,  Pierre  el  Grande  de  Russie,  Philippe  d’Orlean  Duque  de  Chartres,  Louis  de  Pardaillan

de  Gondrin,  Duque  d’Antin,  Duque  Louis  de  Bourbon  Condé,  Condé  de  Clermont,  Duque  de

Montmorency Luxembourg.

Revolución francesa:

Robespierre,   Guillotin,   Bailly,   Talleyrand,   Brissot,   Condorcet,   Marat,         Dumouriez, Danton, Choderlos de Laclos,

Epopeya Napoleónica:

Josephine  de  Beauharnais,  Joseph  Bonaparte,  Louis  Napoleon  Bonaparte,  Prince  Murat, Mariscales   Massena,   Soult,   Mac   Donald,   Ney,   Augereau,   Lefebvre,   Serurier,   Mortier, Kellerman, Fouché, Cambaceres, Duque of Wellington.

Y otros millones de valiosos desconocidos

1   La Biblia

*

Bibliografía

*           *

2   Arquitectura Masónica:  V.Rojas Aguilar

3   La logia Universal:  O.Solano Barcenas

4   Le secret Masonique:  R.Ambelain

5   Manual de Masonería:  A.Cassard

6   Manual del aprendiz: (GL Venuezuela)

7   Manual del aprendiz:  (GL Mexico)

8   Manual del aprendiz: A.Lavagnini

9   Manual des compañeros:  A.Lavagnini

10 Masonería íntima:  J.Montoya

11 Le simbolismo masónico tradicional:  J.P Bayard

12 Les Francs Macons devant l’histoire:  P.Naudon

13 La Francmaconnerie:  P.Naudon

14 La Francmaconnerie en France:  J.Bord

15 Le vrai visage de la Maconnerie:  G.Chevillon

16 Les Compagnonnages en France aux moyen age:  P.Naudon

17 Bibliographie de la Francmaconnerie et des societes secrete: P.Fesch

18 Le voyage en orient:  G.de Nerval

19 History of freemasonry:  R.F Gould

20 Histoire abregee de la Francmaconnerie:  J.Lebegue

21 Apercu sur l’initiation: J. Chacornac

22 Les secrets de la Maconnerie:  P.Protat

23 The freemasons:  A.Lewis

24 Loges et chapitres du Grand Orient de France:  A le Bihan

25 La francmasonnerie templieres et occultiste:  J. Aubier-Montaigne

26 Dictionnaire de la Francmaconnerie et des Francmacons:  P.Belfond

27 Les origines religieuses et corporatives de la Francmaconnerie: M. Dervy

28 Les loges de Saint Jean et la philosophie esoterique de la connaissance: M.Dervy

29 L’humanisme Maconnique: B. Ibid

30 L’arche Royale de Jerusalen: B. Ibid

31 Sur le chemin d’Hiram: M.Dervy

32 Morals and dogma of the ancien ans acceted scottish rite: J.Charleston

33 Orthodoxie maconnique:  J.M Ragon

34 Maconnerie occulte:  J.M Ragon

35 Initiation hermetique: J.M Ragon

36 hatiments des revolutionnaires ennemis de l’église:  RP.Huguet

36 La foi d’un Francmacon: R.Dupuy

37 Le compagnonnage: B de Castera

38 La Francmaconnerie: P. Naudin

39 Nacidos en sangre: J.Robinson

40 The birth of britain: W. Churchill

41 La Francmaconnerie, histoire et initiation: C.Jacq

42 La spiritualite de la Francmaconnerie, J.P Bayard

43 El enigma de losTemplarios:  Vignati-Peralta

44 A la sombra de los templarios: R. Alarcon

45 La meta secreta de los templarios: J.Atienza

46 A bridge to light: R.Hutchens

47 Diccionario enciclopédico de la Mas onería, ed. Kiers

48 Le pendule de Foucault: Umberto Eco

49 Le livre de Urantia

50 Les etoiles de Compostel : H.Vincenot

51 Her-Bak, pois chiche : Schwaller de Lubicz

52 Her-Bak, diciple: Schwaller de Lubicz

53 Cosmos: Carl  Sagan

54 La meta secreta de los Rosacruces: J. Atienda

55         Enciclopedia Universalis

56         Hiram y el Rey Salomón: C. Jacq

57        Les Rois Maudits: M. Druon

*

– Notas del autor –

*              *

Esta obra ha sido emprendida en Santafé de Bogotá, Colombia,

en el mes de Marzo de 1995 durante mi época de A :. M :.

y se terminó al finalizar el mes de Abril de 1998 siendo M :. M :. bajo el mallete del V:.H:. Hernando NARVAEZ ALVAREZ, Venerable M:. del Taller Veritas Vincit No. 13

y Gerardo VARGAS VELASQUEZ

Gran Maestre de la Muy Resp:. Gran Logia de Colombia con sede en Santafé de Bogotá

Esta obra no tiene el orgullo de pretender tener la perfección, yo he aprendido que ella no existe;

su único mérito es la de existir.

Una vez escrito, yo no tengo la vergüenza

de pretender tener la sabiduría;

yo se que estoy muy lejos de ella.

Yo no tengo, tampoco, la pretensión de tener un beneficio cualquiera;

yo he abandonado los derechos de esta obra

a mi Logia Madre y a la Gran Logia de Colombia. Mi única motivación fue la de cumplir

lo mejor posible con lo ordenado

de una de las tres grandes reglas del Sub :. Grado de M :. M :.

Enseñar al ignorante

QQ :. HH :. Aprendices,

me da satisfacción haber cumplido con mi deber

S :. F :. U :.

Raymond François AUBOURG DEJEAN M :. M :.

R :. E :. A :. A :.

18 comentarios en “LOS HIJOS DE LA LUZ

  1. Cristie

    Hola: Al leer su ensayo, siento que tienen alguna concordancia con una Logia, lo cual me causa un gran interés, ya que la información es diversa, mi mayor inquetus es saber el significado de los 3 puntos, lo que no sé, si casualmente se repite con frecuencia en su ensayo, estos 3 puntos en forma de triángulo son mi mayor inquetud. Si usted tiene información sobre este tema le pid por favor la comparta con migo, para mi es importante y no tengo otro ánimo más que saber.

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  2. jacqueline luz vazquez

    Me encantó el artículo, interesante, saber de los constructores del mundo, del planeta. Aunque yo creo que lo son del Universo, y la verdad, que es muy difícil, pero creo mucho en ellos, sé que existen, se que guían y saben de cada uno de nosotros, es como Dios. Quiera èste que guíen los pasos de cada uno de los hombres que tienen en sus manos el futuro de otros hombres y del planeta, por el bien de todos, por el futuro. Se que Dios existe, pero en el mundo hay mucha ambición y a veces, la codicia, hace que se llegue a extremos muy dificiles. Quiera Dios que,debe ser un dios de todos y creo que es masón viejito,oriente a todos los buenos hombres, les de inteligencia y alimente las buenas voluntades y elimine la maldad. Gracias por existir.

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  3. Pingback: jar.io

  4. Georgina Mejía

    PERDON SE FUE EL COMENTARIO INCONCLUSO, ESTABA DICIENDO QUE HACE TIEMPO QUE NO ENTRABA A ESTA PAGINA PERO QUE INCLUSO LA IMAGEN DE LA PAGINA CAMBIO TAMBIEN Y MUY BONITA, LES DESEO LARGA VIDA A TODOS USTEDES MIS HH

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  5. SoulWarrior

    que buscais pues… hijos de la oscuridad, mientras que vivis en tinieblas?, pues bien, en verdad os digo creeis ser seres de luz, pero sois mas oscuuro que la misma noche…

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      1. Coronado de Viktorias

        Francisco NO todo es ver para creer,acaso tu puedes ver el viento YO creo que no solo puedes sentirlo,asi mismo se RECONOCE a los VERDADEROS HIJOS de LUZ…….

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  6. José Rolando Sánchez licea

    soy cubano y pertenesco a la gran logia de Cuba Los Caballeros de la Luz y necesito saber como localizar a mis hermanos aqui en Bogota Colombia

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  7. Pingback: Yoga Hoje

  8. leonardo alarcon

    Luciferinos, apoyados en la biblia pero no bíblicos, por su puesto son ascendientes de Cain y transgresores de la verdad, Han sido engañados desde el principio puesto que su sabiduría es de Lucifer el opositor a DIOS, para Uds, su dios verdadero puesto que el los llevo al conocimiento de la ciencia del bien y del mal. En su muerte permanecerán para siempre y no descansaran.

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